>¿Padre? Ese cabrón descerebrado que me ha hecho la vida imposible... Johan... ¿es mi padre? ¿Y mi madre quien es?
La foto...
Aquella foto que Johann me rompió, aquella que no se porque motivo me hacía sentir bien... ella... mi madre...
-Tio... ¿como era mi mamá?
-Era una persona muy buena, agradable, simpatica, siempre quería ayudar a los demás...
-¿Y mi papá?
-Tu padre... No lo recuerdo.
-Pero tio...
-Basta Yerik, se acabó el hacer preguntas, ve a jugar al establo.
Y el niño fue al establo a jugar... y ahí vió una gallina, indefensa, sonrió y se acercó despacio a ella, la agarró por la parte trasera de las alas y comenzó a desplumarla, viva.
Al principio la gallina no chilló, pero cada vez aquel niño tiraba con mas fuerza de sus plumas, arrancándolas, y haciendo que comenzara a sangrar.
Los gritos de la gallina agonizante comenzaron a aumentar, fue algo que cautivó a aquel pequeño Yerik, que comenzó a sonreír, se divertía... pronto, los gritos de la gallina no le fueron suficientes, el niño cogió unas agujas, y se las clavó a la gallina en la cabeza, un hilo de sangre calló por el pico del animal, lo que le dió otra idea al niño juguetón, obligó a la gallina a poner la cabeza junto al suelo, cogió una piedra y con ella comenzó a apedrear el pico del ave... se lo rompió.
Yerik comenzó a carcajearse, s elo estaba pasando de lo lindo, por una vez no pensaba en sus padres, aquellos de los que no sabia a penas nada, ni siquiera sus nombres y de los que su tio nunca quería hablar...
Finalmente cogió un hacha y cortó la cabeza de la gallina, que mepezó a correr por todo el corral, él rió, se divirtió y solo fue la primera experiencia, de muchas que vendrian despues...
¿Eso es mi pasado?
Realmente apenas recuerdo nada de mi vida antes de unirme a los soldados sardaukar, vagamente recuerdo a Johann cuando me instruyó y me martilizó “por mi bien” para que fuese un gran soldado, Johann... mi padre.
Caminé por los pasillos, dándole vueltas a todo lo que había pasado, despues de conseguir torturar a Shalya y violarla, Johann me había confesado que era mi padre, la persona a la que yo mas odiaba en rel mundo sin conocer, era la persona a la que mas odio realmente. Cuando andaba intentando asimilar eso me encontré con Rena, me dijo que quería irse y algo le pasó a mi corazon y a mi cuerpo, no podía soportar la idea de tenerla lejos de mí... la besé y acabamos pasando un rato estupendo juntos, luego dormimos juntos un rato y tuve que marcharme, aun estaba Shalya, tenía que acabar con ella.
Entré en la habitacion donde la habia dejado con Johann, ella estaba semidesnuda en una esquina de la habitacion, desde lo ocurrido con Rena, no había pensado nada en Shalya, peor al verla allí tan indefensa me sentía tan excitado que no podía controlarme.
Perdona Rena, no tiene nada que ver contigo...
Avancé hacia Shalya, que me miró aterrada, siempre la había visto como a una mujer fuerte, decidida, con carácter, y ahora la veía tan temblorosa y débil... estaba herida, como un anima indefenso, pero eso no me hizo compadecerme de ella. La agarré bruscamente de las muñecas y la hice levantarse, emnpujándola hacia la cama con brusquedad.
-Ya va siendo hora de acabar con esto preciosa, pero antes, creo que me divertiré un poco mas...-dije sujetándola d ela barbilla y dándole un leve beso en los labios.
Ella se apartó rápidamente y me miró con ira, sus ojos eran el paisaje de la desolación, la humillación, el dolor...
-He decidido.. que quiero oírte suplicar tu muerte, quiero que me ruegues que acabe con tu vida...
Cogí unas cadenas y até sus brazos a uno de los extremos de la cama, le quité la poca ropa que le quedaba y ocmencé a lamer todo su cuerpo, ella se removía en la cama asqueada, pataleaba intentando golpearme, pero era inútil, clavé mis ojos, ahora azules, en los suyos que me miraban con rencor.
Besé todo su cuerpo, la saboreé, la penetré, en definitiva, volví a violarla un par de veces, ella lloraba y gritaba pidiendo auxilio, pero nadie la iba a ayudar.
