-¿Por qué he sido llamada?-pregunté.
El eco me devolvió mi pregunta. Hubo una larga pausa, en la que miré a mi alrededor sin moverme de mi posición.
Rostros serios, un juez pálido. No había sirvientes, ni cortesanas, incluso faltaban algunos consejeros poco importantes.
Esto es un tribunal. Uno secreto.
Mis ojos volvieron al juez, aquel hombre gordo e impávido, tan viejo que probablemente sirvió a mi padre en sus primeros años de Gobierno.
-¿De qué se me acusa?
Su rostro permaneció impasible, pero sus ojos revelaban agitación, sorpresa, escándalo...duda.
-Emperatriz Altair I de Corrino-su voz grave retumbó en la estancia-.Se os acusa de Alta Traición a vuestra Casa.
Mis ojos se abrieron y sentí mi respiración acelerarse.
¡Allí, al fondo!
¡Sucio perro traidor!
Adonis me sonreía desde el fondo de la sala.
Abrí la boca para replicar, pero el magistrado continuó hablando. No era un Juicio.
El veredicto ya estaba pactado mucho antes de sentarse los integrantes del Tribunal.
Sí, esta era la victoria que yo había soñado...
Y yo estaría en la grada y le sonreiría a mi desesperado esposo...
Pero, hoy...
...No es eso lo que ocurrirá.
-Tráfico de especia.Confraternización con los monstruos ixianos para la obtención de tenología prohibida, infringiendo, por lo tanto, las normas de la Cofradía Espacial y el Landsraad. Malversación de fondos.
-Prueba eso, magistrado-siseé.
La mayoría de aquellas faltas pertenecían probablemente a mi primo Adonis, sin embargo, alguien había transformado de forma irreconocible los documentos. ¿Pero quién tenía acceso a ellos?
Diferentes holocubos desfilaron ante mis ojos.
Y en uno...
Alexis...
Una de las conversaciones con Alexis sobre la especia.
Me enjugué el sudor de la frente con el dorso de la mano.
¿Alexis había falsificado todo?
¿Por qué? ¿Por qué aliarse con Adonis?
Una oleada de desprecio me hizo estremecerme.
Qué decepción...Qué...dolor...Primo.
-Y por último-el gordo juez volvió a requerir mi atención-.Conspiración contra el Emperador Adonis de Corrino, y la noble Casa.
Me llevé las manos a la espalda y me envaré. Observé al magistrado, y aunque mis labios temblababan, dije con voz firme y cargada de odio.
-Cuando dices Emperador...¿te refieres a mi consorte, magistrado?
Vi como el escaso público apretaba los dientes, mirándome con odio...Pero ellos aún temían.
Me temían.
Y querían acabar cuando antes. Alguien le susurró al juez, que se apresuró a decir:
-El Gobierno del Imperio queda por completo en manos del Emperador Adonis. Todos vuestros poderes se traspasan a su persona. La sentencia del consejo es...
-Salusa Secundus-mi mirada se perdió en el vacío-.Otra vez.
-No-negó el hombre-.Lady Altair-quería matarlo, quería matarlo, ¿quién era él para despojarme de mi título?-.Como petición de vuestro esposo os quedaréis aquí, en el ala Este del palacio, bajo arresto, para que podáis sobrellevar vuestro estado de buena esperanza y cuidar del noble heredero Corrino.
-¿Buena esperanza? ¿Heredero?-inteté preguntar, con el rostro desencajado, pero los gritos de júbilo me impidieron ser oída.
-¡Viva la Misericordia de Su Alteza Real Adonis!
-¡Gloria por mil años!
Y él...sonreía.
Jaque Mate.
-Milady, os escoltaré a vuestros nuevos aposentos...-un soldado se aproximó a mí y extendió la mano para guiarme.
Ni siquiera era un Sardaukar.
El dorso de mi mano derecha se estrelló bruscamente contra su cara.
-¡NO ME TOQUES!-chillé, nerviosa y angustiada.
El joven se llevó las manos al rostro. Su nariz sangrante se había torcido en un ángulo...extraño.
Esta lucha era tan absurda...
-Yo quería crear un Imperio perfecto-dije con voz cansada-.Hice lo que ningún hombre llegó a construir.
¿Es porque soy mujer?
¿Qué significa el sexo para un Mentat?
Me di la vuelta.
-Cómo os desprecio...Cómo os desprecio.
...
