Todo estaba listo para la primera prueba.
Había enviado a Ray al lugar donde se encontraba su hermana, Shalya, lugar donde su hermano aparecería muy pronto, Azim. Será la oportunidad perfecta para comprobar si cumple con mis expectativas… Si es así… Fremen, despídete… Me dirigía hacia el viejo palacio, lugar donde iba a realizarse el experimento, Yerik por su parte… estaba haciendo cosas que jamás había probado con él. En el viaje tenía la mente despejada, perfecta para pensar. Sin duda Yerik había sido un experimento fallido pero a la vez el mejor de todos. Fallido en primera instancia porque… le dejé ir la primera vez, pero al aparecer de nuevo frente a mi, ya pensando fríamente, no lo dejé huir. Sólo cuando me aseguré de que había hecho lo que quería con él.
Cuando llegué al palacio antiguo, al principio estaba todo en silencio. Afuera, pero al entrar los gritos, agónicos, llegaban a mis oídos. Vaya, Yerik ya se está divirtiendo… Quizá será mejor que le deje terminar… Caminé, siguiendo los gritos, cada vez aparentaban mezclarse con varios sentimientos, todos a la vez. Entrecerré los ojos. Sin duda… … Yerik no me decepciona ni lo más mínimo.
-Hijo de…-oí, en un cuarto, era un susurro.-…perra…
Esa voz…Me detuve en seco, abrí la puerta de par en par. Era un cuarto pequeño, quizá de algún sirviente menor. En una de las esquinas, pude observar una silueta. Estaba encogido, con las manos en la cabeza, tapándose los oídos.
-No es necesario…-gimió aquella voz.- … que ten ensañes.
Ray.…Es normal… si tiene esos sueños, tiene que acabar sintiendo, aunque sea lo más mínimo, los mísmos sentimientos que ese tal… Azim. Pero al ser Harkonnen dudo que se le pase por la cabeza ir a ayudarla, por eso…
Sonreí gratamente mientras me acercaba, se sobresaltó y me miró con los ojos muy abiertos. Luego intentó colocar en su rostro una mueca dura, sádica… Le fue imposible.
-Al parecer ciertos sentimientos contradictorios pululan por tu mente.-Comenté, luego me crucé de brazos y sonreí.- Puedo hacer que desaparezcan.
Lo que en principio iba a ser una negativa, acabó deteniendose y se fue poniéndo delante en pie, encarándome. Sonreí aún más amablemente, él entrecerró los ojos y parecía no querer hablar. Por eso, continué:
-Se lo de esos… “sueños”. Aunque dijeras hace tiempo que habían desaparecido, mentiste. Tranquilo, no te culpo. Yo habría hecho lo mismo. Pero ahora que estás en Dune, en el mismo planeta que tu familia biológica, si de verdad quieres llevar a cabo tu venganza complemente debes hacer desaparecer esos sentimientos. Supongo que odias a muerte a… Azim. Pero a Shalya, al vivir en tus sueños como su verdadero hermano, al final, sin querer, le has cogido cariño. Pero como eres Harkonnen no te permites, o no quieres permitirte, sentir eso. Los sentimientos humanos son imprevisibles.-Mis ojos dieron un pequeño paseo en la habitación, luego se centraron en él de forma despreocupada.- Tranquilo, yo puedo aliviar ese dolor.
Sus ojos estaban clavados en mi mientras le hablaba.
No se fiaba de mi. Aún así, quería apartarse de todas aquella sensaciones a toda costa, por lo que acabó asintiendo y mirando hacia otro lado. Le advertí que, por mucho dolor que sintiera, por mucha fatiga… no se moviese. Estimulé ocho puntos de dolor a la vez, abrió los ojos con fuerza, mirándome. No gritaba. Pero dolía.
Acabé estimulando el último, cayó al suelo y me miró de reojo.
-No te podrás mover por un rato…-comenté, luego me giré hacia la puerta para marcharme. Los gritos de Shalya habían cesado.- … cuando te despiertes no sentirás nada hacia ella, quizá solo odio.
No esperé a que respondiera, realmente dudaba que fuera capaz de gesticular y, si así fuera, habría sido un insulto. Al entrar a la sala donde se encontraban Shalya y Yerik, le ví a él estar apunto de matarla. No podía matarla aún… la necesitaba. Era un cebo precioso. Por eso aplaudí…
- Johann.-dijo Yerik.- ¿Qué haces aquí?
-Ah, bueno… Me enteré de que te estabas haciendo un hombre y decidí venir a verte, a ver si habías crecido.-Comenté, luego me crucé de brazos y sonreí.
-Largo, estoy ocupado.-espetó Yerik mirándome.
