domingo, noviembre 18

“Al parecer la concubina del Duque está embarazada, apunto de parir. Según la información que Shasha me ha proporcionado, hay predicción de las bene gesserit de que va a morir. Sin embargo, ya hay alguien que quiere luchar para que viva. Vendrá a buscar a algún médico, tenlo por seguro…
Pero Johann no veo adecuado que les engañes. No otra vez… Basta Johann.
Piénsalo.
Atentamente,
Herold L. Strod”


Pobre y estúpido Herold…
Ya tenía la manera en la que llevar a cabo mi plan del todo.
Las bene gesserit habían profetizado su muerte. Era un cadáver andante… Aún así toda esta situación me permitía llegar acabo mis planes. Todo gracias a Rick, ese atreides impulsivo… Conseguí hablar con él y pude darme cuenta de que la desesperación lo cegaba, así pues tras poner mis condiciones, se marchó de casa de Herold como alma que lleva el diablo.
-¿De verdad vas a hacerlo?-preguntó Herold.- en realidad… no entiendo lo que te propones… ¿acabar con los atreides?
-No seas estúpido Herold, no intentes entender algo que va más allá de tus capacidades mentales.

Me miró con odio, por un momento creí que iba a intentar matarme. Sin embargo, se giró bruscamente y desapareció de la sala. Me quedé sentado allí durante un buen rato y no tardó el tal Rick en aparecer de nuevo por la puerta. Sus ojos estaban salidos de las órbitas, aparentaba… sorprendido. Yo sonreí.
-¿Ya de vuelta?-pregunté.
- ¿Que hacía la hermana de la baronesa Mavra Harkonnen en Dune? Es más, ¿por qué sabías que ella se encontraba allí? - pregunto bastante nervioso
-¿Oh? ¿la hermana de la baronesa? ¿en serio?-me burlé
- Ya sabía yo que no me podía fiar de un doctor harkonnen… Pero ya cumplí lo que me pediste, ahora te toca cumplir a tí
-por favor... me ofendes...-susurré mientras me ponía en pie.- ¿Y qué? ¿Capturaste a alguien hoy?
- Esa chica también está embarazada, no quiero saber nada más sobre ese tema me es mucho más importante el que salves la vida de haydee luego ya me preocuparé de la harkonnen.
-oh vaya...-mascullé, aburrido.- está bien, vamos a ver cómo se encuentra esa Haydee...

No dijo mucho más, simplemente me hizo un gesto brusco para que lo siguiese hasta el palacio atreides. Una vez allí, me condujo por varios pasillos hasta que llegamos a una sala en la que, ya desde fuera, se oían los gemidos llenos de dolor de la que era aquella tal Haydee. Abrió la puerta, vi a dos hombres, un médico y al duque, luego también a la paciente. Su estado era lamentable y el brillo de sus ojos se estaba apagando.
Al vernos entrar, cerró los ojos, como si ya se lo hubiera estado temiendo, y suspiró con tono de reprimenda.
-Rick...- ¿Rick que haces aquí y quien es este señor que te acompaña? - pregunto el duque bastante sorprendido
- Brian he estado buscando al mejor doctor que se encuentra en dune para que pueda asistir al parto y pueda salvar la vida de haydee. Se que he actuado muy a la ligera y si sale algo mal dejo mi vida como castigo - dijo el atreides muy serio.
-¡Qué dices! -Haydee intentó hacer un movimiento brusco, pero aquello hizo que el dolor se intensificara y se detuvo- ¡No digas tonterías, sabes de sobra que hagamos lo que hagamos, moriré!
-Y si hay alguna posibilidad de que sobreviva...-clavé mis ojos en los suyos.-... la está haciendo desaparecer.
- Pero si hay alguna posibilidad mejor que lo intentemos. Bien echo, Rick.
- No podía quedarme de brazos cruzados duque

Me acerqué lentamente, observé al médico que la había estado atendiendo anteriormente. Me miró, temblaba, estaba aterrado ya que una vida muy importante estaba en sus manos y sabía que iba a fallar. Así pues, lo aparté y miré a la joven Haydee.
-Creo que esto ya se lo han dicho. Pero debe tranquilizarse.-le indiqué.- cómo sea.
-Como si fuera tan fácil -replicó ella, mirándome con el ceño fruncido. Sabía que no le gustaba, pero aun en aquel momento tan doloroso y sufrido para ella, pude notar un levísimo brillo de deseo en sus ojos que fue ocultado rápidamente.

