¿Puede considerarse que he fallado, por segunda vez?
Mi respiración se condensaba en el grueso cristal, repasando la silueta de mis manos una y otra vez. Cuando el vaho desaparecía, podía ver a aquel ser cubierto de vendajes y conectado a múltiples aparatos. Pronto el cristal volvía a empañarse, y lo perdía de vista.Era como ver una serie de imágenes.
Pero todas eran iguales.
Mi primo Alexis no se movía.
Su respiración sí era constante, al igual que el pitido de los aparatos reguladores de la presión, el pulso y el oxígeno. Al igual que el goteo del suero.
No hacía falta ser un Mentat para saberlo. No hacía falta ser un genio. No hacía falta ser nada.
Si los doctores hubieran sido los mismos que hace años, también se habrían dado cuenta.
Las mismas heridas.
La misma gravedad.
Y ahora, sin duda alguna, la misma persona...
El hombre al que convertí en Emperador...
Y de alguna manera, lo entiendo.
Las descaradas afrentas y su manifiesta desconfianza a Adonis...
Sin embargo...
¿por qué de esa forma? El veneno hubiera sido más rápido, efectivo, sin lugar a dudas...Y quizás yo nunca hubiera sospechado.
¿por qué tanta importancia? La misma noche de su llegada a Giedi Prime.
¿por qué...lo hizo la primera vez?
Y ese ghola defectuoso, ausente en ese preciso momento...
El cristal volvió a teñirse de blanco una vez más. Me di la vuelta.
Había dejado una nota cerca del general Sardaukar. Simplemente, ya no me fiaba del servicio. Rezaba así:
"Hazme llamar.
Altair. "
Las cámaras de seguridad, la vigilancia intensiva a todas horas...No me preocupaba esta vez la seguridad de Alexis, no en la unidad de cuidados intensivos del palacio.Había una preocupación mucho más simple, primaria: ¿Sobreviviría, por sí mismo?
...
Mi despacho.
¡Qué aspecto ofrecía! Varias montañas de papeles seguían llenando el escritorio. Si bien la habitación estaba impecable, los documentos presentaban una ligera capa de polvo. A la limpieza no se le permitía hurgar en mis
¿nuestros?
asuntos. Mis pies tropezaron con algo. Bajé la vista. Era la pequeña bola-holograma de los planetas. Sentí una punzada de dolor y rabia, pero me dirigí a mi objetivo.Tomé todos los documentos sobre Dune.
No pude evitar soplar con cuidado sobre uno de los montones y retirar el polvo. Tratados, preguntas, cartas que requerían la firma imperial.
No sólo destruyes mi legado, pensé con rabia, también la fuente de ingresos de el estúpido Consejo que tanto te adora. Cuando se den cuenta...Y acudan a mí...
Me aseguraré de que abandones los asuntos de estado, vuelvas a tu laboratorio...
Y de que no vuelvas a salir de allí jamás.
Jamás, Adonis.
Parpadeé. De la tristeza a la euforia, de ahí a la rabia y a los juramentos vengativos. Demasiados sentimientos distintos en tan corto espacio de tiempo.
No,¡no puede ser!. Esto, muy lentamente...me afecta.
Mis facultades de Mentat...Casi puedo ver como se desvanecen
Y sentí algo que no había padecido desde hacía mucho tiempo.
Desesperación.
Cerré los ojos con fuerza y me abracé a los documentos de Dune.
-Alexis-supliqué-.No quiero quedarme sola.
//Out// O como puede hacerse un post en dos escenarios y mas de mil reflexiones XD. Espero que os guste *-* saludoss//Out//
Kaori volvió al desierto a las 12:21 a. m.
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