Cuando me cansé de aquello, cogí mi espada, la que había acabado con tantos fremen, con tantos atreides, con tantos seres humanos, inocentes, niños, mujeres, soldados, ¿que importaba eso? Pero Shalya sería la última, luego esa espada la cambiaría por otra, esa sería para ella.
-Esta espada fue mía Yerik, úsala, mata a todos los atreides que se te pongan por delante, a todos los fremen que se crucen en tu vida.. y entierrala en el cuerpo de aquel a quien mas desees matar, ese es el destino de esa espada, por eso te la hice.-me Dijo Viktor, mi primer capitán.
-No puedo aceptara tío.-dije yo mirando la espléndida espada.
-No seas gilipollas muchacho, por eso te la hice, mandé que la forjaran para tí. Te servirá para mil cosas distintas.
-Gracias jefe.-dije mientras le daba la mano.-Porcierto, ¿no tiene calor con ese abrigo rojo?
-Cállate. Y ve y consigueme algo de farlopa anda.
-Nunca cambiaras, si algun día trafico con Farlopa, creo que me ganaré unas buenas perras si todos los capitanes son como tú.-comenté sonriéndole.
-Al menos no es semuta.. que te destroza el cerebro...-murmuró él mientras yo ya me había encaminado para salir de la habitación.
¿Que habrá sido de Viktor? Lo ultimo que oí fue que lo había caído en una emboscada y perecido allí... ¿Y Volker? ¿Que será de él? Espero que esté bien, y que sea el de siempre...
Pasé la hoja por el cuerpo desnudo de la fremen, la hoja le iba haciendo cortes por el pecho, el abdomen, las piernas...
Luego comencé a hacer cortes mas serios, rasgué uno de sus senos que comenzó a sangrar de una manera radical, yo saboreé su sangre y sonreí mirandola, luego la besé, dándole el sabor de su propia sangre.
Shalya gritaba insultos sobre mí persona, pero no me afectaban, estaba a punto de morir...
-¿Sabes? Hubo un tiempo en que creí que realmente te amaba, y quizá así fue.-dije acariciando con la hoja de la espada el rostro de la fremen para despues besarla con toda la pasion que me quedaba.
-Tu nunca has amado a nadie, no eres mas que.. un monstruo.-espetó ella.
Yo estaba sentado en el tejado del caseron de aquel hombre que me había adoptado, al que yo odiaba, puesto que pensar en él, era lo mismo que sentir mil puñales clavándose en mi cuerpo. Johann Harkkonen.
El mayordomo del doctor me llamóa gritos, pidiéndome que bajara del tejado, que sabía que al “señor” no le gustaba.
Por una vez obedecí, paseé por el caserón, hacía varios años que vivía con Johann y había visto toda la casa, menos.. esa habitacion, su laboratorio.
-He de salir.-dijo el medico mirandome con frialdad.
-Que te pudras y no vuelvas.-contesté.
Y se marchó.
La oportunidad perfecta...
A hurtadillas y con cuidado de que el mayordomo no me viese, forcé la puerta para entrar y ahi estaba, el gran laboratorio secreto de Johann Harkkonen, estaba lleno de aparatos que no entendía, comencé a trastearlo todo, los armarios, los instreumentos, los cajones...
En uno de ellos encontré una fotografía... una mujer de cabello claro y largo, con una dulce sonrisa en el rostro, muy agradable, que me hizo sentir una especie de calor en el corazón. ¿Amor?
-¿Que haces aquí oí la voz de Johann a mi espalda.
Lo siguiente ocurrió muy deprisa, ataqué con lo primero que encontré, un bisturí, se lo clavé a Johann en el hombro y comenzamos a forcejear, tiramos al suelo los aparatos mas caros, los papeles, las sillas, el intentó alcanzar mis puntos de dolor, peor yo fuí mas rápido y le hize un corte profundo en el cuello... Johann comenzó a desangrarse y finalmente su cuerpo sin vida se precipitó contra el suelo. Me guardé aquella fotografía de la mujer, ni siquiera se porque, bueno sí... porque era mi madre... sólo que yo no lo sabía, unos segundos despues, salí corriendo de aquel caserón y no volví nunca más.
Y sin embargo tú volviste... una trampa muy ingeniosa para engañarme... padre.
Sonreí, y clavé mi espada en su hombro derecho, provocando que ella diera un grito desgarrador que seguramente se oyó en todo el palacio.
Luego me coloqué entre sus piernas y con la punta de la espada mirando hacia su vagina.
-Ahora que experimentaste que es tenerme a mi ahí dentro.. ¿Que tal si provamos si te gusta tener ahi mi espada?-dije comenzando a intoducirla en su vagina.
