Oh... el jefe no quería estar mucho tiempo en Giedi Prime, así que nos fuimos enseguida. Fue una lástima, porque vimos a Johann y no pude casi ni hablar con él... Pero bueno, cuando volviéramos, ya habría tiempo de sobras...
¡Ahora íbamos a Kaitan! También me gustaba Kaitan, con sus edificios altos y decoradísimos, y todos siempre iban de gala y bien vestidos y las niñas iban con lacitos y vestidos con puntitas y florecitas... Pero el jefe nunca me soltaba y no podía ir muy lejos... él decía que iba a perderme...
Bueno, salimos de la nave y allí estaba la “ciudad imperial” como todos le llamaban, junto al “castillo imperial”, el “jardín imperial”, el “edificio imperial” y más cosas imperiales que no recuerdo. El jefe miraba alrededor con ojos brillantes, y Miki se escondía en su capucha. ¡Se notaba tanto que el jefe había vivido siempre allí! Bueno, o eso o miraba las joyas incrustadas en los edificios.
Entramos por la “puerta imperial”. Los pasillos eran grandes y muy altos... Pero nosotros no íbamos hacia la sala grande del “palacio imperial”. No. Porque nunca hemos ido a ninguna sala grande de ningún palacio. ¡Yo quería ver el palacio! Así que, cuando encontramos al señor con el que Idan tenía que hablar, yo me escabullí. La verdad es que había mucha protección, muchos guardias y sirvientes... ¡Pero eso no era problema para la gran espía Hilda! Me escondí detrás de las cortinas, en los márgenes de las puertas, en los cruces de los pasillos... y no me vio nadie (creo). Hasta que en un pasillo todo recto, vi a dos guardias y tuve que meterme en una habitación. ¡Era justo como si jugara al escondite!
La habitación era grande, con una cama grande, un espejo grande y... bueno, como era del “castillo imperial” serían una “habitación imperial”, una “cama imperial” y un “espejo imperial”. En el “tocador imperial” había un cepillo y algunos polvos de maquillaje. ¡Así que estaba en la habitación de una chica!
Oí los grilletes de la puerta y me escondí debajo de la cama.
Vi pasar por delante de mí unas “zapatillas imperiales" blancas, hacia la derecha. Luego las mismas, hacia la izquierda. Y una y otra vez, todo el rato lo mismo. ¡Quien había entrado no dejaba de dar vueltas! Además parecía que debajo de la cama no limpiaban, porque estaba lleno de polvo... y... y ...
- ¡Achús! - ¡Oh no! Ahora me encontrarían y me delatarían... con lo que me ha costado llegar hasta aquí... Las zapatillas se detuvieron. Y de pronto, la cara de una chica de ojos dorados apareció frente a mí.
-¿...Qué...?
¡¡Noo!! ¿Había perdido? ¿Me habían descubierto? La chica se alejó.
-Guardias-dijo flojito, pero parecía que iba a repetirlo, más alto.
- ¡No! -salí de la cama rápido y me puse delante de la puerta, mirando a la chica. Me quedé frente a ella.
- Por favor, no me delates... solo soy una inocente niña jugando al "escondite imperial".
La chica llevaba un vestido blanco, y tenía una melena rubia muy blanca. Parecía más enfadada que asustada.
-¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Cómo has burlado la seguridad? ¿Eres una asesina?- empezó a hacerme preguntas, pero no tuve tiempo a contestarlas.
- ¡No! ¿Por qué querría asesinarte...? ¡Ah! Mira... -cogí un mechón de pelo de la chica y otro mío, y los junté.- Tenemos el mismo color de pelo...
-Estás loca...-dijo ella alejándose un poco hacia atrás.
- ¡Quizás somos primas lejanas o algo! Ah... no soy mala... Me llamo Hilda, ¿y tú?
-¿No sabes quién soy?-dijo, agachándose frente a mí para quedar a mi altura.
- ¿Eh? ¿Acaso tengo que conocer a toda la "gente imperial"?
- No. Pero a mí sí -sonrió divertida. Me sonaba su cara, pero...
- Ah. Pues no sé.
-Mi nombre es Valeria. Soy la...futura emperatriz. La princesa, si prefieres.
- ¿La princesa? ¿Sin vestido de florecitas ni lacitos? ... ¿Seguro?
La princesa dejó de sonreír.
-¿Qué haces aquí? ¿Has venido sola? ¿Cuál es tu objetivo?-volvió a hacerme preguntas, otra vez no me dejó tiempo para poder contestarlas.
- Solo me escondía de los guardias... ¡Ah! He venido con dos compañeros, pero me escapé de ellos.
