miércoles, septiembre 26

-¡Padre, madre se ha roto!-Exclamé mientras iba hacia mi padre.

Era un hombre muy alto, delgado, de cabellos oscuros y siempre despeinados, ojos rojos. Me miró espantando, luego corrió en la dirección donde mi madre se encontraba. Le seguí tan rápido como mi cuerpo de tres años me lo permitió. Al llegar le vi mirándola con los ojos muy abiertos, lágrimas fluían de sus ojos. Me miró bruscamente y yo le devolví la mirada.
-Se ha roto… ¿verdad?-Pregunté con curiosidad, mientras me acercaba.- Le toqué en el corazón y entonces…


*****

Ray se había marchado pero yo me había quedado allí, de pie, mirando al fremen. Estaba completamente hecho mierda y, aunque hacía rato que había dejado de moverse, continuaba vivo.
-Espero que la próxima vez aguantes.-Comenté, divertido, luego me giré para caminar por los pasillos.

Mientras caminaba choqué con una mujer. Era compañera de ese Azim, la había oído hablar hace un rato con otro hombre. Vaya, parece que la pequeña Shalya… tiene un “amiguito”… sea como sea va a encontrar un paisaje desolador. Aquella mujer, Dizliz, no paraba de intentar ir a socorrer a aquel muchacho. Finalmente la hice contra la pared, empujando su cuello con mi brazo. Ella me miró con frialdad, no aparentaba tener miedo, su mirada era reflejaba
-Suélteme.-espetó
-Repito, no quiero luchar pero no puedo dejarla pasar.-Comenté educadamente. Después de haberle dicho la verdad a Yerik, volví a mi estado anterior, a mi estado normal. Ya era hora...

Ella me dio un rodillazo que medio esquivé, pero aun así no la solté.
-¿Por qué tanto odio?-Pregunté, sonriente.- Dizliz, yo no le he hecho daño.
-No me deja pasar, eso es más que suficiente.-dijo ella.
-¿Definitivamente habrá que pelear?-Pregunté, disgustado la solté pero me aseguré de no dejarle paso.
-Eso me temo, si no me deja pasar...-frunció el ceño.-Tendré que pasar por la fuerza.
-¿Oh?-Dije, curioso.- No me gusta esa idea.

Ella agarró su arma, un enorme boomerang y se dispuso a atacar. Sonreí y me ajusté uno de los guantes, eso precisamente provocó que me atacara. Esquivé el boomerang en la ida. Ella me miró con cierta rabia y justo cuando creía que a la vuelta el Boomerang iba a impactar en mi, me moví un poco y extendí el brazo, tomándolo entre mis manos. Miré aquel artilugio con cierta curiosidad...
-¿No hay más?-pregunté.

Pero ella no contestó, sino que se abalanzó sobre mi con una daga en la mano.
-Ah pues sí.-Asentí divertido.

Quedé contra la pared, estaba apunto de degollarme cuando toqué sin que se diera cuenta tres puntos de dolor. Quedó paralizada, luego chilló y se apartó, mientras me miraba, confusa. No sabía porqué había sentido tanto dolor. Apoyé el boomerang en el suelo y la miré, de forma angelical.
-¿Qué le parece mi habilidad?-Pregunté.
-Fascinante.-dijo mientras me miraba con odio. Luego volvió a abalanzarse sobre mí.
-Oh, gracias.-Respondí con una amplia sonrisa.

Cuando estuvo a pocos milímetros de mi, la esquivé y la empujé con su propio boomerang contra la pared, aprisionándola e impidiendo que se moviera. Los Fremen eran fuertes... muy fuertes, no cabía duda. Incluso había quien decía que, dado que vivían en aquel planeta tan extremo, eran comparables contra los Sardaukar. Es una afirmación muy acertada... Por ello puedo retomar mis investigaciones.
-No quiero hacerle daño.-Indiqué con todo sincero.
-Vaya que detalle.-dijo ella con sarcasmo.
-No todos los Harkonnen podrían decirle algo así. ¿No le parece? Simplemente le he dicho que no se meta donde nadie le llama... Además... Jeh... ¿No puede confiar en ese jovencito?
-Eso no es de su incumbencia, si confío en él, pero no se que puede haberse encontrado, además ¿a usted quien le ha dado vela en este entierro?
-¿Ah, es que ya la das por muerta?-pregunté, divertido.