El grito de Shalya fue mucho mas desgarrador que el de antes. Las lagrimas recorrían su rostro ensdangrentado, sue cuerpo se estremecía de dolor y yo la estaba cortando, ya no solo por fuera, si no por dentro.
-¡¡Grita!! ¡¡Suplica tu muerte!!-dije con entusiasmo.
Ella apretó los ojos y los dientes, aguantando el inmenso dolor que sentía.
Introduje un poco mas la espada, sus partes mas intimas comenzaron a sangrar brutalmente, su rostro se contrajo de dolor hasta que no pudo contener ese grito.
Un grito que podría haber roto todos los cristales de lso ventanales dle palacio, un grito que me llenó de placer.
Saqué la espada de su vagina y lamí la hoja, Shalya lloraba y se encogía en la cama, me acerqué para desatarla, puesto que ya no podía moverse a causa del dolor y no podría escapar, una vez desatada acaricié su rostro herido y su cuerpo lleno de cortes, tambien acaricié su vagina, que manchó toda mi mano de sangre. Lamí los cortes de esa zona y cuando levanté la cabeza para mirarla, no se con que fuerzas, me dió una patada en la cara, la patada mas fuerte que me habían dado en mi vida.
Aun puede moverse...
Shalya se levantó de la cama, cogeando y vino hacia mí con los ojos brillantes de ira, pero aunque había conseguido levantarse y mandarme d euna patada al suelo, seguía estando herida de mucha gravedad, al borde de la muerte.
Con una fuerte bofetada la tiré al suelo, su melena rosada cubría parte de su rosto.
-Es hora de acabar con esto..-dije alzando la espada para clavársela en el cuello y acabar con su vida.
Y ni siquiera suplicaste por tu vida...
El pequeño Yerik jugaba en el porche de casa de su tío, martirizaba a unos ratones que había cazado, les cortaba la cola, las patas...
De repente una pelota cayó sobre sus ratones, el niño miró al dueño de la pelota, cuando vió a una niña corriendo hacia él, era una niña de su edad, con el pelo largo y liso, y de color rosado.
-Perdona niño, ¿me devuelves mi pelota por favor?-dijo ella con una sorisita infantil.
-¡No!-dijo él aferrándose al balón.
-Si quieres podemos jugar juntos.-dijo ella.-Me llamo Shailyn ¿y tú?
-Yo me llamo Yerik.-dijo el niño mirándo como la melena rosa de la niña era meneada por el viento, ese movimiento tan suave lo hipnotizaba...
-¡Vayamos a jugar Yerik!-dijo ella cogiéndole de la mano.
Shailyn era la hija de una familia muy bien asentada en la economía del planeta, que veraneaban en una mansion, muy cercana a la casa del tió de Yerik.
Los dos niños, desde ese día se hicieron inseparables, iban a todos los sitios juntos, jugaban, paseaban, hablaban, reían... por una vez, el pequeño Yerik no se sentía solo, tenía una amiga con quien jugar. Una amiga que se convirtió en la persona mas importante para él.
Pero el verano acabó, junto a un arbol, los niños se prometieron volverse a ver, no perder esa bonita relacion y seguir juntos para siempre.
Lo último que yerik vió, fue los ojos azules de Shailyn y su melena rosada, mientras se la llevaban en una nave, a la otra punta del planeta. Una lagrima corrió por la mejilla del niño, pero se la secó pensando que al verano siguiente volverían a verse... pero ella no volvió. Sin embargo, aquel niño siguió esperándola verano tras verano, hasta que su amor por ella fue convirtiéndose es decepcion, rencor, odio...
Y junto a aquel arbol donde juraron volverse a ver, aquel niño que jugaba a mutilar animales en el establo, juró no volver a confiar en nadie y no volver a amar nunca más.
Diez años despues, durante una mision como subordinado de Volker, los fantasmas del pasado regresaron a mi cabeza, cuando al atacar un refugio, me encontré cara a cara con una fremen de ojos azules, sonrisa cálida y una larga y lisa melena rosada. Shalya.
Ahora, al acabar con tu vida, puedo enterrar ese pasado que creí olvidado y estaré listo para morir, si es ese mi destino.
-Acabemos con esto, Shalya.
*OUT* Lo se lo seeeeeee post supermega eterno.. pero es el último de Yerik, así que espero que lo hayais disfrutado, echaremos de menos a este pekeñin psicopata deserebrado? n.n *OUT*
Maron volvió al desierto a las 3:45 a. m.
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