Sentí la bofetada que me propinó la arena en el rostro; unas cosquillas sobre el destiltraje. Por un momento, perdí de vista a nuestras víctimas.
Eran... diferentes a las de siempre. No vestían de azul ni hablaban de la misma forma. Parecían estar explorando. Algunos del grupo les daban un nombre. Casa...algo. Pero para mí, eran sólo cuerpos rebosantes de agua.
Yo necesitaba ese agua.
Esperamos, calladitos. Sólo se escuchaba a las presas hablar, y el ruido del vehículo de metal que les acompañaba.
El viento arenoso me golpeó en un lado de la cara tres veces más, antes de golpearme en la espalda. Ése era el momento acordado. Uno de los míos gritó...
Y todos nos lanzamos, como empujados por el viento, aullando, sobre nuestras vícitmas.
La sangre empapó la arena del desierto...
Durante la lucha, observé como aquel vehículo echaba fuego por la boca, Grité, y eché a correr hacia él por detrás. Estaba hecho de un material resbaladizo, y estaba muy caliente por culpa del sol, aún así, logré trepar.
Desde allí arriba, miré hacia el horizonte. Más víctimas se...acercaban.
Aunque el grupo me enseñó que si las víctimas son más que nosotros, dejan de ser víctimas. Se convierten en cazadores.
El vehículo giró bruscamente y tuvé que sujetarme para no caer. Decidír seguir con lo que me había propuesto, y empujé la gruesa tapa de metal del vehículo.
En ese momento, un nuevo giro del vehículo me hizo deslizarme y caer a su interior. Mi destiltraje se rasgó y quedé enganchada a la tapa exterior por medio de mis vendajes.
Me encontré cara a cara con dos soldados. Sus caras estaban al revés y se balanceaban suavemente...
...No, era yo quien se balanceaba...Y quien se encontraba del revés.
Uno de ellos me propinó un golpe tan fuerte que las vendas acabaron de rasgarse y caí al suelo. Gemí, dolorida.
-¡Rata fremen!-chilló uno.
Me incorporé lentamente, mientras una sonrisa se formaba en mi rostro. En aquel grito había un poquito de miedo...
Y si tienes miedo, aunque sólo sea un poquito, has perdido.
Eso dicen los de mi grupo.
Abandoné el vehículo, dejándome caer sobre la arena. Hice un ruido seco al caer. Luego recordé algo y me alejé rápidamente, antes de que el amasijo de metal volara por los aires.
¡Había sido tan divertido jugar con todos esos botones!
Y con las víctimas, por supuesto.
Las pocas que quedaban vivas se giraron para comtemplar la escena, y fueron ejecutados rápidamente por los míos. Me eché sobre la arena, riendo.
-¡Vienen más!-dije entre risas-¡Muchos más!
Sin embargo, algo pareció no gustarles a los del grupo, que echaron a correr rápidamente.
-Hey, ¡esperadme!
Eché a correr tras ellos. Todos se habían acordado de llevarse algo; una víctima para usar su agua, un arma...Yo tomé lo primero que vi, un casco de algún soldado, y seguí a los míos.
-Sangras-me espetó alguien.
-No es nada-sonreí.
-Menuda pérdida de agua-murmuró otro de los nuestros.
Me ajusté las vendas para frenar el sangrado, y suspiré.
Faltaban algunos de los nuestros, pero sabía que nadie iba a pararse a preguntar por ellos. Todos los días venía gente nueva, de todas formas.
Lo peor de lo peor. Ladrones, asesinos. Criminales fremen de todo tipo formaban el grupo. Para los fremen eramos desterrados, y para los extranjeros, "vampiros", porque les matábamos para quitarles su sangre, su agua.
Si nadie nos quería en sus refugios, no íbamos a dejarnos morir.
La vida era muy dura en el desierto.
Y el día sólo acababa de empezar.
//Out// Primer post de Pat, no pense que me iba a costar tanto escribirlo T_T...asi que espero que este decente. Hoy y mañana no estare, asi que cuidad bien del RPG =3! Un abrazo! //Out//
Volker volvió al desierto a las 12:35 p. m.
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