-¿Cómo se llaman tus...compañeros? ¿Qué función desempeñan?
- ... ¿Qué significa "desempeñan"?
Valeria rió suavemente.
-Que qué hacen. ¿Cuál es su trabajo?
- ¡Somos piratas! -me senté en la "cama imperial", aunque nadie me había dado permiso. Ella primero pareció molestarse. Luego, se sentó a mi lado.
-¿De verdad? ¿No es peligroso?
- ¡No! ¡Es divertido!
La princesa sin "vestido imperial con lacitos y florecitas" y yo estuvimos hablando un rato más, pero aún me preguntaba si éramos primas lejanas o algo... O bueno, quizás no lo éramos, porque ella era una princesa y yo no.
- ¡Ah! Me había olvidado de Miki y de Idan... tengo que ir a buscarles, o me echaran de menos...
La chica, que se había reído mucho durante la charla, se puso seria de nuevo, como cuando la encontré.
-Es cierto. Es hora de que te marches-se levantó y tendió la mano-.Te llevaré a la salida, vamos. Le di la mano a Valeria, y salimos de la "habitación imperial".
La gente nos miraba fijamente al vernos pasar. Caminamos hasta llegar a un “salón imperial” muy amplio, donde había reunida mucha gente hablando y pidiendo cosas. Todos se quedaron en silencio al vernos llegar.
-¿Dónde están tus compañeros?-me preguntó.
- Pues... no lo sé... ¡Ah! ¡Mira! ¡Allí está Miki! ¡Miki! -grité y cogiendo a Valeria me acerqué al encapuchado. Al estar cerca vi que parecía enfadado, bueno Miki siempre parecía enfadado, y a pesar de esconder su rostro se veía que estaba enfadado, aunque... ¿alguna vez Miki no está enfadado?
- ¿Qué te dijimos antes de salir de la nave Hilda?- para no variar mucho, estaba enfadado.
- ¡Yo quería ver el "palacio imperial"! Y si iba con vosotros no me hubierais dejado ir... -agaché la cabeza, pero no estaba triste ni nada. Solo pasaba que no me gustaba que me riñesen, y menos delante de una amiga...
-¡Hilda!-Idan vino hacia nosotros-¡Menos mal que estás a...!-de pronto miró a Valeria, se quedó blanco y fue como si cayese al suelo, aunque más bien parecía una de sus reverencias -¡A sus pies, Princesa! Discúlpenos...
- ¡Ah! Este es Idan -señalé al jefe- y este otro es Miki...- Pero el Atreides estaba igual que siempre, como si tuviera a una persona normal delante.
Miré a la princesa, a ver como le habían caído, pero por la sonrisa un poco triste que me hizo la princesa vi que iba a irse. Le soplé un besito, pero no hizo nada, así que quizás no lo había visto. Se puso cara a cara con Miki e Idan -más bien a Miki, ya que el jefe estaba prácticamente en el suelo- y habló con una voz muy fuerte, que no había utilizado conmigo antes.
-¡Escuchadme, vasallos! Controlad mejor a los que estén bajo vuestra responsabilidad. Otro error como éste, no será tolerado. Adentrarse en el interior del Palacio Imperial sin la debida autorización se castiga con la ejecución inmediata del sujeto y sus cómplices.
Sin decir nada más, se dio la vuelta y desapareció entre la gente, que poco a poco volvió a hablar, esta vez entre susurros. Miki apretó los puños con rabia, y cuando ya no veíamos a la princesa rescató al jefe del suelo.
-Ni una palabra, Michael -le susurró el jefe, al verle la cara- ¡Y lo mismo te digo, Hilda!
- ¿Qué? –no entendí que quiso decirme.
-¡Chitón!
Después de eso el Atreides me cogió fuerte de la muñeca, para que no volviera a huir.
- Prosigamos, jefe...
-Ya hemos acabado por hoy, vámonos, rápido -dijo Idan, caminando hacia la puerta de salida.
Luego Miki le siguió, mientras me arrastraban hacia la nave.
- Adiós "palacio imperial"...
La verdad es que me dio un poco de pena irme así... Y lo que más rabia me daba era Valeria... mi nueva amiga... pero... con eso último que dijo, ¿significaba que no podría verla más? ¡Yo quería verla, y no solo de lejos! ¡Y se rió conmigo! ¿Por qué no querría verme otra vez...?
//OUT// again post de Hilda, que una semana me ha pasado muy rápido ;_; a este paso los piratas cogeremos todo el oro de la galaxia xDU Gracias princesa :D y a Miki y Idan, va u_u//OUT//
Bopeep volvió al desierto a las 12:30 a. m.
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