Escasez, guerra, muerte, especia... el verdadero origen del odio y la falta de humildad.
Había llegado mi momento, el momento en el que me convertiría en alguien más que una simple conocida, era el momento de convertirme en la duquesa Atreides. Sólo existía un pequeño inconveniente, una niña, una mocosa, Vanilla. Pero a pesar de ser una fiel enemiga, no intercedería en mis objetivos, el duque, sería mi esposo muy pronto.
Abrí los ojos, no podía parar de pensar en lo cerca que se encontraba el día en el que se cumpliría mi sueño. Era perfecto, un hombre viudo, con el cargo de toda una casa, y padre de una niña, necesitaba de una mujer, me necesitaba.
Era hora de volver a palacio, y conquistar al duque Brian.
Todos me conocían bien, yo había sido durante muchos años la novia de Will, el guardaespaldas del duque, y había logrado causar buena impresión, accidentalmente, claro. Realmente amaba a Will, pero llegó un momento en el que nuestra relación había dejado de existir, para ambos.
Cogí algunas pertenencias, peiné mis largos cabellos, y con un poco de perfume me dirigí hacia el palacio. El viaje fue bastante breve. En realidad no sabía cómo me recibiría el duque, no había pedido audiencia ni mucho menos, pero esperaba que nuestro encuentro le agradara, mi estancia allí sería definitiva.
Mi primer objetivo era conquistarle a él, pero al mismo tiempo debía ganarme la confianza de Vanilla, o en su defecto, mantenerla calladita y alejada de nuestra relación, para evitar cualquier contratiempo.
Por fin divisé el palacio. Entré y un par de guardias quisieron detenerme, pero al final conseguí lo que quería, entrar. Llegué a una gran sala y me sentí perdida, pero uno de los soldados de la entrada pareció leerme el pensamiento y me dirigió hacia el despacho del duque, donde se encontraba en ese momento.
Toqué la puerta, y entré.
Brian abrió mucho los ojos, estaba segura de que me recordaba, pero hacía ya mucho tiempo que no nos veíamos.
-Hola Brian.- dije sonriente.
-¡Ethlin! ¿que haces aquí? - dijo Brian sorprendido al verme.
-He venido a verte, y a ser posible, a quedarme.- aclaré con descaro.
-Ethlin, se que debes de estar furiosa por la muerte de Will, y que quieres venganza. Pero quedarte aquí es muy peligroso.-
-Lo sé, pero puedo afrontarlo, me siento más segura estando junto a ti.- musité.
-Aquí no estas segura, todos aquellos que se encuentran cerca de mí acaban muriendo, no podría soportar tener otra pedida importante- dijo Brian con la cabeza agachada
-Por favor, déjame quedarme contigo, sabes que estoy... sola.- respondí acercándome a él.
-Ethlin, ya sabes que también perdí a alguien muy importante para mí, y lo único que tengo es su hija que ni siquiera es hija mía, ya que esas malditas brujas la obligaron a tenerla con Will y por ello tuvo que morir- dijo Brian con tono furioso cerrando el puño con fuerza.
Al escuchar sus palabras me quedé de piedra. Alguna vez escuché ciertos rumores sobre el tema, pero jamás pensé que fuera cierto, de hecho a partir de ese entonces, fue cuando la relación con Will murió...
-Precisamente porque ambos hemos perdido a alguien, deberíamos unirnos en nuestro dolor.- farfullé colocándome delante de él, tomando su barbilla, obligándole a que me mirara a los ojos.
-Ethlin, Will era mi mejor amigo y ya te dije que...-
Nos encontrábamos muy cerca, más de lo que me hubiera propuesto, y no pude evitar rozar sus labios. Le besé, le besé intensamente, pero me aparté enseguida, me había dejado llevar por su atractivo.
-Lo... lamento.- me disculpé agachando la cabeza.
-¿Por qué le elegiste a él? - pregunto de golpe Brian algo confuso por el beso.
Levanté la cabeza y le miré, Brian siempre me había gustado, incluso antes de fijarme en Will, pero era inalcanzable para mi, pensé que jamás se fijaría en mi...
-Brian... tú... eras inalcanzable para mi.- respondí sin pensarlo dos veces.
-Inalcanzable, ¿por qué?- preguntó él algo molesto por mi respuesta.
-Porque eres el duque, eres la persona más importante del planeta Caladan, y jamás se me ocurrió la idea de que algún día pudiéramos tener algo.-
-Entonces no era el duque, la verdad es que me sentó mal que le eligieras a él en vez de a mi. Pero bueno eso son cosas del pasado, después ya sabes que ocurrió - dijo dándome la espalda.
-Pero eras el hijo de éste... sabía que de un momento a otro heredarías ese puesto... y... ¿de verdad te sentó mal? nunca lo hubiera imaginado, pero bueno, el pasado no se puede cambiar, en cambio el futuro...- insinué colocándome delante suya.
-Las cosas no van tan rápidas como a veces queremos que vayan, no podemos saber que nos puede deparar el futuro. Han pasado muchas cosas, a veces se necesita un tiempo para poder asimilarlo todo - dijo el mientras me sonreía de forma dulce y me acariciaba la cabeza con su mano.
-Te ayudaré a afrontar esas cosas, para eso estoy aquí, pero necesito que dejes que me quede.- propuse.
-De acuerdo, veo que no voy a poder hacerte cambiar de opinión. Pero si este lugar acaba no siendo seguro, prométeme que te irás de inmediato hacia Caladan.-
-Está bien, aunque estoy segura de que eso no sucederá, aunque mi apariencia te diga lo contrario, sé defenderme muy bien.- aseguré sonriendo –Gracias Brian, no te arrepentirás.-
Y dicho esto, me despedí dándole un beso en la cara, y me marché hacia mis nuevos aposentos, dirigida por una de las criadas que Brian había mandado para que me acomodara.
Y ahora, las páginas borradas del libro de mi vida, empezaban a volverse a escribir, pero esta vez, con un futuro más prometedor.
*OUT* Espero que os guste este personaje, a mi me encanta!! muxas gracias a kike por rolear conmigo, suerte mañana en el examen practico!!!! besotes!! *OUT*
Shana volvió al desierto a las 12:12 a. m.
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