-¡R… Ray! ¡¡¡Detente!!!-Gritó
Estoy aburrido…
Entrecerré los ojos con una amplia sonrisa en mi rostro y le corté el cuello. Comencé a reir… había sido divertido el haber matado a mi capitán. Caminé por los pasillos mientras aún reía. Odio aburrirme, pero quizá lo que más odie sea a ese maldito…
-Ray, es el quinto capitán al que matas en esta semana.-Me informó mi tutor. ¿Quinto? juraría que era el séptimo…-Temo que tu preparación en las filas harkonnen ha terminado.
-¿Hu?-Pregunté, noté que mis ojos brillaban de emoción.
-Lo has conseguido, estarás en la escuela Sardaukar.
*********
Desde aquel planeta desértico, Dune, los Harkonnen que allí se encontraban enviaron un mensaje en el que solicitaba refuerzos. No esperé a que abriese la boca, declaré que la división del ejercito de Giedi Prime que yo capitaneaba iba hacia el planeta en seguida. En Dune había diversión… y también el maldito cabrón quien era mi hermano gemelo, el Fremen de pelo naranja, Azim. Encontré el refugio sin problemas, hacía mucho que no estaba en el planeta pero lo conocía como si viviese allí. Por su culpa. Llegué al refugio y mientras mis soldados armaban jaleo fui directamente a la casa de mi “familia”. Una fremen de pelo Rojo me esperaba, la reconocí. Era mi madre. La puta de mi madre.
-¿A… Azim…?-susurró, tenía en la mano derecha una espada negra. La de Xión, por supuesto.
-¡Te equivocas mujer!-Le grité, luego la señalé.- ¡Soy tu otro hijo! ¡Ese al que regalaste a los harkonnen!
Antes de que pudiera hablar, decir lo más mínimo, arremetí contra su cuerpo. Le ataqué una y otra vez mientras me sentía cada vez más y más motivado. ¡Muere maldita estúpida, muere, muere, muereeeee….! Cuando me detuve la miré fijamente… su cuerpo no respondía, ya no. Sonreí… vertí un veneno sobre sus heridas y abrió los ojos con fuerza.
-¿Duele?-Pregunté.- Ahora… ¿Dónde está Azim? Quiero visitarle…
Noté como se estremecía… sonreí ampliamente y me miró con los ojos muy abiertos, incrédula. Poco después… apareció ese maldito cabrón. Las cosas no sucedieron tal y como esperaba, pero iba a volver a verle. Pronto. Para acabar con él.
Las cosas en el planeta se complicaron para muchos, pero a mi me benefició bastante. Una guerra. Bien, estaba harto de matar a Harkonnen débiles… Y en esa batalla me lo volví a encontrar… Lastimeramente los Harkonnen fuimos vencidos y tuve que retirarme. Miré de reojo a Azim mientras me marchaba… su vida era mia. Esta decidido desde que nacimos.
**************
Todo estaba borroso y apenas podía ver con claridad, sentía que estaba de rodillas en el suelo y que mi cuerpo ardía, además de que sangraba. Todo dolía. Por primera vez, algo me dolía.
-¡Azim, basta, vamos al palacio!-Chilló alguien, una mujer quizá, luego alguien me sujetó por el brazo pero no me moví. ¡¡¡Mierda, otra vez estos putos sueños!!!
-Debo conseguir una nave…-musitó aquel que era yo… Sí, tenía sueños en los que veía la vida de esa rata Fremen.-Tengo que encontrar a Shalya… Ha ido a Kaitan… a buscar a… Ghassan, pero la situación es demasiado peligrosa, si solamente me hubiese esperado… entonces…
Desperté en ese momento, mi respiración era agitada y miraba al techo fijamente.
¿Nuestra “querida” hermanita había desaparecido? Jeh, a lo mejor podía llegar a tiempo y matarla… Me coloqué en pie y sonreí levemente. En realidad… quería matar a Azim primero así que la niñita tendrá que esperar… Maldita pelirrosa…
Seguramente la desaparición de esa enana ha tenido que ser cosa de Yerik, quería encontrarme con ella antes de que la dejara inservible. Así que debía localizarle. Comencé a preguntarles a los soldados y, cada soldado que me decía “no se nada”, acababa muerto. El último me dio juego, aún así cuando terminé con él acabé bostezando.
Todo estaba lleno de sangre, giré la cabeza hacia un lado y luego sonreí. Oí a alguien caminar hacia mí a mi espalda, me giré. Era un tipo bastante alto, la ropa aparentaba quedarle muy grande y llevaba un sombrero que en primera instancia no me dejaba verle la cara.
-¿Sabes dónde está Yerik?-Pregunté, divertido, mientras me giraba hacia él.
-No está-dijo simplemente. Vi como bajo el sombrero, su mirada viajó de mí a las manchas de sangre que llenaban todo.
-¿Y sabes donde está?-Dije mientras entrecerraba los ojos, ya había dejado de matar y tenía ganas de continuar.
-Sí.
