Desde la nave vi como empezaba a llover en la “ciudad imperial”. ¡”Lluvia imperial”! Quería salir de la nave a mojarme un poco debajo de la lluvia imperial, a ver si el agua me hacia tener un vestido lleno de bordados, lacitos y colores... Pero Miki me encerró en la nave, para que no saliera y volviera a ir a ver a Valeria (o me perdiera por la ciudad, como él dijo).
Así que aquí estaba, pasando el rato sola en mi habitación, jugando junto al señor X y la señora coneja... El señor X era un señor negro, con los ojos en x y con un corte en la tripas y un clavo clavado en su corazón de espuma. La señora coneja era de color azul y tenía unas orejas y unas pestañas muy sensuales. Estaban casados, pero siempre había malentendidos entre ellos... Yo intentaba ayudarles, pero la señora coneja siempre acababa pegando al señor X...
Y de fondo sonó como se abría una puerta. ¡Ya habían llegado! Tiré al matrimonio por el suelo y fui hacia la puerta, pasando por encima de todas las cosas que habían en el suelo. Cerré la puerta, pero una pistola láser se puso en medio... le di una patada y fui a recibir a quien hubiera venido.
Allí estaba Miki, con la misma cara de siempre, la misma ropa de siempre y el mismo pelo de siempre. Pero llevaba consigo una caja que no era “de siempre”... ¿Una “caja imperial”? ¡Qué guai! Me acerqué a él, dirigiéndome a la caja, pero la apartó.
-La comida está servida -dijo secamente. Pero yo no quería comer, yo quería ver lo que había dentro de la caja...
- A veces pienso que tendrías que tirarte un poco de sal por encima, para que fueras menos SOSO.
Arqueó una ceja.
-Qué ingeniosa...-contestó con un tono muy típico de él... Lo usaba cuando decía lo contrario de lo que pensaba. Sería algo así como un “Qué no-ingeniosa...”
Sonreí.
- ¿Qué hay en la caja?
-Nada, piezas de la nave.
- Si no hay nada, no habrá piezas de la nave ...
De repente se hizo un gran silencio... después, Miki intentó huir. Digo intentó, porque no lo consiguió. Antes de que pudiera ir a ninguna parte, acerqué una de mis manitas a la "caja imperial" mirando a ver si realmente había "nada" o habían "piezas de la nave"... Pero enseguida Miki la levantó para que no la alcanzara. Así que no sabía qué diablos había allí dentro.
-¡Deja la caja en paz, estas piezas me son necesarias!-me riñó como siempre. Inflé los mofletes, para que supiera que eso me había enfadado. Pero no me hizo caso.
- Ve a cenar... hoy el jefe no vendrá y yo tengo trabajo, así que cenas sola.
- Jolines... bueno –y suspiré fastidiada. Me miró algo pensativo pero luego zarandeó la cabeza y siguió su camino. Yo fui hacia la cocina a cenar.
Y creo que fue la cena más larga que comí nunca, porque como no había nadie, no podía hablar, aunque me distraía igual... Con un puré de verduras que preparó Miki intentaba hacer figuritas de animales y con la carne hecha trocitos hacía un tren y me los iba comiendo poco a poco...
Cuando terminé de comer, me entró el sueño. Así que fui hacia mi habitación... me costó un poco abrir la puerta, por la de trastos que había detrás... pero finalmente lo conseguí. Hice un enorme bostezo y me dejé caer sobre la cama. Tenía sueño y... no me apetecía ponerme el pijama...
//OUT// Thx to Miki! XD Ay me vino sueño haciendo el final, jope xD Bueno, os he presentado la habitación de Hilda y a sus peluches favoritos :3 Espero que no se haya hecho aburrido... u.u //OUT//
Bopeep volvió al desierto a las 12:17 a. m.
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