Malditos soldados... maldita Rena... realmente les odio a todos... creo que incluso hasta a mi misma. ¿Por qué no puedo ser completamente libre? Creo que aunque seamos poderosos en estas tierras, en realidad somos esclavos de ella.
-¡Maldita sea!- farfullé.
Me había olvidado por completo que pronto nos descubrirían. Azim me había advertido que avisara a Mavra de que ya sabían nuestro paradero.
Salí de mi habitación presurosa, y el frío de aquellos oscuros pasillos me invadió. Siempre había estado acostumbrada a ellos, pero esta vez sentía la presencia de algo o alguien que me desagradaba...
Puede ser porque estaba muy alterada desde antes o quizá por aquella extraña situación, pero lo cierto es que de pronto noté que perdía las fuerzas. Sin embargo no caí, alguien me sujetó y al levantar la mirada vi a un hombre de cabello negro y ojos dorados. No me sonaba su cara.
-...¿Quién...?- pregunté sin dejar de mirarle, bastante extrañada.
-No nos han presentado. Soy Johann Harkonnen.-Se presentó.- Soy médico. ¿Está usted bien, señorita Ilysse?
-¿Cómo sabe quién soy...y... ha dicho Harkonnen? ¿Quién es usted, exactamente?- volví a preguntar aún más extrañada.
-Su hermana, la baronesa, me ha contratado ya que considera que mis servicios son necesarios. Sí, Harkonnen, pero no se preocupe. No soy familia suya. Es simplemente una coincidencia.-Respondió, aparentaba ser muy educado.- ¿Y se encuentra bien?
-Si. Perfectamente. Nada de cuidado.- contesté muy segura de lo que decía.
-Bueno.-Me soltó y se separó de mi.- Si requiere de mis servicios... Aún así, considero que debe tener cuidado. En su situación.
¿En mi situación? Pero qué coño...
-Le agradecería que concretara sus palabras, no entiendo lo que quiere decir.-
-Su... Estado.
-Mi... Estado... ya... ¿a qué cree que está jugando señor... Johann?-
-Está usted embarazada y por su comportamiento considero que lo está intentando llevar en secreto.-
-Mire, señor Johann, está usted invadiendo mi privacidad, y mi vida, lo que me ocurra o no, es asunto mío, así que le agradeceré que su estancia en Mi casa, sea lo más discreta posible.-
-Creo que me ha mal interpretado.-Respondió él.- No pretendo entrometerme en su vida, al contrario. Pero quiero decirle que si necesita mis servicios puede utilizarlos, ya que no pienso informar a nadie de esto.
-Bien. Gracias por sus servicios, pero no los necesito, ya que no me encuentro en dicha situación. Y... si me disculpa, considero terminada esta... agradable conversación.-
-Sin duda desea mantenerlo en secreto.-Musitó, luego sonrió y me miró a los ojos.
-...¿Dígame, por qué ha venido?-
-Se lo he dicho, su hermana me ha contratado porque considera que mis servicios son necesarios con cierto general.-
-Creo que ya entiendo su visita...-
-Así que, permítame ofrecerle mis servicios de nuevo. Conmigo puede contar con la mayor discreción posible... aquí dentro.-
-Le repito que yo no me encuentro en esa situación. Me retiro señor Johann, encantada de haberle conocido.- dije fríamente tendiéndole una mano.
-Para mi ha sido un placer, señorita Ilysse Harkonnen.-Respondió mientras me estrechaba la mano. Sentí algo extraño y levanté la mirada, en ese momento me dedicó una sonrisa suave bastante amable.- Puede contar conmigo para lo que sea.-
-Gracias.- respondí más cálidamente.
¿Qué me estaba pasando? Esa sonrisa... esos ojos... demasiado amables.
En esos momentos, en lo que menos debía pensar era en sonreír. Debía buscar a Mavra, e informarla cuanto antes.
Fui hasta su habitación, y toqué antes de entrar.
-Mavra, tenemos que hablar de algo muy importante.- dije irrumpiendo en su habitación.
-Pasa...-
-Mavra, nos han delatado, los fremen nos han delatado, y ya deben saberlo los atreides también. No tardarán en venir a buscarnos, debemos irnos de aquí lo antes posible.- dije presurosamente.
-¿¡Qué?! Mierda...-
-Vamos Mavra, piensa en algún lugar donde podamos ocultarnos por algun tiempo, al menos hasta que la situación se calme. Con estos malditos fremen y atreides, que no cesan de buscarnos, parece que no tenemos un lugar seguro en el que quedarnos...- suspiré
-Era este el único palacio escondido que teníamos... Tenemos que enviar a alguien para ver si hay otro ... debemos quedarnos aquí, no nos iremos hasta que los Atreides caigan.-
-Mavra, no seas insensata, nos pondrás a todos en peligro, ¿piensas que vendrán tan solo unos cuantos soldaditos? No Mavra, sabiendo que estamos los Harkonnen aquí, mandarán a todos sus ejércitos, y sabes que esa situación no nos favorecería nada...-
-¿Y que propones hacer?-
-Creo que lo mejor ahora es huir hacia otro lugar, donde podamos pensar bien cómo destruirlos a todos...-
- ¿Hacia Giedi Prime? Si van rápido en atacarnos no nos dará tiempo ni a salir de Dune.
-No es necesario salir de Dune, creo que en otro lugar desierto estaremos a salvo, por lo menos algunos días, los días sufientes para pensar en qué hacer. Pero debemos partir ya, no creo que esas momias armadas estén de camino aún.-
-Pero si no tenemos ningún destino, ¿dónde tenemos que ir?-
-No lo sé... pero debemos movernos de aquí, desaparecer de esta zona del mapa.-
-Jajaja, hermana, tú siempre igual. Espero que esto sólo sea un susto que nos quiere dar el destino, y no signifique el principio de una guerra sin fin.- susurré casi para mi misma.
-Eso espero... bueno, vayamos a buscar un par de naves. No te preocupes, todo saldrá bien. - Dicho esto me besó la frente- Voy a buscar a Rena... nos vemos donde las naves.
-Adiós hermana... gracias.-
Las relaciones entre Mavra y yo siempre habían sido muy buenas. Nos quedamos huérfanas demasiado jóvenes, y nos habíamos tenido únicamente la una a la otra, así que nos criamos algo distanciadas de los demás, sólo viendo como único punto de apoyo a la otra. Mavra.. espero que todo salga bien, y que los atreides no logren dar con nosotros, y en cuanto a los fremen... espero que Azim esté bien... le echo de menos...
*OUT* Muchisimas gracias a Lorenillaaaa y a Bop!! Por ayudarme a postear! Por fin aparece de nuevo la fria Ilysse! ^.^ a molestaros un pokitin! Espero que todo se ponga de neuvo en marcha, animo!! *OUT*
Yuna volvió al desierto a las 1:24 a. m.
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