domingo, septiembre 14

El cielo estaba rojizo esa mañana, yo lo observaba desde la ventana de mi casucha mientras me apoyaba en ella.

Mal augurio…

Nunca había creído en esas chorradas así que no sé ni siquiera por que lo pensé negué con la cabeza y me fui hacia la cocina para preparar algo de té, unos instantes después, alguien llamó a la puerta.
-¿Quién es?-pregunté desde la cocina.
-Soy yo.-contestó Ishir al otro lado.
Abrí la puerta y me apoyé en el marco de la puerta.
-Buenos días, ¿quieres pasar?-ofrecí.-Estoy haciendo té.
-No, no gracias, pasó de volver a encontrarme con esa niñata gritona.-dijo Ishir declinando mi oferta.
-Nirahina no está en casa, se ha ido a pasar por la ciudad.
-Ah bueno entonces probemos ese té tuyo.-Cambió de opinión Ishir con una amplia sonrisa.

Volví a la cocina seguida de Ishir y le puse una taza de té de especia mientras me sentaba frente a él con otra taza en mis manos.
-Antes de nada.-comenzó a hablar mi subordinado.-Quiero que sepas que ODIO hacerte de cartero ¿entendido?
-¿De que me estás hablando?-pregunté.
-Justo cuando iba a llamar a tu puerta apareció un mensajero Atreide y se chocó contra mí. Estuve apunto de degollarle pero me dijo que únicamente traía una carta de el Duque para ti.-Explicó Ishir.
-¿Y a qué esperas para dármela?-pregunté alargando mi mano para que me la diera.
Ishir suspiró y luego me tendió la carta.

La leí y releí un par de veces y luego sonreí. Brian me mandaba una invitación para asistir a la gran fiesta que organizaba la casa Corrino cada año.
-¿Qué pone qué pone?-preguntó Ishir curioso.
-Es una invitación para la fiesta de la casa Corrino.-comenté mientras volvía a meter la carta y la invitación en el sobre.
-¿¡QUÉÉÉÉ!?-dijo dando un salto.-¿No te mandará dos por casualidad? Podría ir de acompañante y hacer ver que soy tu marido.-dijo guiñándome un ojo.
-¿Por qué iba a querer que un calvo pervertido se hiciera pasar por mi marido?-dije mirándole mientras me cruzaba de brazos.
-¡¡Vamos será divertido!!-insistió.
-Ishir… primero: sólo hay una invitación. Y segundo: no tengo intención de ir.
Él me miró atónito.
-Pero… ¿Por qué?-preguntó.
-Vamos mírame… ¿Que pinto yo allí? Seguro que eso esta lleno de damas delicadas y guapísimas con vestidos caros y bonitos…-dije levantándome y mirándome a mi misma en el espejo.
-No seas tonta.-dijo Ishir colocándose detrás de mí frente al espejo.-¿Tú te has visto bien? Eres una mujer preciosa, y te pongas lo que te pongas estarás deslumbrante.-ishir puso sus manos en mi cintura y me abrazó, dandome un pequeño beso en el cuello.
-¡¡Ishir!!-grité apartándole, luego suspiré.-Admitelo, solo has dicho eso porque eres un pervertido, pero yo nunca estaré a la altura de esas mujeres. Así que no voy a ir.
Ishir me soltó y me miró, su expresión pícara se esfumó y sus ojos me reflejaron una tremenda sinceridad.
-Dizliz te lo digo en serio, ninguna de esas mujeres pueden compararse contigo, quizá tengas unas ropas exquisitas o unos peinados maravillosos, pero ni siquiera con eso podrían igualar tu belleza, porque tu estas preciosa vayas como vayas.-tras decir eso sonrió al ver que me sonrojaba levemente.
-Vaya… gracias Ishir…-agaché la cabeza un segundo y luego volví a mirarle.-Pero la decisión está tomada.
-Bueno como quieras, pero si cambias de opinión avísame y yo mismo te acompañaré a comprarte un vestido bonito ¿vale?
-Vale muchas gra…-en ese momento empezó a nublárseme la vista y noté que empezaba a caer. Justo antes de perder el conocimiento.

