Ira, rabia, furia.
Odio.
Pero mas que nada… Decepción.
Había creído que tenía a Alexis en mi poder. Creí, estúpidamente, que el seria un delicioso –y fácil de digerir- aperitivo antes de disfrutar el plato principal: Altair.
Pero me equivoque.
Los dioses no se equivocan. Nunca.
Si lo que el ghola decía era cierto, Alexis le había dicho a mí adorada esposa que desconfiaba de mi…
Y lo que menos necesitaba en estos momentos era un retroceso en mi jugada perfecta.
Ahora que el Universo es mío… lo es también ella.
Alexis tenía que desparecer.
******************
Vas a morir…
Hijo de puta.
Traidor.
La ira me había cegado, actué sin pensar. Me aparecí en la habitación de Alexis dispuesto a matarlo, mis manos rodearon su delgado cuello, que frágil era…
Tan insignificante.
Y entonces descubrí que aun tenia poder sobre el. El propio Alexis lo había aceptado, prácticamente me rogo para que le confesara que deseaba de el, le pedi su vida y el muy soberbio me la nego.
-A ti ya no te queda absolutamente nada –dije con frialdad, mientras lo tumbaba en la cama y desgarraba sus ropas, despues baje mi pantalon.
- Se una forma de herirte... -dijo él déjandome hacer, sin oponer ningún tipo de resistencia- si no me fuerzas.. ¿será lo mismo Adonis?
Me detuve por un instante, justo cuando el habia quedado desnudo. Mire su cuerpo lleno de cicatrices.
Asi sin resistirse, sin suplicar por su vida?
No encontro placer en eso
- Te vas a quedar ahi quieto, mientras te follo? –pregunte, intentando contener mi ira
Alexis guardo silencio
- ¿Porqué no? -respondió mirándome a los ojos
Yo...
No sabia que responder.
Queria de Alexis su valentia, robarle lo unico que parecia que le quedaba; pero ahora este Alexis digno me perturbaba.
No sabia que hacer.
Los Dioses nunca dudan.
Los Dioses siempre saben que hacer.
Mi puño cerrado golpeo su mejilla.
- Soy el Emperador -dije furioso
Si, lo soy, soy el Emperador.
Suplicame por tu vida, suplicale a tu Emperador...
Si nadie me suplica... no tiene sentido todo esto...
Alexis se limitó a mirarme fijamente, sin decir ni una sola palabra, impasible, indiferente ante el dolor.
Lo necesito...
- No te quedes ahi observandome, inutil! -chille, estaba desesperado- Voy a follarte, entiendes? Voy a hacerlo hasta que me supliques para que me detenga, lo hare hasta que tu cuerpo inerte este bañado en tu propia sangre! -le abri las piernas, hundiendo fuertemente mis dedos en su piel.
- ¿Qué quieres que te diga? ¿Que deseo que me penetres? ¿¿Que deseo estar entre tus brazos de nuevo?? Pues... -cerró fuertemente los ojos- esto es lo único que deseo... -me giró la cara por el dolor aunque.. con una extraña sonrisa en el rostro.
Sonrei.
Pero aun asi... el me perturbaba.
Comenze a penetrar a Alexis una y otra vez, lleno de furia, estaba fuera de mi propio control. Queria destrozarlo, partirlo en dos; me excitaba la idea de ver su carne romperse, su sangre fluir sin parar y el dulce olor del sexo y la sangre inundar mis sentidos.
Si, queria matarlo.
Hoy perrita, te vas a morir.
Escondido entre mis ropas tenia una jerinquilla y un bisturi.
La piel de Alexis fue mutilada.
Sus gritos de dolor se confundian con los de placer.
Una vez satisfechas mis necesidades me levanté, triunfante, ante la imagen de un Alexis tumbado sobre un lecho totalmente ensangrentado... un Alexis bañado de su propia sangre...
Un Alexis... sonriente y satisfecho
Maldita perra...
*******************
Al salir de la habitacion alguien me esperaba.
- No me mires asi, basura -empuje a Horace, que se habia coloca justo frente a la puerta
Mi perrito miraba la habitacion con aire melancolico.
- Estuviste aqui todo el tiempo? Escuchaste como gemia tu General? -intente arreglar mi cabello, descubri que estaba todo pegajoso, por la sangre de Alexis.
El ghola bajo la mirada.
- Si, amo -contesto en tono monotono
- No te preocupes por Alexis, despues de esta noche, no volvera a meter su asquerosa humanidad en mis asuntos. -lami mis dedos, probando la dulce y seca sangre de Alexis- Aun asi, vigilalo muy bien.
- Si, amo.
Deje a Horace en el umbral de la habitacion, sin siquiera proponermelo, m camino termino justo en la entrada de la oficia de Altair, ahora mia.
Abri la puerta, no me importo tener la ropa ensangrentada y el cabello alborotado, sabia que mi esposa no estaba ahi...
Ahora que lo pienso... nunca esta aqui.
El los ultimos dias Altair se aparecia muy poco por lo que solia ser su oficina, se habia dado por vencida al fin?... No, ella nunca haria eso.
Entonces...
Trabajaba en secreto.
Donde estas maldita perra?
Sali furioso de regreso a la habitacion de mi amante. El ghola aun seguia ahi, fingiendo hacer guardia.
Lo tome por el cuello.
- Busca a Altair, espiala, quiero saber donde se esconde esa perra! -chille- Esa estupida no va a jugarme sucio, no a mi, no al Emperador!
Nadie me quitara el trono.
Nadie me quitara el poder.
Soy el Emperador.
Soy un Dios.
OUT: Ok, ahora Adonis si se volvio loco xD Gracias a mi preciosa Anita por rolear! besitos!!!!!!
NANA volvió al desierto a las 6:09 p. m.
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