Ah, Corrin... qué lugar tan...¡brillante! Era genial ver todas las casas redecoradísimas... La nave hacia Dune tardaría unos días aún, así que haríamos turismo hasta entonces. Victor y yo llamábamos un poco la atención entre la gente tan bien vestida.
Pero el Harkonnen se cansó pronto del paseo (aunque solo hacía 2 horas que paseábamos) y se quedó en una posada tomando algo. Yo seguí paseando y fui al palacio imperial, ya que nunca había puesto los pies allí...
Parecía que en la entrada estaban estrenando decoración, puesto que había montones de cajas, que los sirvientes trajinaban de aquí para allá; algunos extendían las alfombras en el suelo y se llevaban las viejas. Una sirvienta bastante joven se acercó a mí, con una sonrisa falsa y dándome la bienvenida.
- Gracias, gracias –respondí, sin hacerle mucho caso.
- ¿Está invitado a la fiesta, señor DKD? –Oh, ¡al fin alguien me conoce!
- ¿Fiesta?
- La que celebramos en Corrin cada año, señor –negué con la cabeza. Esa era una fiesta para nobles, y yo, por desgracia, no era uno de ellos.-. Acompáñeme, por favor.
Acompañé a la chica, que me llevó por los pasillos del palacio, hasta llegar delante de una puerta. Llamó a la puerta, y no la abrió hasta que le dieron permiso para entrar.
- Disculpe, madame Athenía, me gustaría hacerle una sugerencia, aunque salga de esta humilde servidora –e hizo una reverencia. ¿Sugerencia?
- Dime – dijo madame Atenía, mientras se giraba. Era una mujer mayor, con el pelo muy corto y los rasgos muy marcados. Dudé de si realmente era una mujer.
- Aquí tenemos al señor Kyros, cantante famoso entre los jóvenes -¿Kyros? ¿Sabía mi nombre completo? La mujer me miró de arriba abajo, con “asco”.- ¿Podría cantar él en la fiesta? Tiene una voz preciosa... –la chica me miró de reojo, mientras que la madame abrió mucho los ojos, sin dar crédito a lo que acababa de oír. La sirvienta siguió hablando: - Además, los rumores dicen que no hay cantante este año... –Madame Athenía tosió.
- Bueno, está bien. Ya puedes irte –La sirvienta hizo una reverencia, y al girarse me miró y me guiñó el ojo. Me quedé solo con madame. Estaba asustado. –Así que Kyros... habrá que “retocarte un poco”. Primero te daré un traje para que puedas venir a la fiesta, y un par de entradas. Podréis quedaros con tu acompañante a dormir en el palacio pero tendrás que ir a ensayar con nuestros músicos todos los días hasta que llegue el gran día. Y una última cosa... nada de canciones fuertes ni rápidas, todo serán baladas y, como mucho, rítmicas para poder bailarlas. Aunque no dejaré que mandes a los músicos. Nada más.
- Ehm... sí... esto... ¿y el traje?
- ¡Las sirvientas te darán uno! –solo faltaba que me gritara para que saliera corriendo de la habitación.
Fuera estaba la sirvienta de antes, sonriendo. Con su dulce voz, volvió a pedirme que la siguiera. Llegamos a una de las habitaciones de los invitados y me dejó allí un rato, hasta que vino con un traje negro con algunas rayas grises. Antes de que se marchara, le pregunté por qué sabía unos de mis nombres, Kyros, y me respondió una frase antes de irse.
- Las “brujas” los sabemos todo.
Me quedé un rato en la habitación, y luego pensé que quizás debería decirle a Victor lo de la fiesta... Aunque dudo que le guste. Bueno, si no le invito a él, ya encontraré a alguien.
//OUT// Queridos míos, DKD ha vuelto =D!! Sorry por no postear en estas... ¿3 semanas? Gomen~ Awn, me pido un mini-hiatus porque no se cuando tendré portátil T_TU Pero como los findes estoy por aquí, podré rolear y postear o_o //OUT//
Hiro volvió al desierto a las 1:11 p. m.
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