Los preparativos de la consabida fiesta entre Casa iban a llevarse a cabo, este año también. A mí, sin embargo, ese tipo de celebraciones me hacían ponerme melancólica. Era un algo bastante irracional -todo el mundo en palacio se esforzaba para hacer una velada al gusto de la joven princesa-, pero no podía evitarlo.
Aprovechando la ausencia -otra vez- de Christopher Iolaus, escapé hasta la tienda la Ángela. No fue una experiencia agradable, es más, diría que hasta un poco humillante.
Me preguntaba a veces qué me unía a esa mujer, qué me impedía ponerla en su sitio.
De nuevo en palacio, intenté buscar a mi tío. No lo encontré. Estaba ocupado, probablemente ideando alguna estrategia para Dune.
Me refugié en un amplio pasillo central. Con las manos a la espalda, me balanceé, distraída, y contemplé los cuadros de los antiguos emperadores.
¿Por qué no hay ninguna mujer? Me gustaría ver un cuadro de mi madre, para variar.
El último cuadro de la galería se suponía que retrataba a mi padre -nunca me había fijado demasiado en ese tipo de cosas-. Con satisfacción, vi que era un hombre muy bello.
Sin embargo, un enorme sentimiento fúnebre se adueñó de mí mientras observaba la imagen.
Respiré hondo, muy hondo, contuve las lágrimas, y salí corriendo de allí.
n n n
Se me comunicó que mi tutor quería hablar conmigo. Quizás sería por mi "escapada"; pero él estaba reunido durante eso, ¿o no?.
Le esperé en una de las pequeñas "salas de estar" del palacio. En poco entro el, radiante comode costumbre y con una sonrrisa dibujada en el rostro.
Se inclinó saludandome.
-Buenas tardes,pricnesa.
Le miré distraída y me acomodé mejor en mi asiento.
-Buenas tardes, sir Christopher Iolaus.
-Insisto en que me llaméis sólo Iolaus, o Christopher.-levantó la mirada sonriéndome.- como guste.
-Eso no sería lo adecuado, me temo.
-No obstante, estamos a solas...-suspiró.- En fin... como guste princesa...
Entrelacé los dedos a la altura de mi regazo.
-¿Queríais tratar conmigo algún tema?-sonreí.
- Ahá...-sacó un papel y plumilla posándolos sobre la mesa y luego se sentó frente de mi.- Me gustaria que vos me ayudara a hacer su propio horario princesa.
-Ay-me reí-¿Tan pronto y ya estáis cansado de hacer vuestro trabajo?
- No se trata de eso...
-¿¡Vuestro alto sueldo os abruma y queréis compartir la mitad conmigo!?
Esta vez se rió él.
- No... simplemente me gustaria que se sintier agusto con lo que hace... que no se sienta..."explotada".
...Ya.
Me incliné hacia delante, apoyándome un poco en la mesa, y sonriendo, le hice un gesto para que se acercara.
Extrañado, lo hizo.
Tomé con mis manos las solapas de su chaqueta y lo hice hacia mí. En otra situación podía haber sido un gesto bastante amenazante, yo, sin embargo, lo hice con delicadeza.
-Escuchad-susurré, podía sentir su aliento-.Si yo fuese una princesa cuya mayor preocupación fuese elegir un vestido para la próxima fiesta, estaría encantada de jugar con mi horario de clases y de no sentirme presionada ni orpimida. Lamentablemente-mi voz se endureció-, cuando tu reino se va al infierno, el "estrés", es lo de menos.
-Por eso, mi deber es mantener vuestro bienestar.-tomó mis manos suavemente y las apartó.- Aunque no sea posible realizarlo del todo, me gustaría que estés lo mejor posible Valeria... Solo tienes 17 años, tienes demasiado peso sobre tus hombros...
-Nadie dijo que una corona fuese algo ligero-murmuré tristemente, casi para mí-.Vigilad vuestro lenguaje, sir Christopher Iolaus-le recordé después en tono áspero-.No admito un tono condescendiente. Por no hablar del respeto que me merezco.