La luz del amanecer que entraba por los ventanales dibujó formas extrañas en el suelo, sobre los muebles y sobre el diván en el que me encontraba echada.
No importaba lo grande que fuese la sala, seguía siendo una prisión. Lujosa y limpia, peor los ventanales daban a un patio en lugar de al exterior, y ya había detectado varis cámaras...
Me levanté y me dirigí hacia un espejo al fondo de la sala.
Habían pasado algunos días. No demasiados.
Me inundaba, por vez primera en hacía meses, una calma mortal.
Lo veía todo claro. Yo intenté convertir la locura de Adonis en una serie de pautas estructuradas y organizadas.
En el pasado, a veces, muy pocas, los humanos podían vencer a las máquinas pensantes. Las paralizaban con sus decisiones estúpidas y sus movimientos inconexos.
Adonis había actuado con vehemencia, satisfaciendo sus deseos de...¿venganza?
Yo no podía competir contra eso.
Al igual que mi difunto padre no pudo competir contra mí cuando volví clamando venganza.
Observé mi pelo, que caía suelto sobre mis hombros y sobre la túnica blanca que vestía. No más uniformes Sardaukar para mí.
Si tan sólo pudiera volver a Salusa Secundus...
Yo no entiendo de conspiraciones, de juicios trucados, de asesinatos.
Sólo de batalla y acero, de estrategia y supervivencia.
Y el amor puro que una vez sentí por un niño.
Para lo demás, no soy...eficiente.
La puerta de la estancia se abrió. No me volví, pero vi el reflejo de mi personal Bruto, de mi Judas...
También lo sabía. Al fin comprendí por qué me traicionó por Adonis...
¿No estaba claro desde un principio?
¿No me cegué a mí misma, aposta?
¡Qué inepta fui!
-..... Hola-dijo.
Me volví lentamente y clavé mis ojos en los suyos, sin decir palabra.
-¿Cómo estás... prima?
-¿Qué es lo que quieres? ¿Qué órdenes vienes a cumplir?-le pregunté directamente.
- No te precipites.. venía a ver como te encontrabas... eso es todo
Mi brazo se movió rápidamente y apenas vi su silueta aproximándose a la cara de mi antes, querido primo.
El resonar de la bofetada se extendió por toda la habitación.
-Ahora, vuelve con tu amante-le ordené.
Noté como tanto su mandíbula como sus puños se cerraban duramente.. no se movió ni un ápice de donde se encontraba... No articuló ni una sola palabra.
-Vamos-le apremié-.Vamos, largo. ¿De dónde sacas el valor para mirar a la cara a tu prima? Tu difunta familia llora en sus tumbas por ti y por mi hoy.
-No pienso marcharme, prima -levantó su rostro lloroso... No sigue siendo más que un simple chiquillo.
-¿Qué ocurre?-mis labios formaron una fina línea- ¿Ahora te arrepientes?
-No te diré que... Me arrepiento de mis actos... Pero tampoco afirmaré haber elegido el camino adecuado... Tú misma debes saberlo... Una vez llegados a este punto... No vale la pena pensar en el pasado... No sirve de nada, prima...
Solté una ácida carcajada.
-Muy bien, Alexis. Supongo que al final ni siquiera podré negar que fui yo quien crió al cuervo que un día...me arrancaría los ojos.
-Está bien, Emperatriz... la trataré de la forma que usted desea... -giró la cara- sigame... El Emperador la espera -su tono era completamente frío.. podría decirse que sin sentimiento aunque se notaba claramente cierto temblor en su voz
-Qué sorpresa, el "Emperador"-dije en tono monótono-.Adelante.Vamos.
Alexis estuvo en silencio durante todo el camino... Hizo ademán de girar el rostro hacia mi en varias ocasiones aunque todas acabaron por ser controladas... Hasta que llegamos al laboratorio.
-Aquí es, Emperatriz...
¿El laboratorio?
Probablemente no salga de él.
Pero no importa.
Allí, mis preguntas serán respondidas.
Se cerrará el círculo, y mi vida estará completa.
Mi función habrá terminado.
//Out// NORLLL ;_; Huye Altairrr XD! Nah o.o estoy contenta con este final, me parece digno :3!
Muchas gracias a Yuki por rolearr *o* ibamos sufriendo ambas mientras escribiamos *la abraza* me encanta rolear contigoo ^^ y siento haberte hecho sufrir primo XDD //Out//
Kaori volvió al desierto a las 12:52 a. m.
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