La fremen consiguió darme un fuerte codazo en la cara y intentó moverse para volver a golpearme, sin embargo no la dejé. Me aparté de ella, aún con el Boomerang. Intentó, de nuevo, atacarme con el cuchillo. Entrecerré los ojos y, cuando ya creía que iba a contarme el cuello, me aparté y tomé con fuerza el brazo que portaba el arma. Le di un golpe en los pies, cayó al suelo y la inmovilicé.
-Nunca ataques más de tres veces de la misma manera.-Le susurré.- ¿No te lo han dicho nunca?
Ella simplemente me miró y forcejeó para soltarse.
-¿Os consideráis, pues, mi enemiga?-Le pregunté, mirándola fijamente.
-Por supuesto.

*************

-Voy a serle franco Doctor Harkonnen… Está aquí por su capacidad de hacer gritar a la gente, a pesar de ser tan joven y casi acabar su entrenamiento como doctor Suk… le consideran uno de los mejores torturadores del imperio. ¿Acepta, pues, el trabajo en esta área a cambio de dinero y libertad para investigar?

Claro que lo acepto… Si no lo hubiera hecho, estaría loco…

************

El enemigo ha de ser torturado y abatido, torturado hasta el extremo en el que no tenga secretos para mi, y abatido cuando no sirva para más. Hace mucho que no me dedico a esto, sin embargo, se ha considerado mi enemiga, no tengo elección.
Es culpa tuya, Dizliz…
La empujé aún con más fuerza contra el suelo, saqué tres agujas de mi bolsillo y se las clavé. Apretó los dientes, con fuerza, intentando no gritar pero al final un chillido ahogado salió de su boca. Entrecerré los ojos y estimulé otro punto de dolor.
-Aparte de ese muchacho, el que está yendo a salvar a hora a Shalya, y tú… vino alguien más. ¿cierto?-pregunté, divertido.

Ella cerró los ojos con fuerza, pero no contestó.
-Responde mujer, quizá te deje tranquila entonces.-Comenté, hice que ahora todo su cuerpo le doliese tres veces más. Dizliz ahogó otro grito.
-Solo vinimos nosotros dos.-aseguró.
-Vamos mujer...-le susurré al oído, me miró de reojo y le clavé otra aguja. Ahora sí que no vas a poder mentir...

Todo su cuerpo se estremeció de dolor, pero no salió ningún grito de su boca. Igual que los Sardaukar tras su entrenamiento... Callados y obedientes... Sí, será divertido saber más sobre los fremen. Mientras que con una mano continuaba inmovilizándola, con la otra la cogí por el cabello y le hice levantar la cabeza, para que me mirase. En su rostro estaba el reflejo del dolor, estaba semi paralizada a causa de ello... Me encogí de hombros y solté su cabeza, que dejó caer. Luego otra aguja acabó clavándose en su cuerpo.
-Podría hacerte responder de otra manera...-comenté.- Pero es más entretenido hacerlo con dolor. No me hagas repetir la pregunta y responde.
-Ya te he contestado.-dijo clavando sus ojos en mi.-Solo vinimos dos
-tendrá que ser, pues, de otra manera...-musité. La hice levantar, aunque su cuerpo lo respondía a causa del dolor.-Vas a ser una chica buena...

Me miró con odio y curiosidad, poco después las agujas que penetraban en su cuerpo ya no estaban. Dizliz estaba pegada a la pared, con los ojos entreabiertos, sin poder moverse y con el cerebro funcionando de tal manera que solo podía responder, sin controlar respuesta. Levantó la mirada levemente, confusa, mis ojos estaban fijos en ella.
-Además de ti y ese muchacho que fue a buscar a Shalya, ¿quien más ha venido?-volví a preguntar, sabía la respueta pero quería que contestase.
Ella intento resistirse, apreto los labios, pero fdinalmente dijo:
-Mi jefe.
-¿Y como se llama ese muchacho?-Me crucé de brazos mientras la miraba.

Ella respiró agitadamente, era obvio el hecho de que se resistia a contestar, peor no tenía eleccion.
-Azim..
-Ya lo sabía.-Musité mientras agachaba la cabeza.- Acaba de pelearse hace un momento, con su hermano...
-¿Hermano? - Ella abrió los ojos sorprendida.
-¿Oh? No me digas que no lo sabias...-Musité, haciéndome el sorprendido.- ¡Bueno, creo que tener un hermano harkonnen para un fremen no es un orgullo! Aunque ahora que lo pienso Ray mencionó que Azim no sabía nada de él... debe ser duro. ¿verdad? El hecho de tener un hermano que no te conoce.

Dizliz se quedó atónita, mirándome.
-El harkonenn de pelo blanco...-murmuró
-¡Bingo!-Exclamé.- Veo que le conoces... ¿A que es simpático? Cierto que se emociona cuando ve a una presa débil pero... ¿quién no?

Mis ojos se clavaron en ella y sonreí de una manera que le hizo sentir escalofríos.
-En fin, ven aquí.-Suspiré mientras hacía un gesto con la mano, para que se acercase.

