No puedo permitir que se marche…
Ese maldito Harkonnen ha herido a Dizliz…
¡Ese maldito Harkonnen es…!
… No pude evitar que marchara, había varios Harkonnen que se colocaron en mi camino. Cuando por fin había acabado con ellos, me apoyé en la pared mientras intentaba recuperar el aliento.
Ese harkonnen era aquel que vi con…
Ilysse…
La imagen regresó a mi cabeza, ella y él, besándose. Cerré los ojos con fuerza, regresando entonces a la realidad. Miré a Dizliz, estaba herida, muy débil… Me acerqué a ella, le sonreí tranquilizadoramente, y luego me quedé de cuclillas a su lado.
-Dizliz…-le susurré, luego llevé mi mano a su cabeza.
-Azim..-dijo ella mirándome-Estoy bien.. ve a buscar a Shalya y al líder..
-No, no estás bien.-Negué con la cabeza, lego hice que me mirase.- Escúchame. ¿Qué te ha hecho ese hijo de puta?
-Azim yo.. te delaté...no quería.. pero me hizo algo y yo.. no podía mentir.-dijo sintiéndose culpable.
-No seas boba, no pasa nada.-Respondí, luego le sonreí.- Ese es un estúpido quiero-y-no-puedo... le mataré. Ya verás. Ahora... ¿puedes ponerte en pie?
-Creo que si...-dijo intentando levantarse.
La ayudé a ponerse en pie, sin embargo nada más hacerlo sus pies perdieron fuerzas por lo que la sujeté con fuerza, haciéndola hacia mi. Agachó la cabeza levemente, decidí entonces que lo mejor era tomarla en brazos. Lo hice, y luego comencé caminar.
-Herold debe verte.-comenté.
-Estoy bien, lo primero es encontrar a Shalya y al líder.-dijo ella.
-Realmente espero que Ghassan haya tenido éxito...
-Sí, y yo... o todo esto habrá resultado en vano.-dijo duramente.-Arg.. lo siento.-corrigió al ver la dureza de sus palabras.
-Si te soy sincero... No puedo pensar en que haya fallado.
-Me alegra eso. Pero entiéndeme, nunca le he visto pelear...-se disculpó ella.
-No lo hace mal. Aún así, aunque fuese un inútil... Sacaría fuerzas de donde fuera necesario. Si no hubiese venido para vencer, se habría quedado en la ciudad.
-Tienes razón, además dicen que le amor hace sacar fuerzas de cualquier lado ¿no?-dejó caer ella disimuladamente.
-...-Miré hacia otro lugar, intentando ignorar esas palabras.
De pronto, a mirar hacia delante me detuve. Vi a Ghassan y a Shalya, mis ojos se clavaron en ella. Su aspecto... su cuerpo estaba tan... No podía quitar mis ojos de ella. ¿¡Quién coño le habría... hecho todo eso....? Sin embargo, cuando hice el gesto de acercarme gritó y se aferró a Ghassan:
-¡¡RAY!!
Noté como un escalofrío recorría mi espalda, me detuve en seco y miré a Ghassan, para luego llevar mis ojos de nuevo a Shalya.
-¿Qué dices... Shalya...?-susurré.
-¡No te acerques a mí! ¡No creo en todo lo que me dijiste antes! ¡NO ERES MI HERMANO!-gritó con lágrimas en los ojos y aún agarrada a Ghassan.
-¡Shalya!-dijo Ghassan, entre sorprendido y asustado-¿De quién hablas? ¡Es tu hermano!
-¡¡NO!!-Shalya miró a Ghassan y se apartó de él como decepcionada.-¡¡POR MUCHO QUE DIGAS NUNCA SERAS MI HERMANO!! ¡¡AZIM ES MI ÚNICO HERMANO!!-gritó antes de caer de rodillas al suelo.
Me quedé quieto.
Dejé que Dizliz se quedase en pie, aún apoyándose en mi.
