-¡¡Atrapad a ese mocoso!!-oí tras de mí mientras echaba a correr.
Otra vez la había vuelto a liar en la ciudad de aquel arenoso planeta, Dune, donde vivía desde hacia unos años con el jefe, mi padre adoptivo.
-¡Es otra vez él!-gritó un fremen a mi paso.-¡¡Ladronzuelo vuelve aquí!!
Yo trepé por las ventanas y toldos de algunas casas con mi nueva adquisición, un curioso machete de color negro, en mi mano derecha.
Otra vez me he salido con la mía…
Lejos de las miradas de los pringados fremens y otros tiparracos de allá, corrí de tejado en tejado hasta llegar al de casa, y ahí me tumbe boca-arriba con el machete en la boca.
A lo lejos podía oír las consecuencias el pequeño revuelo que se había montado en la plaza.
Tranquilamente se me fueron cerrando los ojos cuando de repente oí el ruidito mas molesto que se pueda oir.
“Miau”
Un gato se acercaba, mirándome con sus enormes ojos verdes. Abrí perezosamente un ojo y lo miré con repugnancia.
-Largo.-Espeté.
Sin embargo el estúpido gato pareció no entenderme pues se acercó aun mas, mientras maullaba.
-¿No me has oído idiota? ¡¡Vete!!-repetí.
Sin embargo el maldito gato se arrimó y comenzó a lamerme la mano.
-¿Pero que mierda haces? ¡Fuera!
Pero no me hizo caso…
Estúpido gato...
Un minuto después ya no maullaba, y su cabecita yacía a un metro de su cuerpo.
-Te advertí.-dije levantándome y chutando su cabeza, que cayó en medio de la calzada.
Ignorando un grito de mujer, posiblemente debido a mi pelota “cabecita de lindo gatito” me deslicé por la pared y me colé en casa por la ventana.
Miré a un lado y otro buscando al jefe, pero no le vi, así que cogí una manzana que había en el frutero sobre la mesa y me espatarré en el sofá mientras le daba un mordisco.
Pronto, se escucharon unos pasos a través del estrecho pasillo. Cuando volví a mirar, el jefe se acercaba despacio hacia mí.
-¿Qué es todo ese ruido, chaval?-preguntó frunciendo el ceño.
-No se, yo acabo de llegar.-dije mirándole de reojo mientras le daba otro mordisco a la manzana.
Él se acercó a la ventana y la cerró secamente, pero sin hacer ruido.
-Esto es Dune, Reik. No puedes dejar abiertas las ventanas...-me miró con severidad-...E intenta usar más las puertas.
-Ok ok no me des la tabarra papa.-dije mirándole.-¿Quieres?-le tendí la manzana.
-No lo repitas dos veces-Volker me arrebató la pieza de fruta rápidamente y la mordió divertido. Luego, en apenas unos segundos, volvió a tener la expresión pensativa de antes
-Oye, chaval...
-¿hmm?-le miré con curiosidad.
-¿Qué piensas hacer con tu vida?-otra vez la pregunta de siempre...
-Arg.. ¿no te cansas de repetirme eso?-pregunté con fastidio.-No lo sé... ¿Quieres que me vaya?
El jefe suspiró.
-Es pura curiosidad-dijo simplemente-.No quiero que acabes como yo.
Yo le miré de arriba abajo.
-Tampoco estas tan mal, podría ser peor...-mis ojos se desviaron mirando hacia la calle.-Podrías haber acabado como mi padre...
Recibí una palmadita amistosa en el hombro.
-Mi consejo es que te alejes de los caminos que elegimos él y yo-dijo misteriosamente.
-Es decir... Que no sea ni soldado ni general... ¿alguna sugerencia entonces?
-Pintor, músico, escritor...algo pacífico.
Con el machete intenté dibujar al Jefe tallándolo en la mesa, pero salió algo parecido a una patata con sombrero. Negué con la cabeza y seguidamente intenté decir dos versos que rimaran.. Fracasé.
Ultimo intento
-Do re mi fa sol la si dooooo-canté desafinando.-No sirvo para esas profesiones papa. Además...