Sonreí levemente. Aquel momento me recordaba a algo que pasó hace tiempo y que final tan irónico, al final todo volvería a acabar de la misma manera. Miré al Duque y a Rick de forma significativa, luego mis ojos volvieron a ella y le dije:
-Se que no es tan fácil y más ahora, que la han condicionado de esa manera... Sin embargo, mantenga esa calma que debe caracterizarla.

Haydee suspiró y se recostó un poco sobre los enormes cojines que había a su espalda. Cerró los ojos y trató de concentrarse pese al dolor, hasta que una leve calma se apoderó de su cuerpo. Bene Gesserit... ¿eh? Son mujeres interesantes, sin embargo... asquerosamente SIEMPRE tienen razón... A pesar de que a partir de entonces el parto fue tranquilo y natural, ella continuaba sufriendo por el desgaste anterior. Apretaba las manos de vez en cuando, aunque la calma continuaba siendo reflejada en su rostro. De pronto, abrió los ojos levemente y observó al duque.
-Brian, yo... -dijo, con un hilo de voz- te amo muchísimo y... donde quiera que vaya... siempre te recordaré... y... sólo te pido que te repongas de esto lo antes posible, te cases y tengas más hijos. Cuida bien de la niña, por favor...
- Haydee eso que me pides nunca podré hacerlo, yo siempre te amaré y pienso cuidar a nuestra hija solo no voy a querer a ninguna otra mujer. Ahora solo viviré por dos cosas tu hija y por el pueblo Atreides y Fremen.

Él abrió la boca para decir algo, sin embargo, se cayó de golpe ya que ella ahogó un pequeño gritó y cerró los ojos con fuerza, mientras apretaba las manos. El gran momento había llegado. Esta muchacha estaba condicionada por el hecho de que iba a morir. Si no lo hubiera estado quizá, y sólo quizá, habría vivido. Sin embargo, al haberle dicho que estaba muerta se rindió y dejó de luchar por la vida. Entrecerré los ojos mientras la animaba a que continuara llevando el mismo ritmo de respiración y que empujase en el momento exacto. No mucho después, pudo oirse a una niña llorar. La tomé entre mis brazos, no sin antes asegurarme de que estaba sana, y luego miré a la mujer. Jadeante, sudorosa y agotada. Continuaba con vida. Pero no por mucho tiempo. Llegué hasta su lado, le enseñé el bebé al duque y luego lo dejé en las manos de la madre.
La mujer la cogió entre las manos, sonriente y con sendas lágrimas recorriendo sus mejillas.
-Eres preciosa... -le susurró, besándole la frente ensangrentada- mi pequeña... Vanilla... -tras eso, miró al duque- ¿la has visto? Está tan sana...
- Si es tu hija, lo has echo muy bien, es igual de guapa que tu, siempre que la mire a ella me acordaré de ti siempre - decía el duque mientras empezaba a llorar

Miró a Rick y le susurró:
-Gracias, eres un buen amigo...

En los ojos de los tres había esperanza, la esperanza de que tras el parto ella habría sobrevivido. Sin embargo, estaba perdiendo una gran cantidad de sangre, cosa que no podía evitar ya que era ahora inmune a los coagulantes. Intenté evitar que se desangrara, pero mi antecesor era demasiado inexperto como para que pudiera evitar males mayores. Así pues, poco después comenzó a perder fuerzas por lo que el duque tuvo que sujetar a su hija, para luego mirar a la mujer bastante alarmado.
-Lo siento pero...-comencé a decir, sin embargo, Rick me cogió por el cuello de la camisa.- va a morir.