¿Me confundía con aquel capullo de pelo blanco? Mis ojos se clavaron en ella, luego miré a Ghassan e hice un gesto para que no insistiese.
-... la... ¿la llevarás a Herold para que la cuide?-Musité, mi voz no me salía. La forma que Shalya tenia de tratarme... Era lo peor que me había pasado en mi vida.
Ghassan asintió tristemente.
-Sí-me respondió.
-Pero Shalya...-murmuró Dizliz.-¿Porque no te reconoce?-me preguntó.
-... me confunde con él.-Dije en voz baja.
Iba a decir algo más cuando mis ojos volvieron a Shalya, me miraba con odio. Cerré el puño derecho y luego me giré para marcharme. No quería irme. ¡Quería que se diera cuenta de quien era yo! Pero... pero si continuaba allí lo único que hubiese hecho habría sido martirizarla y entonces... entonces no me lo perdonaría. Le hice un gesto a Dizliz, para marcharnos, ella me miró de forma significativa. No entendía quizá porqué me marchaba sin decir mucho más.
-Lo siento, Azim. Llegué demasiado tarde-escuché murmurar al líder, que se acercó a mi hermana y la tomó de la mano con cuidado.
-... tarde...-Le miré de reojo, sin embargo desvié la mirada ya que Shalya se había alterado nada más verme girar la cabeza.- Seguro que se pondrá bien...
-Shalya...-Dizliz comenzó a acercarse a mi hermana hasta llegar junto a ella.-¿Sabes quien soy?
Mi hermana la miró un segundo sin decir nada y luego murmuró:
-Dizliz...
-¿Y crees que yo acompañaría a ese tal Ray del que hablas? ¡¡Es Azim!!-insistió mi subordinada.
-Dizliz, déjala.-Dije sin girarme.- Está muy alterada, lo menos que quiero ahora es que se agite más todavía.
Shalya miraba a Dizliz sin comprender nada de lo que decía, luego se levantó y se abrazó a Ghassan y dijo:
-Quiero... ver a mi hermano...
Él dudó, noté que clavó sus ojos en mí y luego contestó:
-Volverás a verlo...Muy pronto...Cuando estés preparada...
-vámonos Dizliz.-Dije en voz muy baja.
-Pero..-dijo ella mirándome.
-... déjala... por favor.-Agaché la cabeza, luego comencé a caminar.
Dizliz me siguió en silencio.
Me detuve un momento para poder ayudar a Dizliz a caminar, para luego continuar andando. Miré hacia atrás, clavé mis ojos en Shalya que estaba agazapada en Ghassan para luego dirigir mi mirada a él. Éste me miraba, fijamente, confuso por el comportamiento de Shalya. Suavicé mi mirada, confiaba en que él cuidase de ella. No podía acercarme... algo... le hacía ver en mi a Ray. Y ese Ray... era un diablo... Miré hacia delante de nuevo, notaba como me dolía el pecho. Pero no podía presionarla, no quería presionarla... Ya le habían hecho suficiente daño.
Nos fuimos de allí.
Mientras salíamos de aquel maldito palacio la mirada no se iba de mi cabeza, tampoco sus palabras. De pronto de detuve, el dolor del pecho no se iba sino que se intensificaba. Cerré los ojos por un momento, respiré hondo y luego los volví a abrir... Debo mantener la calma, debo dejar que se tranquilice y piense... no puedo mortificarla... Shalya...
Iba a comenzar a caminar, cuando noté que Dizliz no hacia el intento de andar. Por lo que la miré, preocupado. ¿A caso estaba peor?
-¿Estás bien?-le pregunté.
-¿Por que no insististe un poco?-peguntó ella
-¿No la viste?-entrecerré los ojos.- Temblaba... su cuerpo... estaba tan débil y herido que... ... ... no quiero que sufra más. Quiero que se recupere pronto... por eso... por eso no me importaría desaparecer si es eso lo que le ayudaría a mejorar....