-No seas cruel. ¿Vas a matarla?-pregunté, con falso interés.- Vamos hombre, vete a fumar el cigarrillo y déjala.
-Yo no fumo y sí, voy a matarla, así que fuera.-dijo él con voz gélida
Shalya estaba en un rincón intentando cubrir su cuerpo desnudo con una sabana y encogida, temblaba y lloraba.
-Verás, no puedo permitir eso...-Comenté mientras me adentraba en la habitación, la miré de forma despreocupada y luego mis ojos volvieron a Yerik. Los suyos eran azules.- ... así que sí que te has divertido...
-Mas que nunca.-dijo él clavando sus ojos en los mios.-Dime ¿Por qué no me dejas en paz de una puta vez?
-No creas que es por tí.-Respondí cuando estuvimos cara a cara.- Pero... no puedes matarla.
-¿Y eso por qué?
-La necesito.-Comenté.- No de la misma manera que tú, claro está.
-Olvídate de eso. No voy a dejar que la toques
-.... No puedes evitar que la toque, que me acerque a ella.-Respondí, avanzando hacia ella.
Yerik me puso la daga que tneía ne la mano en el cuello.
-No des ni un paso mas Johann.
-No quiero hacerte daño.-Dije, luego le miré de reojo.- Aparta ese cuchillo, márchate y lo dejaré correr.
-No.-dijo él.
Agaché la cabeza...Reí...Para cuando se quiso dar cuenta, estaba contra la pared, lo estaba tomando por el cuello y la mano que llevaba la daga estaba inmovilizada. Sonreí.
-Creo que te has olvidado de quien soy, por lo que me subestimas.- Indiqué.
-No, no he olvidado lo hijo de puta que eres...
-... ¿Hijo de puta?-Pregunté, divertido.- Eso no es algo que yo te haya enseñado.
-Déjame.
-¿Te marcharás?-Entrecerré los ojos, le quité la daga y me aparté.
-¿Que quieres de ella?.-preguntó Yerik mirando a Shalya que seguia encongida sin decir nada, mirándonos.
-No es ella exactamente quien me interesa, pero es un cebo precioso.-La miré.- ¿No te parece?
-Ni se te ocurra tocarla.-me advirtió Yerik malhumorado.
-Tocarla...-susurré, luego me acerqué apresuradamente a ella. Se pegó todo lo posible a la pared, sin embargo sujeté su cara y luego miré a Yerik, divertido.- ¿Así?
Yerik se abalanzó sobre mí gritando. Sabía que acabaría reaccionando de esa manera. Acabamos contra la pared, Shalya algo alejada pues no quise que se viera afectada. Yo contra la pared, Yerik intentando ahogarme. Sonreí levemente mientras dejaba los ojos clavados en él. En realidad... eres como yo. Eres idiota.
-... Llegarás tarde a todos lados...-comenté, en ese momento toqué uno de sus puntos de dolor, cerca de la sien y abrió los ojos con fuerza.- ¿Ahora puedes matar a un humano? ... No, no puedes. Has vuelto al estado en el que viniste a mi por segunda vez.
Yerik me miró sin comprender y luego me soltó.
-¿Por que me haces esto?-preguntó con furia.
-Quiero que recuerdes de donde vienes, cual es tu verdadero yo.-Me quedé cara a cara con él, ahora... parecía volver a ser aquel crío.- ... Que recuerdes quien te crió.
-Eso no se me ha olvidado nunca...-dijo con una voz mucho mas... debil.
-Creo que tal y como han pasado las cosas... viene siendo hora de que diga esto.-Comenté de pronto, coloqué mi mano en su cabeza y me miró.- Lo siento.
Yerik me miró sin comprender.
-Aparte de esa vez en la que... te trajeron a mi. Te había visto anteriormete...-comenté.- ... nunca pensé en decirtelo. Pero las cosas... últimamente... sea como sea, te alejé de mi una vez y siento no haberlo hecho de nuevo, por segunda vez.
Yerik me miraba anonadado.
-¿De que coño hablas?
-¿Te acuerdas de que te dije que tu padre era un capullo?-pregunté.
-Claro.
-Ese capullo lo has tenido delante durante toda tu infancia.-Clavé mis ojos en él.- Y entrenamiento.
Yerik clavó sus ojos en mi.
-No.. ¿que mierda estas diciendo?
-Lo que has oído, yo soy el capullo de tu padre, quien mató a tu madre.-Respondí. No pude evitar sonreir, aunque en realidad no me resultaba divertido aquello, ya que lo estaba viviendo como parte de la experiencia y no como observador, cosa que solía hacer a menudo.