Haydee esbozó una última sonrisa, miró a su hija henchida de orgullo y, tras musitar algo parecido a "gracias", cerró los ojos por última vez. Aunque bañada en sudor y con las piernas cubiertas de sangre, estaba verdaderamente hermosa, con una expresión de paz y seriedad digna de una verdadera Bene Gesserith.
-Lamento mucho su pérdida, Duque Atreides.-Comenté, luego me quité de encima a Rick.- Pero no era posible hacer mucho más por ella tras las acciones del médico que estuvo aquí antes de mi.
- Duque lo siento, tendrá que esperar un poco antes de quitarme la vida. Primero tengo un asunto pendiente con el doctor - dijo rick con mirada asesina.
- Rick no es culpa tuya, era su destino, no podemos lamentarnos tenemos que estar felices que ha nacido bien la niña.

Clavé mis ojos en Rick, aún continuaba con la idea fija de matarme. Sonreí, miré al duque y tras hacer un gesto de despedida comencé a salir del palacio. Oí gritos detrás de mi, era Rick, aún así no hice ni el más mínimo intento de detenerme para fijar mi atención en él.
- No te creas que te voy a dejar irte tan fácilmente. quizás el duque haya dicho que no es culpa de nadie pero tu podrías haberla salvado y te jugate tu vida si fallabas.
-No es culpa mia que el médico anterior fuera un incompetente y que todos inconcientemente aceptaseis su muerte.-Respondí, mientras continuaba caminando, tranquilo.
- Me da igual el otro doctor, fuiste tú el que me dijo que lo haría y hablaba muy en serio con lo de quitarte la vida, encima me lo pones mucho más fácil al ser un harkonnen
-Atreides, no tengo ninguna intención de pelear contigo.-Me giré, pero justo en ese momento lanzó un derechazo en contra de mi cara. Lo esquivé y sonreí.
- Bueno pues entonces me lo pondrás más fácil a la hora de acabar contigo
-creo que te dije que podías intentar matarme...-mascullé mientras recordaba.-... bueno, está bien, inténtalo Atreides.
- Te piensas un tio duro ¿eh, doctor? pues venga, juguemos un poco. Te mataré solo con mis puños así será más divertido - dijo el atreides con una risa loca
-Jeh... creo que necesitas de mis servicios. Estas desquiciado, atreides.-respondí mientras esquivaba otro golpe.
- Que va si ahora estoy perfectamente cuerdo, déjame tomar un par de tragos y entonces sabrías porque soy el capitán del equipo especial de asalto de la casa atreides - dijo mientras me daba otro puñetazo esta vez dándome de lleno.
-Que pena que se vayan a quedar sin un capitán tan joven...-pregunté mientras me quitaba la sangre que salía de mi labio, luego sonreí.
- Venga demuéstrame que sabes hacer doctorcillo, esa mirada asesina no deves tenerla solo de adorno
-No tengo expresión visual como para que digas que miro de forma asesina. Sin embargo, no suelo dar el primer golpe de verdad.
- Creo que me lo pasaré bien contigo, si no pega tu entonces seguiré yo - decía mientras esta vez se lanzaba con una rodilla encima mío

No tenía ninguna gana de pelear con él, en realidad, tenía cosas más importantes que hacer e iba justo de tiempo. No obstante no podía librarme de él con palabras. Así pues, estimulé uno de sus tantos puntos de dolor y cayó fulminado al suelo, confuso, sin saber lo que yo habia hecho realmente. Sonreí... mientras clavaba mis ojos en él.
-¿Qué ha sido eso? ni lo he visto... - decía sorprendido mientras se levantaba de nuevo
-Mi especialidad.-Respondí, ahora sonriendo algo más macabramente.- Ha sido solo una mínima demostración... márchate.
- Ni hablar ahora eres un contrincante mucho más interesante - dijo sonriendo
-... se ve que no tienes bien los sistemas de autodefensa...-mascullé mientras suspiraba, resignado.- está bien... ven.
- Tu no eres un simple doctor, ya cuando te vi me diste una rara impresión. Pero no te creas que te dejaré hacer más de tus trucos - dijo mientras se quitaba su camiseta y luego se lanzaba sobre mio empezando a dar golpes consecutivamente.
-Idiota, así lo único que haces es ponermelo más fácil.

