El día se presentaba como otro cualquiera, abrí como cada mañana mi pequeña (pero perfecta) tienda de armas esperando a los ingenuos clientes a los que tendría el placer de estaf… atender.
No tardaron ni media hora en aparecer los primeros clientes, el primero venia buscando una pistola pequeña, con silenciador. ¿Un crimen silencioso? Bah no era de mi incumbencia, se la vendí por el doble de lo que costaba realmente, aquel estupido estaba desesperado.
¡Cling! ¡Cling!
Cuando por fin la tienda se había quedado en silencio, volvió a sonar la campanilla. Entró un hombre joven, un cliente fijo. No importaba cuánto se esforzara por sonreír o por tener una buena presencia...Había algo en sus ojos que impedía a la gente confiar en él del todo.
Y por eso acababa siempre haciendo trabajos ilegales.
-¡Buenos días!-dijo jovialmente, antes de que la puerta se cerrase del todo.
-Buenos días.-conteste con una sonrisa.-Hacia tiempo que no te pasabas a hacerme una visita Idan.
-Es cierto, y me duele...Sabiendo que cada día que pasa te vuelves aún más hermosa, Ángela-respondió, haciendo una rápida reverencia-.Así que, en cuanto pongo los pies en Kaitan, vengo a verte.
-Vaya gracias.-dije guiñándole un ojo.- ¿Y donde dejaste a tus dos compañeros de aventuras?
-Están por ahí, admirando la ciudad, seguramente. ¡Espero que no se metan en líos por no tenerme cerca!-rió divertido- Y, ¿cómo va el negocio?
-Genial, cada día mejor.-reí.-La gente de Kaitan esta cada día mas loca… y eso me beneficia.
-Deberías aprovechar para hacer negocio a lo largo del universo-suspiró como si estuviese harto-. La "locura" se ha extendido a todos sitios, créeme.
-Algo he oído… las noticias vuelan.-dije mirándole.- Así que ya sabes, si conoces a posibles buenos clientes para mi... dales mi numero de teléfono y ya te hare alguna rebajita en tus pedidos-sonreí maliciosa.
-Hablando de pedidos...
-Pide por esa boca tan ridículamente atractiva.
Sonriendo halagado, Idan sacó un rollo de papel de uno de sus bolsillos y, manteniéndolo a la altura de su barbilla, lo dejó desplegarse. El pirata tenía anotadas una infinidad de pedidos, en su mayoría piezas pequeñas (pero costosas y fundamentales) para el mantenimiento de una nave.
-Sólo son un par de cosillas sin importancia, querida-dijo, poniendo su mejor sonrisa.
Releí un par de veces la lista de cosas mientras me rascaba suavemente la barbilla, luego sin decir nada me metí en la parte de detrás de la tienda, un pequeño almacén tremendamente organizado, y en menos de dos minutos volví a aparecer frente a Idan con una caja cuyo contenido era todo el pedido de este.
-Aquí esta todo.-dije dejando la caja sobre el mostrador.
-¡Qué rapidez! Cada día me asombras más-murmuró el joven, mirando con ojos brillantes su pedido.
Sonrei.
-Son… cinco mil monedas, pero por ser tu te lo dejo en tres mil.
-Ah...-Idan palideció un poco-.La verdad es que estoy atravesando unos muy, muy leves problemillas financieros...
Suspire.
-Ya lo sabes Idan, si no hay dinero…-aparte la caja del mostrador.-No hay piezas.
-¡Pero sabes que yo siempre te pago...más tarde o más temprano! -suplicó- .Son...unas piezas realmente importantes, ¡y no puedo trabajar sin ellas! Pronto cobraré y...¿sabes que ahora hago negocios con el mismísimo Johann Harkonnen? Pues eso, que...¡pagarán bien! Oh-me tomó una mano- tú siempre has sido famosa por tu benevolencia y amabilidad, Ángela...¿no podrías hacer una excepción sólo esta vez?
Le mire y no pude evitar sonreír.