Comenzó a obedecer, aunque sus ojos reflejaban el pasmo que sentía. ¿Se estaba moviendo involuntariamente? Hum... Soy famoso por introducirme en la mente de los demás, sin que se den cuenta, y controlarlos hasta que me place. ¿No crees que podía controlar tu cabezita, fremen? Se acercó a mi y quedó en frente, como esperando ordenes aunque su mirada, su rostro, reflejaban un odio increíble.
-Creo que ya no me eres de utilidad.-Expliqué, luego ladeé la cabeza.- Ni siquiera como entretenimiento.
Dizliz me observó ensilendio, apretando los dientes.
-Hijo de...-dijo con voz queda.
-No seas maleducada, yo te avisé.-Extendí mi mano hasta su rostro, el cual acaricié levemente y cuando ella iba a hacer un gesto brusco para que la soltase, la tomé por el cuello fuertemente.- Pero no me hiciste caso.

Ella evitó mi mirada, noté que le apretaba tanto que comenzaba a faltarle el aire Acto seguido la lancé contra la pared que estaba a mis espaldas, sin ni siquiera girarme del todo para ver como se estrellaba. Un gran estruendo se oyó y poco después me volteé para mirarla. Sangraba por la cabeza, todo su cuerpo estaba sangrando, mientras intentaba respirar a toda costa.
-A ver cuanto tarda esta fremen en caer...-canturreé mientras comenzaba a caminar hacia ella.

Sorprendentemente, Dizliz intentaba levantarse, logró con mucho esfuerzo incorporarse y apoyándose en la pared se fue levantando poco a poco, sangrando por todas partes y con la cabeza gacha, peor s emantenía en pie.
-Pues parece que aún durará...-musité mientras cogía el boomerang que había dejado abandonado anteriormente, la miré y se lo lancé.

Intentó cogerlo, pero su cuerpo falló y aquel artilugio la hundió aún más dentro de la pared. Ésto provocó que escupiera sangre por la boca, luego dejó caer su cabeza para luego, poco después, levantar la mirada y clavarla en mi.
-No recordaba a los Fremen tan resistentes.-Mascullé, mientras bostezaba.
-Será que no has conocido muchos.-dijo ella.
-Hace algún tiempo conocí a... una veintena. Ahora son grandes soldados Harkonnen sin voluntad alguna.-Sonreí levemente.- ¿No te parece encantador?
-Sin duda.-contestó con sarcasmo mientras se limpiaba la sangre d ela boca con el brazo.

Acabé enfrente de ella, por un instante sacó algo de fuerza y se me lanzó encima, para atacar. Provocó una leve herida en mi mejilla, pero poco después su cuerpo le falló. La sujeté por la cintura y la miré fijamente a los ojos, mientras mis ojos fueron a sus heridas, estas comenzaba a curarse de una manera muy rápida. Coagulación ultra rápida, mutación propia de los Fremen. Todo sea por no perder ni una gota de agua, ¿eh?
Quité el cuchillo que sujetaba débilmente con su mano derecha y se lo acerqué al cuello. No tenía razón para mi torturarla porque sí. No era un experimento y no podía sacarle información. No era necesario. Justo cuando estuve apunto de acabar con su vida, "algo" me empujó con una fuerza increíble contra una de las paredes, provocando que la soltase en el acto. Al mirar, vi a...
Azim. Sonreí levemente. Maldito... fremen estúpido... Una extraña ira se apoderó de mi por unos segundos, para luego tomar el control de nuevo. Él la había cogido para que no cayera, luego la miró preocupado para luego clavar sus ojos en mi. Realmente parecía un muerto viviente...
-Eres un desagradecido.-Espeté.- Hago que Ray te deje en paz, ¿y así me lo pagas?
-¡Voy a matarte!-Exclamó, airado.
-¿No me digas?-refunfuñé.- ¿En serio?

Dizliz también miraba preocupada a Azim y luego sus ojos fueron hacia mí. Él iba a abalanzarse sobre mi, sin embargo, la muchacha lo sujetó débilmente por la manga de la chaqueta y negó con la cabeza, luego aparentó perder el conocimiento.
-¡DIZLIZ, DIZLIZ!-Gritó él, luego se giró contra mi.- ¡¡¡MALDITO CABRÓN…!!!

Estuvo apunto de atacarme, pero en ese momento apareció una fila de soldados. Uno de ellos se acercó a mi y me dijo algo, en muy baja voz. Abrí los ojos con fuerza, incrédulo…
-No puede ser…-mascullé, luego me giré para marcharme, no sin antes mirar a los soldados de reojo.- Matadlos.

Tras eso me fui de allí rápidamente…
Out: Gracias a Diz ^^




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