Yo estaba en mi tienda. Era un día especialmente caluroso, y creo recordar que había tormenta.
Entonces un hombrecillo irrumpió sin pedir siquiera permiso. Era, de la ciudad. Así lo delataba su forma de andar, la manera descuidada de atarse el destiltraje.
-Esto es para tí, lider-dijo apenas en un susurro, y me lanzó un rollo de papel, antes de salir corriendo.
Abrí el rollo. No era papel de Dune. Delicado pero a la vez resistenta, ribeteado de dorado...
Podríamos vestirnos con este papel. Nunca escribir sobre él.
Las letras...también eran doradas.
Comencé a leer. Palidecí.
Una carta de la Emperatriz...
Sobre libertad, sobre un acuerdo. Una invitación...
-¡¡Ghassan, nos atacan!! ¡¡Harkonnen!!-varios fremen irrumpieron en la tienda, gritando.
Guarde la carta entre mis ropas y asomé la cabeza fuera de la tienda...
Y me encontré con el horror Harkonnen, dentro de nuestro refugio.
Una mujer, de la brigada de Azim me dio unos datos confusos. A su lado quizás estaba Shalya. Sólo fueron unos segundos, y desaparecieron de mi vista.
Estaba claro. Una vez descubierto, el refugio, nuestro escondite, no tenía razón de ser. Lo mandé...destruir.
Aunque todos los antiguos líderes se retuerzan de dolor en sus tumbas de arena...
Lo hice volar.
Tuve que escuchar mientras viajábamos, ahora como un puñado de refugiados en lugar de un pueblo, las promesas vacías de Azim...
¿No lo entiendes?
No importa lo que hagas...nuestro pasado murió con el refugio.
La ciudad...
Ya no era sucia, gracias a los Atreides, pero seguía siendo polvorienta.
Mis fremen y yo nos instalamos con lo poco que teníamos en una plaza deshabitada.
Ahora todos éramos igual de pobres. Con unas cuantas tiendas de tela, apiñados, desesperados.
Como en los viejos tiempos, nos sentamos en un círculo. Rezamos por los muertos.
-Por Nadia. Por Ish. Por Fazeq.Por...
No obstante, nadie parecía demasiado preocupado por los rezos.
Varios pares de ojos azules me miraban.
No les hacía falta hablar. Podía entenderlos.
Sus ojos decían...sus ojos exigían...
Venganza.
Huí. Me marché al centro de la ciudad. No podía soportar sus miradas.
¿Por qué no me echaban la culpa, por qué no lloraban al menos?
¿Por qué esos ojos no parecían humanos?
Si yo no les doy la venganza que quieren...
Ellos irán a tomarla. Aunque les cueste la vida.
Vendí el lanzagranadas Atreides a un contrabandista. Me timó. Pero no deseaba pelear.
Con este dinero podré comprar algo más. Otras armas, o munición, o...
Algo en el escaparate de una tienda llamó mi atención.
-...-suspiré.
Un rato después salí de la tienda, con un paquete entre las manos.
Soy un idiota...
Y eso es lo que me hace humano.
Mis ojos no manifiestan ninguna fuerza como la de mis congéneres.
Y sin embargo...
Al menos con esto, puede que esté haciendo lo correcto.
//Out// Post corto (espero) de Ghassan, y primera vez desde hace mucho que no roleo con nadie XDD.
Hay un par de problemillas con codigos o con ortografia en posts anteriores ò.oU si podeis corregirlos os lo agradeceria ^^!
Y otra cosa, si los roleos os quedan muy largos, podriais ponerlos de dos veces...y asi teneis dos posts para dos dias con un esfuerzo XD.
Un abrazo!
//Out//
Kaubop volvió al desierto a las 3:05 p. m.
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