Cuantos atreides como él habían estado en mi laboratorio...
Cuantos atreides como él acabaron sirviendo a los Harkonnen gracias a mi...
Cuantos atreides estúpidos creen que pueden con los Harkonnen...
Y sin embargo, son todos unos inútiles.
Quizá esa fuerza y destreza me hubiera sorprendido hace algunos años. Ahora no. Solo me causaba aburrimiento. No me interesaba en absoluto aquel espécimen, sin embargo, era tan perseverante que la única manera para deshacerme de él era... precisamente, noquearlo de alguna manera. Pero no me iba a sentir satisfecho con eso. Lo mejor era que lo matase.
Continué esquivándolo, hasta que detuve uno de sus puños con mi mano derecha. Estimulé varios puntos de dolor a la vez y noté como ahogó un grito. Luego no pudo moverse, por lo que clavó sus ojos en mi.
- Necesitaras mucho más para hacerme parar, mira todas las heridas que tengo en todo el cuerpo - y seguía insistiendo intentándome golpear

Aunque esperé que durante unos momentos estuviera completamente paralizado, no fue así, continuaba moviéndose aunque esta vez de una manera más lenta. Miré el reloj. Se me hacía tarde, debía regresar pronto por lo que lo pateé haciéndolo chocar contra la pared. Agachó la cabeza, para luego levantarla. Regresó, esta vez corriendo, pero también tuve la oportunidad de estimular más puntos de dolor con unas agujas que saqué del bolsillo interior de mi chaqueta. Quedó mirándome con los ojos muy abiertos, y gritó levemente aunque continuaba controlándose.
- Por muchas agujas que me claves, seguiré levantándome no voy a parar hasta que estes en el suelo... muerto - decía con odio
-Tu sistema nervioso pronto se colapsará... se rendirá ante los estímulos que está recibiendo y tu cuerpo dejará de funcionar. Estarás conciencie mientras tus pulmones dejan de funcionar, tu corazón, tus articulaciones... pero creo que sería una muerte digna para un capitán. ¿no?
- Estupideces. Si me tienes que matar, mátame a golpes o atravesando mi cuerpo. Yo todavía no me he rendido - dijo mientras sacaba de sus bolsillos un par de explosivos y los lanzaba hacía mí

Como continuase entreteniéndome más con este suicida al final mi plan no saldrá del todo bien. No quiero hacer esto, sin embargo... Me abalancé sobre él entre la humareda. Abrió los ojos con fuerza, sorprendido, y estimulé con demasiada fuerza un punto vital. Se quedó paralizado, escupió una gran cantidad de sangre por la boca y cayó al suelo fulminado. Sonreí levemente, mientras me reía.
Oí un grito desgarrador al otro lado de la calle.
-¡¡Rick!!

Era Dizliz. La fremen con la que me había peleado en el antiguo castillo Harkonnen apareció corriendo por la calzada.
-Oh vaya... Arrakis es un pañuelo.-comente mientras la observaba como se acercaba a Rick.
-Johann...-dijo ella parándose en seco.-Maldito hijo de.. ¡¡te mataré!!-dijo haciendo ademán de acercarse a mi, sin embargo retrocedió y puso las manos sobre su vientre, miró a Rick y se arrodilló junto a él.
-Rick..
-Hum... parece que me he perdido algo.-comenté mientras me ajustaba uno de los guantes.- Si no te importa, Dizliz, estaba ocupado.
-¡¡Aléjate de él!!-me gritó la fremen. Luego sujetó la cabeza de Rick levantándola un poco.-Rick, háblame..
- Ugh... Vaya si es mi preciosa guerrera, je con las pintas que hago ahora no me tendrías que ver la verdad esque he subestimado a ese tipo cof cof - decía mentras le seguia saliendo sangre por la boca)
-Te vas a poner bien ya lo verás...-dijo ella mientras una lágrima caía por su mejilla.
-oh, lamento discrepar...-negué con la cabeza con tono solemne.- .. le he dejado hecho un colador...
- Je pero por lo menos se llevara un recuerdo mío es su cará - decía riendose y siguiendo escupiendo sangre.