La ciudad fremen estaba completamente destruida. La muerte y el sufrimiento se reflejaban por todas partes y los gritos agónicos se oían allá donde fuera. Yo corría por el refugio mirando a todas partes.
-¡¡Mamá!!
-¡¡Dereck!!
Pero no era Dereck, era Chrystal la hija de Shalya y Ghassan atrapada bajo unas rocas, llorando y pidiendo auxilio, pero nadie la ayudaba.
-¡¡Shalya!!-gritaba yo buscando a mi amiga.-¡¡Ghassan!!
No había respuesta, sólo sangre y gritos, sangre y gritos. Corrí hacia la casa del líder y allí los vi a ambos, tumbados cubiertos de sangre, al parecer Ghassan había caído tras intentar proteger a Shalya y luego había muerto ésta.
-¿Qué esta ocurriendo?-pregunté horrorizada.-¿Por qué ocurre esto?
-Dizliz… tienes que evitar esto.-oí a mi espalda una voz familiar.
Al girarme vi a Rick, con la misma sonrisa de ligón que tanto me había enamorado.
-¿Rick? No puede ser, tú… Tú estas…
-Shhhh.-dijo él poniendo el dedo índice en mis labios y abrazándome.-Tú puedes evitar esto Dizliz, llevate a tus mejores jinetes a la ciudad fremen y evita que acaben con ella.

Tras decir eso me miró con una sonrisa mientras las lágrimas paseaban por mis mejillas.
-No me llores tigresa.-dijo secando mis lagrimas y acariciándome el rostro.
-Rick… no puedo seguir así, no sé si tengo fuerzas…-lloré aferrándome a él.
-Claro que puedes Dizliz, confío en ti y tus subordinados también, salva a tus amigos.-dijo.-Estoy orgulloso de ti.-añadió antes de besarme los labios con delicadeza y luego desapareció.
-¡¡Rick espera!! ¡¡Espera!! ¡¡No me dejes sola por favor!!-grité.


-¡¡Dizliz depsierta!!-oí la voz de Ishir, y al abrir los ojos le vi frente a mi con expresión preocupada.
-¿Qué…? ¿Dónde..?-intenté articular.
-De repente te has desmayado y te has puesto a gritar SU nombre…-dijo Ishir agachando la mirada y reflejando en sus ojos algo que no alcancé a comprender.
-¿Su nombre?-Pregunté.
-El de Rick…-musitó Ishir.
En ese momento recordé todo lo que había visto mientras estaba desmayada, recé en silencio por que solo fuese un sueño y me levanté de un salto.
-Ishir, reúne a nuestros mejores jinetes, te espero en diez minutos en la puerta de la ciudad, nos vamos a la ciudad fremen.-ordené.
-¿Cómo? Pero si hoy no teníamos previsto..
-Tengo un mal presentimiento.-le corté.
Él frunció el ceño y asintió.
-Entendido Dizliz, nos vemos en diez minutos.

Antes de salir hacia la ciudad fremen Nirahina volvió y vino conmigo y los demás jinetes a la ciudad fremen. Cuando llegamos suspiré aliviada, todo estaba en orden, pero unos minutos después comenzaron a atacarnos.
La batalla no dejó demasiados caídos, aunque cada uno de ellos era un suplicio para todos los fremen, tras algo más de un par de horas de lucha habían caído todos los enemigos y pude ver como un hombre alto y pelinegro me miraba fijamente, había algo en él que me resultaba familiar, peor no supe decir que era hasta que alguien gritó a mi lado.
-¡¡Azim!! ¡¡Es Azim!!
El grito desgarrador de Shalya me hizo dar un salto y mirarla, luego volví la vista hacia aquel hombre mientras él y su acompañante, un muchacho pelinaranja, se alejaban.
Shalya echó a correr para perseguirle pero yo la agarré.
-¡Sueltame Dizliz, tengo que ir detrás de mi hermano!-gritó ella.
-Shalya cálmate, ese hombre no puede ser Azim, tu hermano esta muerto.
-¡¡Pero Dizliz mírale!! ¡¡Es Azim!!-gritó de nuevo ella.