-Contigo los negocios no me son rentables ¿eh? -Dije hablándole como una madre que regaña a su hijo después de que este haga una trastada.- Si no fuera porque siempre me consigues una gran cantidad de clientes…
-Bueno...Ya sabes, soy un cliente contento que trae a más clientes...
Suspire de nuevo.
-En fin… supongo que por esta vez podemos dejarlo en… mil monedas.
Idan me tomó de la otra mano también, eufórico.
-¡Ángela! ¡Ángela! ¿Te he dicho alguna vez lo mucho que te quiero?
-Incluso me has pedido matrimonio…-sonreí.
-Oh, AQUELLA otra vez que tenía unos ligerísimos problemillas económicos.
-Así es. -reí. -Si no fuese por esos problemillas tuyos económicos estaría tremendamente tentada de aceptar tu proposición. -Agarre suavemente su barbilla y le di un pequeño beso en los labios.
Él me sonrió con picardía.
-Si me casara con una mujer tan ric...MARAVILLOSA como tú, seguro que se acabarían todos mis problemas...
-No soy tan ric.. digoo maravillosa como crees.-le guiñe un ojo.-Anda largo de aquí antes de que cometa una locura y te secuestre para que te quedes conmigo.-reí divertida.
-Muy bien, me marcho, cuídate, preciosa-dijo, dándose la vuelta. Un leve chasqueo de mi lengua le hizo girarse y depositar una cantidad de dinero en la mesa-.Ya me olvidaba, ¡qué despistado soy!
Y tras eso, se alejó y me lanzó un beso volado antes de marcharse, con la caja por la que había pagado entre las manos.
-Que chico…-sonreí mientras negaba con la cabeza.
Diez minutos mas tarde apareció una mujer que tenia una infestacion en casa y quería comprar ratoneras.
Esto no es una tienda de animales querida…
Le sugerí que comprara un veneno suave, pero lo suficientemente eficaz para acabar con esas pequeñas maravillosas criaturas que acechaban su morada. Tras un cuarto de hora de deliberación sobre cual era el veneno mas adecuado para su problemilla, se marcho feliz como una lombriz.
Mientras estaba de espaldas a la puerta colocando los frascos de veneno que acababa de sacar para mostrárselos a mi ultima clienta, oí el tintineo de la campanita que anunciaba la llegada de un nuevo cliente al que estaba dispuesta a desplumar, sin embargo no me di prisa en girarme, pues si estaba ahí era porque realmente le interesaba mi tienda, ya que no era un lugar fácil de encontrar. Así pues, si estaba allí, significaba que no iba a marcharse con las manos vacías.
De repente algo me abrazo suavemente por la cintura, y pude notar una suave inspiración en mi cuello como oliendo mi perfume, tras eso un suspiro de aliento mentolado en mi cuello.
Sonreí
-Cuanto tiempo sin verte Christopher-dije dándome la vuelta y apartando sus manos de mi cintura.
-Echaba de menos el dulce perfume de una flor como tu-dijo tomando un mechón de mis cabellos y besándolo- estuve ocupado, mi bella Ángela.
-Vaya, tan zalamero como siempre, y tan guapo, si me permites decirlo.-dije mirándole.
-¿Acaso te molesta?-se acerco a mí con picardía.
-En absoluto.-dije poniendo mis manos alrededor de su cuello.-Ya pensaba que te habías olvidado de tu vieja amiga Ángela.
Se rió suavemente.
-Nunca podría olvidarme de una preciosidad como tú, y mucho menos por supuesto, tratándose de TI...- tonteo juntando su frente con la mía sonriendo.
-Jajaja ya veo.. tu tampoco eres fácil de olvidar Christopher Iolaus…-dije rozando mis labios con los suyos pero sin llegar a besarle.
-Eso.. me alegra...- y no hizo falta, pues tras esas palabras el beso, deseando mis labios, sin parecer quedarse contento solo con eso.
Christopher me empujo contra el mostrador de la tienda y me sentó sobre el mientras con una de sus manos acariciaba mi muslo y me levantaba el vestido.