-¿...Además...?-murmuró Volker, aliviado al ver que no seguía cantando.
-Yo quiero ser soldado. Como Yerik, mi padre de verdad. Y..-le miré.-Quiero llegar a ser general, como tú. Mi padre.
Hubo unos momentos de silencio tenso en los que papá desvió la mirada hacia el muñón que tenía en lugar de una de sus manos. Luego, habló muy despacio.
-Nunca te he contado como acabaron mis días como general.
-No... cuando te pregunto siempre cambias de tema.-dije.
-Bien. Espero no tener que contártelo nunca-y sonrió.
-Serás... ¡ARGGGG!-dije resoplando.-Siempre haces lo mismo...
Volker se encogió de hombros y miró por la ventana, distraído.
-Dicen que va a volver la guerra a este planeta...-anunció, de pronto.
-Si... la gente en la ciudad no habla de otra cosa.-Miré al Jefe.-Oye papá...
-¿Hmm?
-Quizá seria un buen momento para que yo...-no sabía como decírselo.
-Seguro que no es "para que yo decida estudiar Medicina"-se burló el jefe, resignado.
Sonreí.
Que bien me conoce el cabrón…
-Han aceptado la solicitud que mandé, para ser soldado Sardaukar.
Volker se quedó mudo unos instantes.
-Nunca me habías hablado de esa solicitud-dijo sombríamente.
-Eh.. esto... lo olvidé.-intenté poner una carita angelical.
-¿En qué he fallado como padre?-le oí murmurar muy bajo, mientras se dejaba caer en una silla, mirándome fijamente.
Yo le miré y sonreí, el Jefe era la única persona que me importaba, la única familia que tenia...
Me senté junto a él.
-Has sido un buen padre, pero sabes que siempre me han gustado las batallas.
-Supongo...que lo llevas en tu sangre Harkonnen-suspiró-.Por más que he intentado alejarte de la lucha...
-Entonces... ¿me das tu permiso?-Aunque él no lo supiera, yo acataría su decisión, aunque no fuese la que yo quería.
-Ya no necesitas mi permiso-me miró tristemente, y sonrió-.Te has hecho mayor, chaval, y aunque no me guste tu elección...con suerte te arrepentirás antes de que sea demasiado tarde.
Abracé a mi padre.
-Gracias Jefe.
-No hay de que, Yer...digo, Reik.
No, yo no soy Yerik...
Miré al Jefe y estuve a punto de decirle que me había dado cuenta de que casi me llama como a mi padre, pero negué con al cabeza y me fui a mi habitación, donde preparé una bolsa con cuatro cosas indispensables, unas granadas, una pistola que tenía escondida para que mi padre no la viera y alguna cosa mas. Cuando hube acabado salí al salón.
-Creo que es hora de que me marche.-dije.
-Reik-y cuando me giré tuve la punta de una ¿espada? apuntada hacia mi nariz-.Llévate esto-dijo Volker.
Tomé la espada y la miré sorprendido.
-¿Y esto? Pensaba que no guardabas armas en casa.
-Resulta que...Te mentí-confesó, sonriendo con algo de malicia.
-Vaya vaya.-Hinché cómicamente los mofletes.-Y yo que me sentía culpable por no haberte contado lo de la solicitud…
-Estamos en paz, parece...
Miré al jefe y le sonreí.
-Gracias papá.-caminé hacia la puerta.-En cuento pueda vendré a hacerte una visita.
-Intenta no morir antes de eso-sonaba a broma, pero el tono del jefe era muy serio.
Con el mismo tono contesté:
-Lo prometo.-Y me fui mientras me despedía del jefe con la mano.
Mi viaje no había hecho más que empezar…
*OUT* post de reeik,, el hijo de mi difunto amado Yerik y de la excelentisima Rena alias "torturo-a-los-fremen-hasta-ke.hablan" xDD asik imaginad ke mezcla tan explosivaa xDD espero k os guste y asias a Kao por hacer de papa adoptivooo *OUT*
Maron volvió al desierto a las 12:54 a. m.
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