-¿Dónde?-pregunté, aquel tipo estaba terminando con la poca paciencia que me quedaba. ¿Quién diablos era?
-No es asunto tuyo, chico. Ahora...-se metió las manos en los bolsillos, con nerviosismo-limpia todo esto, ¿quieres?
-¿Qué no es asunto mío?-espeté.- ¿Que limpie todo esto? ¿Quién coño te crees que soy, tu chacha?
La persona bajo ese gran sombrero sonrió.
-Mi subordinado, estúpido.
-¿Tu subordinado?-Gruñí.- ¿Quien diablos se supone que eres?
-El general-se retiró el sombrero de la cara y me miró fijamente-.Y no tengo por qué aguantarte.
-¿Y qué piensas hacer al respecto?-pregunté, luego el mi rostro apareció una sonrisa. Debía encontrar a Yerik, sin embargo... la diversión me puede.
Me miró interrogante.
-¿Al respecto de qué?
-No tienes porqué aguantarme, pero aún así voy a continuar aquí y sobre todo esto...-miré la sangre que estaba a mi alrededor.- No pienso limpiarlo. Tengo que encontrar a Yerik, para advertirle de algo sobre lo que está está haciendo ahora mismo.
-Ooh...-dijo con falso interés.
-Dime donde está...-entrecerré los ojos. La mano que sujetaba mi espada se cerró con más fuerza.
-¿Por qué crees que lo sé?
-Simple intuición.-Respondí. Mentira, simplemente le pregunté porque le vi. Si sabe, bien, si no... da igual quien sea. Sonreí gratamente al pensar en ello.
-No sé nada-me sonrió con desprecio-.Sólo que se fue.
-bueno...-suspiré mientras miraba a mi izquierda, luego mis ojos fueron hacia él y sonreí.- Es una pena.
El tipo me dio la espalda, dispuesto a marcharse.
Me puse en posición de ataque, sujeté la espada con fuerza y justo cuando me iba a lanzar contra él para arrancarle la cabeza, oí detrás de mi:
-No-Al mirar, vi a aquel tipo... el médico.
-¿Quieres que te ataque a ti mejor?-pregunté, divertido.
-En realidad no debes atacarle a él, al menos por ahora.-Comentó, luego miró hacia el tipo.
Éste nos hizo un gesto de despedida con la mano sin volverse, y siguió caminando.
Gruñí y me dispuse a arrancarle la cabeza a ese estúpido medicucho. ¡Nadie quitaba la diversión, NADIE! Sin embargo, cuando la espada estaba cerca de su rostro me miró fijamente, luego me esquivó con una rapidez que me impresionó.
-He oído por ahí que Yerik se encuentra aquí.-Me tendió un papel.- Ahí tienes tu información. No hace falta que nos mates a ninguno.
-Eh...-miré el papel, lo leí, luego cuando iba a mirarlo de nuevo ya no estaba. Me giré para observar al general, también se había marchado.-...estúpidas serpientes...
Acabaría con ellos…
Otro día…
Bostecé y me llevé una de las naves, para ir al lugar en el que Yerik había llevado a Shalya, el antiguo palacio… Realmente debía llegar antes de que la hiciera trizas. Pensando en ello, de pronto… tuve de nuevo uno de esos “sueños”. Pero esta vez estuve despierto… me arrastraba por los pasillos de un palacio, luego salí a la calle y susurré el nombre de Shalya.
Ahí acabó la visión. Él iba a ir a buscarla…
No tardaría en encontrarla..
Llegué al palacio antes de lo que esperaba, entré lentamente en aquel lugar y vi detrás de mi un movimiento extraño. Sin embargo, continué mi camino y poco después vi a Yerik, saliendo de un cuarto.
-Ray ¿que hace aquí?-dijo él.
-Te dije que quería verla.-Comenté, luego sonreí perversamente.- Antes de que la hagas picadillo...
-Ve, pero no la toques.
-Eso sería incesto.-Respondí divertido, levantando las manos.- Guarro.
-Cállate.-dijo el medio sonriendo y marchándose
-Ah, una cosa más...-me giré, quedándo de lado con él.- ... tengo una advertencia.
-Dime.-dijo girando la cabeza.
-Azim va a venir pronto. Encargate de hacer con ella lo que quieras antes de que él aparezca.-Reí por lo bajo.- Porque no quiero que te acerques a él, soy yo quien va a matarlo.
-Muy bien, no me interesa el pelinaranja.-dijo volviendo a caminar.-Gracias por la advertencia.
-Lo digo porque a él sí que le interesas tú.-Reí aún más, mientras me dirigía hacia la puerta de la habitación donde Shalya se encontraba.- Y... ah... vi a un insecto atreides por ahí, diviertete.
-Lo haré.-sonrió.
Este tio...
Me cae bien....
Jeje... Abrí la puerta lentamente, iba a ver a Shalya. Iba a divertirme con ella... pero no sabía si sería capaz de contenerme y no matarla en aquel momento.
Out: gracias a Volker, Johann y Yerik por su ayuda n_n
Ray_Strauss volvió al desierto a las 4:22 p. m.
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