Dizliz me miró con odio, sin embargo no hizo nada, volvió la mitrada hacia Rick y le acarició la mejilla.
-Rick.. no me dejes sola por favor.. quédate conmigo.
- tranquila tigresa no es tan grabe como pinta - seguía diciendo sacando aún más sangre
-Quiero decirte algo..-dijo Dizliz.
- Dime te escucho cof cof
-Yo... yo...-apretó los ojos dejando caer unas lágrimas.
-Te quiero, Rick.
-y está embarazada.-espeté de pronto, incomodo.- ... daos prisa joder, tengo cosas que hacer.
- ¿Como has dicho?, ¿es eso verdad, Dizliz? - decía el atreides sorprendido
-Esto.. ¿lo primero o lo segundo?-dijo Dizliz apartando la mirada.
- Lo segundo, lo primero ya lo sabia por algo eres mi tigresa luchadora, ¿no? - dijo sinriendo

Ella tambien medio sonrió y clavó sus ojos en lsop del atreide.
-Si... es verdad.
- ¿Es mio?

Dizliz le miró casi ofendida.
-Claro..
- Perdón por preguntar, esque nunca me he imaginado como padre
-No te preocupes por eso..-dijo ella limpiándole un hilo de sangre que le caía por la boca.
-siento tener que interrumpir esta escena tan sentimental.-comenté mientras, por fin , me acercaba.- Pero tengo que rematarlo ya, tengo prisa.
-¡No te acerques!-dije Dizliz poniéndose entre medio de los dos
- Disliz dejale, este tio no dudara en hacerte daño para apartarte y eso no lo soportaría. Siento mucho no poder cuidar contigo a nuestro hijo, ya vez sería un padre horroroso.
-Eso no lo dudo...-comenté mientras continuaba aproximándome.- Dizliz, no quiero hacerte más daño. Apartate.
-No.-dijo ella terca.
- Por favor déjame despedirme a mi manera, soy rick no es tan fácil acabar conmigo siempre tengo algún as en la manga. tienes que irte rápido. Doctor, dejala irse esto es solo entre tu y yo.
-Idiota, te estoy diciendo que no tengo motivos para herirla. Igual que a ti. No me proporcionas ningún conocimiento. Me aburre matarte, me resulta demasiado fácil y estúpido. Esto es una pérdida de tiempo.-espeté.- Sin embargo te empeñaste en morir.

Dizliz miró a Rick.
-No puedo irme...
- El se piensa que me ha paralizado todo el cuerpo, pero el brazo derecho todavía puedo moverlo. Voy a accionar un botoncito y todos mis explosivos van a estallar juntos, te pido que te vayas lejos de aquí ya que me voy a llevar ese doctor al infierno - dijo con una mirada seria
-Pero...
- Dejame por lo menos darle una importante lección a mi hijo y demostrarle como era su padre, no quiero que piense que morí sin antes luchar hasta el final

Dizliz se mordió el labio con tanta fuerza que incluso se hizo sangre.
-Está bien...-dijo acercándose y dándole un delicado beso a Rick.
- Yo también te quiero, siento que no te lo pudiera haber dicho antes en mejores condiciones

Dizliz le miró un momento y fue a decir algo, pero en el ultimo momento se arrepintió y echo a correr, cuando ya estaba alejada dijo:
-Prometo que nuestro hijo estará orgulloso de su padre..

Realmente la inteligencia de los Atreides se ha visto mermada con los años.
O al menos, la de este sujeto no tiene nada que ver con la que hube conocido anteriormente. Era un buen luchador, aunque demasiado impulsivo y estúpido. Pero esa es una de las grandes características que se ha de poseer para enamorarse. Me acerqué a él y estuvo apunto de activar ese dispositivo del que hablaba. Sin embargo, pisé la palma de su mano y me miró de reojo.
-Rick... tu hijo solamente estará orgulloso de que su padre haya muerto.-Saqué una de las agujas y la clavé en su brazo.- me parece perfecto que seas así de impulsivo, sin embargo... eso no sirve de nada. Muere a gusto, yo tengo vidas que controlar.

Mientras me giraba oí como gruñía, como luchaba contra la parálisis para matarme. La parálisis se puede vencer, lo sé, pero es algo que muy pocos pueden superar. Oí una gran explosión, incluso las llamas llegaron a rozar mi chaqueta sin quemarla. Me giré, sonreí y luego volví a mirar hacia delante. Tenía prisa....


Out: bueno, último post de Johann Harkonnen. ¬¬ Realmente no quería matarte, Rick xDD ehem. gracias a Nep y a kike por su colaboración. Espero que os haya gustado.




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