- Disculpad princesa...- me soltó ls manos.- Disculpadme por preocuparme por vuestro bienestar, parece que os moleste que los demas os muestren algo de afecto- dijo indignado.
Será la falta de costumbre.
Suspiré y puse los ojos en blanco, mientras me alejaba.
-Tengo todo el que necesito de mi amado tío-siseé.
-Pues siento recordarte que soy tu tutor y muy a VUESTRO y a MI pesar, es también parte de mi deber.- parecia ofendido.- Tranquila princesa, haga lo que quiera con su horario, si cree que es mejor estar estudiando todo el dia, que tener tiempo para vos... que así sea.- finalmente, suspiró.
¿Cómo te atreves, gusano...?
Tomé el horario entre mis manos y lo partí en pequeños trocitos.
-Quiero aprender esgrima, estrategia y economía. Pero eso no se le enseña a las damas de esta corte, así que dejadme en paz con mi actual horario, diseñando por el propio consejo en su día.
- Yo puedo enseñarte aprte de esas cosas- pausó.- a mi no me importa "lo que se le enseñe a una dama de la corte", a mí me importa lo que tú quieres saber.
Levanté la mano para abofetearle por sus repetidas faltas de respeto. Sin embargo, una idea retorcida se formó en mi mente. Me acaricié el cabello con la mano que había elevado.
-¿De verdad?-pregunté.
- Al ser espía, la esgrima es parte de las artes que sé, la estrategia forma parte de mi trabajo... en lo que menos podría ayudaros es en la economía...- su tono se suavizó.- Yo solo haré lo que vos me pidáis, así que...-se levantó y inclinó en forma de despedida y se dispuso a marcharse.
-¡Esperad!-me levanté de un salto de la silla y me agarré de su brazo-¿De verdad me ayudaríais? ¿Cuándo? ¿Dónde?
- Por eso...quería hacer un nuevo horario...-se lamentó mirando el papel hecho añicos.
-No creo que ni mi tío ni el Consejo aprobasen que me enseñáseis esas cosas, un horario con esas anotaciones solo os comprometería-puse la mejor de mis sonrisas-¿No creéis, Iolaus?
-Cierto, pero soy un hombre organizado y este seria nuestro horario secreto.
-Memoricémoslo y ya está.
-Esta bien, como desee.
Narré con facilidad -¡cómo que me lo estaba inventando!- un horario semanal. Él asintió a mis explicaciones, dando su opinión en algunos puntos, hasta que finalmente quedamos de acuerdo.
-Fantástico, así aprende lo que desea y dispone de más tiempo ludíco.- rió.- Pero primero va su fiesta.-sonrió
-No es mi fiesta.
-Ya, pero vos sereis la joven que más destaca entre todas.-me halagó.
Parpadeé fingiendo timidez.
-Gracias.
-Me gustaría que en dicha ceremonia, me concediera un baile.
Si sigues vivo hasta entonces...
-Será un placer-sonreí.
Iolaus, acabas de caer de pleno.
Mientras nos dirigíamos unas corteses palabras de despedida, mis pensamientos ya se centraban en la forma de acabar con la vida de mi insistente tutor. Verme a solas con él...¿podría haber una oportunidad mejor?
La puerta se cerró y yo sonreí de forma siniestra. La idea ya había cobrado forma, la forma de un Danzarín Rostro...
Ángela me había preguntado ese mismo día, "¿por qué quieres asesinarlo?". Había evitado contestar directamente.
No necesito a nadie que me diga lo que debo o puedo hacer. Es cuestión de tiempo que yo sea Emperatriz. El Consejo y este hombre sólo aplazan la llegada de ese momento más y más.
Eso le habría dicho.
//Out// Gracias a mi tutor :P! Espero que el post haya gustado, estos dias no estoy muy inspirada >_>
P.D:
-Por estudios, Kike no estará disponible un tiempo (bueno, ya lo ha dicho él XD pero ya que anoto todo...) Ánimos Kike ò.o!
-Los posts están siendo de verdad buenísimos, y estoy muy contenta de que casi todos posteemos cuando toca =3 sois geniales!
//Out//
Kaori volvió al desierto a las 10:33 p. m.
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