No puede ser Azim… él esta muerto, yo ví su cabeza…

-Shalya no puede ser Azim.-repetí.
-¡¡Dizliz reconocería a mi hermano aunque llevara máscara!! ¿Crees que un simple parecido me haría estar tan segura de que es él?
Volví a mirarle mientras se alejaba. Aquella forma de andar, aquel pelo ahora de color oscuro y aquellos ojos…

Me giré hacia Shalya y vi como las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas yo la abracé y luego la agarré por los hombros.
-Shalya te prometo que llegaré hasta el fondo de éste asunto.-dije mirándola a sus ojos llenos de lágrimas.
Acompañé a mi amiga a buscar a su familia y cuando vió a Chrystal y a Ghassan fue corriendo hacia ellos y los abrazó. Besó varias veces a Ghassan aferrándose muy fuerte a él y éste acarició su melena rosada y la miró con preocupación mientras le quitaba las lágrimas de las mejillas.
Después de que Shalya le contara al líder todo lo ocurrido yo me despedí de ellos y junto con mis jinetes me marché hacia la ciudad de nuevo.

Una vez allí dejé a Nirahina en casa, estaba muy extraña desde la batalla, apenas pronunció palabra durante el viaje de regreso y estaba bastante seria, achaqué su comportamiento al cansancio y me fui hacia casa de Ishir y llamé a la puerta. Él abrió mientras sujetaba un pañuelo con hielo en una herida que tenía en la frente.
-Hola Dizliz, no te esperaba.-Saludó sorprendido.
-He venido a ver como estas.-dije mirando con preocupación la brecha de su frente.
-¿Lo dices por esto? No es nada, hace falta algo más que una pedrada para acabar conmigo.-sonrió.
-¿Puedo pasar?-pregunté también intentando esbozar una pequeña sonrisa.
-Claro, mi casa es tu casa.
Curé en silencio su herida de la frente así como pequeñas magulladuras que tenía en la espalda y el torso.
-Dizliz.. ¿estas bien?-preguntó cuando acabé.
-He visto a Azim.-dije clavando mis ojos en él.
-¿Has soñado con él? Yo de vez en cuando también recuerdo algunos momentos vividos con..
-No Ishir, le he visto de verdad.-le interrumpí.
-Pero Dizliz eso es imposible, tíu sabes mejor que nadie que Azim está…
-Si sí ya lo se, pero te juro que le he visto.

Le conté a Ishir los momentos vividos con Shalya y él me escuchó sin mover ni un músculo, cuando acabé puso su mano en mi barbilla y la acarició.
-Sé que ambas le teníais mucho aprecio pero… Dizliz.. ¿No esperaras que me lo crea verdad?
-¿Por qué iba a mentirte?-dije ofendida.
-No digo que me estés mintiendo, posiblemente estés agotada y eso hace que no veas las cosas con claridad.
Yo agaché la cabeza y luego volví a mirarle.
-¿Me llevarás a Corrín?-pregunté de repente.
Ishir me miró con los ojos muy abiertos.
-Cla.. claro, ¿has cambiado de idea respecto a lo de la fiesta?-preguntó.
-Así es, he de averiguar si lo que he visto es más que una alucinación y solo hay una persona que puede darme respuestas.
-¿Quién?-preguntó.
-Eso no importa Ishir.-dije esquivando su pregunta.-Pero seguro que puedo averiguar algo en esa fiesta de la casa Corrino.-dije segura de mi misma.
-Esta bien Dizliz, ¿Cuándo salimos?-preguntó.
-Mañana por la tarde.
-Muy bien, si quieres puedo acompañarte a buscar un vestido bonito para el acontecimiento.-ofreció con amabilidad.
-De acuerdo, ven a buscarme mañana por la mañana.-esbocé una sonrisa triste.

Mientras caminaba hacia mi casa mil pensamientos nublaban mi cabeza. ¿En serio era aquel hombre Azim? Y si era él… ¿Por qué estaba tan extraño? Yo había visto su cabeza, ¿Cómo había sobrevivido? ¿De quién era aquella cabeza? Y lo más importante… ¿Por qué había atacado a los de su propia casa incluyendo a su propia hermana?

Necesitaba respuestas a todas mis dudas y sólo había una persona a quién podía hacerle esas preguntas. Ella seguramente estaría en esa fiesta Corrino: la Baronesa Ilysse Harkkonen.

*OUT* Bueno pues aquí dejo el Posty de Dizliz, los iento me quedó un poco largo pero habia demasiadas cosas que poner n.n gracias a Kike por dejarme usar a Rick un segundín y espero ke no te moleste kao que hiciera aparecer muy brevemente a nuestra pequeñita familia feliz n.n ojalá os guste besitoosss porcierto Ilysse.. ¡¡Voy a por ti!! xDDDD *OUT*




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