-Quieto…-le susurre al oído mientras ponía mi mano sobre la suya para que dejara de acariciarme.-Ahora estoy trabajando Christopher, no puedo.
-Lo sé...- parecía no importarle, y de repente encontré un frasco entre nuestras caras.- vine por tu trabajo querida.
-Vaya…-murmure con curiosidad arrebatándole el frasco de las manos y examinándolo.-¿Qué necesitas pues?
- Saber... ¿Por qué le vendiste esto a.....VALERIA?
Maldita niñata descuidada e inútil…
Me cruce de brazos arqueando una ceja.
-No se de que me hablas.
-Me gustaría opinar lo mismo Ángela... pero... se reconocer algo perteneciente a esta tienda- dijo sonriente.
-¿Me he metido en un lío?-ironice
-Vendiste...."por accidente"....un veneno.... a la princesa para...envenenar... a su tutor....- caminaba de arriba a bajo inspeccionando el frasco y a mi.
-Por favor.-fingí sentirme ofendida.-Yo jamás haría tal cosa. Ella me dijo que había cucarachas en sus aposentos y yo... simplemente intente ayudarla a librarse de ellas.-afirme muy segura de mi misma.
Se echó a reír.
-Perdóname si no te creo... mi querida Ángela...-dejo el frasco tomándome de nuevo entre sus brazos y empezó a besuquearme el cuello- veras... ESE...tutor.
-¿Cómo ha acabado un espía siendo el tutor de la futura emperatriz?-le corte después de besarle.
Pareció decaído por mis palabras, apoyando su frente en mi hombro cansadamente y dejando ir un largo suspiro.
-¿Qué buscas en mi tienda? ¿Consuelo… o tal vez… venganza?-dije acariciándole la nuca.
-Solo buscaba respuestas...no me gustaría que la ayudaras... a matarme...-se tranquilizo al tacto de las caricias.
-No tengo nada contra ti mi querido Christopher… pero ya sabes…-le bese suavemente en los labios.-El negocio es el negocio.
-Entiéndeme...-me aferró más a él.- no quiero tener que hacerte nada...es más, te temería como enemiga...-acariciaba lentamente mis largos cabellos.
Acerque mucho mis labios a los suyos.
-Eres espía, no te ocurrirá nada si abres bien los ojos.-susurre arrastrando las palabras con mucha sensualidad.
-Cierto...Al fin y al cabo, solo vine a confirmar mis sospechas.-me mordio suavemente el labio inferior.
-Espero que no me delates…-dije mientras comenzaba a acariciarle la espalda.-Si no nuestra… amistad… podría verse afectada.-hice una pausa para besarle levemente.-y eso seria una lastima…
-No pensaba hacerlo querida, como dije...-esta vez el pauso para besarme a mi, aunque menos levemente.- Solo vine a confirmar información... ¿Valeria quiere jugar? bien... pues yo soy su tutor y mi deber es cubrir sus necesidades...Así que... voy a jugar con ella- mordisqueo mi oreja- Aunque...por supuesto... esto queda... entre tú... y...yo.
-Naturalmente.-sonreí antes de besarle esta vez apasionadamente.
En ese momento Christopher me cogio en brazos y me llevo a la trastienda mientras me besaba por todo el cuerpo.
-Pensaba que solo habías venido por cuestiones de trabajo…-le susurre al oído antes de que ambos sucumbiéramos a la pasión.
-Siempre hay tiempo para lo demás cielo.- empezó a reír y cerró la puerta con un pie mientras nuevamente seguía con su recorrido de besos.
*OUT* Puessss aquí el siguiente posty de Ángela, siento el retraso y el siguiente retraso ke tb llegara, pero como sabeis he estado una semanita de vacaciones y.. en dos dias me voy otra semana xDDD pero bueno ya posteo triple para no atrasarme mas y cuando vuelva me pongo las pilas de nuevo, espero que os haya gustado el post, yo me divertí mucho escribiéndolo, gracias a mi primi y a kao por su maravillosa ayuda :P *OUT*
Sobrina volvió al desierto a las 2:30 p. m.
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