-Pero tú no eres Ray...
-Eso lo sé... Aunque... somos tan parecidos que...-me llevé la mano a la cara.- No sé que pensar.
-Quizá ese Yerik le hizo algo que...-dijo Dizliz casi para sí misma.
-Quizá no fuera Yerik.-Agaché la cabeza, luego comenzamos a andar.
-Ah, Azim...
-¿Si?-pregunté, mirándola.
-Tú conocías a una guardaespaldas del duque Atreides ¿verdad?
-¿A Frederth?-Respondí.- Sí, claro. ¿Por qué?
-Estaba en el palacio...
-¿Qué? ¿Dónde?-Dije mientras la miraba, sus ojos me indiaba que me ocultaba algo.- ¿Qué ha pasado, Dizliz?
-La encontré en una habitacion... Azim.. ella esta...-la voz le temblaba-
-¿Ella está...?-Susurré, luego me detuve.- N... no me digas que ella..
Dizliz agachó la cabeza.
-Parece que la violaron, y por lso cortes... creo que fue la misma persona que le hizo daño a tu hermana...
-¿¡QUÉ!?-Abrí los ojos con fuerza.- ¡Esos malditos Harkonnen... ESOS DESGRACIADOS....! ¡¡ELLA SOLO QUERÍA AYUDARME...!! ... Mierda...
Agaché la cabeza, notaba que acababa de estallar. Había estado intentando controlarme, calmarme para no aparentar furioso por lo que le habian hecho a mi hermana. ¡Pero realmente la ira podía conmigo! Había entrado en cólera y me era muy difícil controlarme. Me aparté de Dizliz con la cabeza gacha y golpeé la pared con el puño, para luego agachar la cabeza y apoyarla en el muro. Tenía que calmarme... Debía pensar lo próximo que teníamos que hacer... pero... mi mente estaba en blanco y solo había espacio para la venganza.
Dizliz se agachó enfrente de mí.
-Cálmate Azim...-dijo poniendo una mano en mi hombro.-La venganza no es el camino, de verdad...
-¿Crees que no lo sé?-refunfuñé, luego colocó sus manos en mi cabeza.- Me han dicho eso tantas veces en mi vida y nunca he obedecido. ¡No puedo perdonarme! ¡No he podido hacer lo único que debí hacer durante toda mi vida!
Ella me abrazó.
-No es tu culpa Azim...
-Lo es Dizliz...-apoyé mi cabeza en su hombro.- Solo tenia que proteger a la gente que me importaba. ¡Lo prometí! Pero... primero fallé con Ghassan, Nazira, mi madre, Shalya, y ahora... ahora tú estás herida también.... Frederth ha muerto. No... no tengo palabra...
-Pero no ha sido culpa tuya. En cuanto te enteraste de lo de tu hermana remnoviste cielo y tierra para buscarla, yo te seguí por propia voluntad, Ghassan fué allí porque quiere a tu hermana.-Hizo una pausa y me acarició el pelo.-Y respectoa tu madre... se lo que es, pero tampoco fue responsabilidad tuya, ellso atacaron el refugio, tú no lo sabias...
-debi... saberlo.-cerré los ojos levemente y también la abracé. Sin embargo, poco después me Separé de ella.- ... Dizliz... Gracias... siento haber dicho todo esto... así... no... no debí decirtelo...
-No tienes que disculparte...-dijo ella separándose de mí también.
Me puse la mano en la cabeza y miré hacia otro lado, realmente nunca había sido así delante de nadie.
¡Yo no era así...! Así que... miré a Dizliz y le sonreí, para luego ofrecerle mi brazo para que se ayudase se mi para caminar. Comenzamos a andar en silencio... Hasta que llegamos a la casa de Herold. Durante todo el rato intenté permanecer con la cabeza en blanco, no quería pensar en nada de lo ocurrido. No quería pensar en todo lo que había pasado... por ahora... Solo quería que Dizliz, Ghassan y Shalya se recuperasen.