Con los puntos de dolor, volví a hacer que fuera el mismo de siempre. Me miró fijamente, incrédulo pero con algo de rabia.
-Ahora puedes matarme, si lo deseas.-Informé.
Yerik agachó la cabeza se giró y se marechó dando un portazo no sin antes murmurar.
-Maldito hijo de puta...
Miré como se marchaba. No me esperaba otra reacción, en realidad... No había otra. Sonreí. Realmente sí que debí alejarlo de mi aquella vez, aunque sea uno de los mejores experimentos que haya hecho hasta el momento, también es el más defectuoso. Pensé en ello, para luego girarme hacia Shalya. La indefensa, pobre y traumada... Shalya.
-¿Cómo te encuentras?-le pregunté.- Debió de ser muy salvaje contigo.
Ella no contestó, se pegó aun mas a la pared.
-Yo no pienso hacerte daño, no me... interesas de esa manera.-Comenté algo distraido.
Ella me miró, sus ojos rojos llenos de lágrimas me observaron, no se fiaba de mí, tenia miedo.
-Vamos muchacha.-Le dije, me giré para mirarla pero sin acercarme.- Sabes que soy médico... y... aunque sea Harkonnen, no voy a herirte. Es más, quiero que estés sana... para cuando venga tu hermano.
-Déjeme.-fue lo único que ella dijo.
-Shalya... Esas heridas....-Mi tono fue el justo, mi mueca también.- No es bueno que continues con ellas. No quiero hacerte daño. Siento mucho todo lo que Yerik te ha hecho.
Intenté aproximarme, con sumo cuidado pero ella se alejó rápidamente.
-No se acerque.-dijo ella secamente.
-Es extraño.-Comenté mientras me apoyaba en la pared.- ... Hablas como si creyeses que, aunque yo eralmente quisiera acercarme, te obedecería. Estas en una situación en la que eres débil, tienes las de perder. Te estoy ofreciendo mi ayuda y tú... groseramente la rechazas. No te he golpeado, no he abusado de ti, pero quizá deba hacerlo para que te fies de mi.
Ella me miró un momento, luego apartó su mirada y se abrazó a si misma, buscando protección que no tenía.En una situación como aquella, en una experiencia como esa... Era natural que se comportase así, incluso estaba sorprendido por el hecho de que no me chillase, que no me mirase con aún más pánico, que no me mirase como aquel que... abusó de ella. Me senté en una silla cercaba y comencé a hablarle, al principio, no me respondió, pero poco después comenzó a responderme con "sí" o "no".... Estaba cansada, se notaba en su rostro. Pero su cuerpo estaba tenso, no quería descansar si yo estaba allí.
-Azim vendrá pronto.-Comenté de repente.
-No quiero que venga...-murmuró ella.
-Es demasiado tarde...-La miré a los ojos.- ¿sabes? Ray pudo verte cuando erais pequeños.
-¿Y que..?
-Sin salir de Giedi Prime. ¿No te parece curioso ?¿No te parece curioso que alguien al que no habias visto antes te haya visto a ti de pequeña?
-Me da igual..
-¿Realmente te da igual tener un hermano mayor que odia a tu otro hermano mayor, que te odia a ti?
-Ray no es mi hermano.
-Es genéticamente idéntico a Azim, excepto por pequeños detalles. Pelo, ojos... Pero no hay más diferencia. Incluso si se hubiesen criado igual, se comportarían de la misma manera. Ray es tu hermano mayor.
-No.. mi único hermano es Azim.-dijo ella terca.
-jeje...-reí divertido.- Con razón... Yerik te quería para él.
Me acerqué lentamente a ella, intentó huir de mi. Pero ahí venía la segunda parte del plan. Quedé cara a cara con ella, intentó escabullirse pero le detuve el paso. Quedamos cara a cara, mis ojos clavados en los suyos. Aproximé mi mano derecha a su rostro, lo acaricié levemente y luego activé unos cuantos puntos de dolor. Sería bastante interesante ver... lo que ocurrirá después. Abrió los ojos con fuerza, varias lágrimas recorrieron su rostro ahora con más fluidez.
-Aléjese...-susurró.
Oí ruidos afuera, por lo que levanté la cabeza aunque mis ojos continuaban fijos en ella.
-Lo siento pero... ha comenzado un experimento que... debo supervisar.-Comenté, luego me alejé de ella y fui hacia la puerta.
Ella no dijo nada, se quedó allí y la oí suspirar de alivio.
Todo iba a ponerse divertido pronto...
Out: Thanks to Susy and Ray. Perdon por la extensión pero si lo hubiera cortado habría quedado mal.
Johann volvió al desierto a las 12:10 a. m.
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