-De verdad que no es necesario.-insistió mi subordinada una vez mas.
-Dizliz, no insistas.-La miré fijamente y coloqué mi mano en su hombro.- Ese maldito estúpido te... he hecho mucho daño. Quiero que te recuperes pronto... quiero que estes bien ya.
Ella me miró y agachó la cabeza.
-Esta bien, jefe.
Coloqué mi mano en su cabeza y sonreí, luego toqué a la puerta. Al abrir, Herold me miró algo sorprendido y luego nos dejó entrar, mientras agachaba la cabeza. Ésta vez... no nos intentó cerrar la puerta en las narices. Llevó a Dizliz a una de las salas, para luego mirarme.
-¿Y a ti no te tengo que atender?-preguntó.- Estás bañado en sangre.
-No te preocupes por mi.-Respondí.- Cuida de Dizliz y también vendrán Ghassan y mi hermana. Cúrales y cuídales. Yo me encargo de pagarlo todo. ¿De acuerdo? No escatimes en medios.
-Oh... ¿ya tienes dinero otra vez?-me miró, luego sonrió ávaramente.
-No te pases de listo.-espeté.
-Azim tendrías que dejar que el doctor te mire esas heridas.-dijo Dizliz
-No es nada grave. Además, no puedo estar cuando llegue Shalya.-Respondí, luego fui caminando hacia la puerta y la miré, luego sonreí.- Mejórate.
-Y tú ve con cuidado, por favor.
Asentí con la cabeza y me marché rápidamente de allí. Comenzaba a anochecer lentamente, entrecerré los ojos de pronto y me detuve. Era extraño, pero me sentía… “cansado”. No cansado físicamente, sino era otro tipo de cansancio. Un cansancio que nunca me esperé sentir. Llegué a mi casa poco después… sin embargo, vi a una muchacha que estaba en la puerta. Miraba fijamente la casa… para luego, agachar la cabeza y retrocedió, en ese momento se giró. Sus ojos quedaron clavados en los mios, esos ojos… lilas. Esos ojos eran los de…
Noté como mi cuerpo se relajó por un instante, luego permanecí quieto mientras la miraba. La imagen de Ilysse y aquel tipo regresó a mi mente, por lo que cerré los ojos y sacudí la cabeza.
-Tú…-le susurré.
Ella sólo asintió, y cerró los ojos pesadamente, parecía triste...
-No sé por qué he venido.- dijo mirándome nuevamente.
-... -No dije nada. Solo recordé la última vez que la vi.- ... ¿cómo... estas?
-Bien... creo...- contestó con mi mismo tono.
-¿Y .. tú?- preguntó al fin, parecía no querer hablar.
-Bien.-Me acerqué hacia la puerta, la abrí y ni la miré. Estaba furioso. Ella y aquel tipo... ...
-Azim.-
-¿Si?-Pregunté cuando terminé de abrir la puerta, continuaba sin mirarla.
Noté como agarraba mi brazo izquierdo, apenas sin fuerzas, y se aferraba a mi espalda.
-Necesito hablar.- comentó con cierto nerviosismo.
-¿Sobre qué?-Intenté mantenerme frío, no me fue posibl.e
-Sobre....- se colocó delante de mi, y cogiéndome una mano, se la llevo al vientre. Por un momento pensé en quitarle la mano, pero no pude... después de todo, era incapaz de comportarme fríamente con ella.
-¿Sobre?
-Sobre...- noté como me soltaba el brazo bruscamente, y repentinamente se desplomo.
La agarré antes de que cayera al suelo, y entré en casa, no parecía estar... demasiado bien.
Out: gracias a Kao, Susy y Bunny.
Lau volvió al desierto a las 7:04 p. m.
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