Llevabamos un rato en la nave cuando empezó a verse el lugar de destino, el palacio Harkkonen, Johann se llevó al Jefe y yo me quedé por ahí dando vueltas, me peleé con un par de soldados que se metieron con mi altura, pobres desgraciados...
Un rato depsues me senté en una roca y me puse a mirar las naves desde allí, habian muchas, cada cual mas compleja, peor mi método era infalible, a todas les funcionaba el Metodo Masoquiasta de yerek, pobres de ellas si no me obedecían... Estúpidas máquinas.
Pensé en todo lo que había pasado, no soy de mucho reflexionar pero cuando me pongo soy peligroso. No me gusta hablar del pasado, se deja atrás y punto, de esas cosas no sehabla, por eso la presencia de Johann me incomodaba demasiado, peor no podia dejarle pisotearme, no esta vez... Mierda, otra vez pensando en el pasado.
-¿Ocurre algo?-Oí detrás de mi, al girarme le vi. Era Johann
-Lárgate.-espete.
-¿A qué viene ser tan grosero?
-Nada.
-Pensé que no iba a afectarte mi estancia aquí. Sin embargo...-miró hacia delante sonriendo, de esa forma tan desagradable.
-Sigues siendo tan egocéntrico como siempre por lo que veo, no tiene nada que ver contigo, pero tampoco es una alegría tenerte aquí.-dije con total sinceridad.
-¿Me permites ver la foto de nuevo?
-¿Para que?-pregunté mirándole de reojo.
-Quiero verla de nuevo.
-Pues te jodes.
-Yerik, déjame verla.
-Que no me da la gana joder ¿Quieres largarte d euna vez so plasta?-dije cansinamente.
-Quizá te interese saber quien es... Nunca lo descubriste.
Lo miré de soslayo en silencio y le tendí la foto que siempre llevaba encima.
La sujetó con su mano derecha, luego comenzó a observarla. Aparentaba estar analizandola milímetro a milímetro. Sin embargo, luego sonrió y me miró de reojo. Ahora su mirada era cruel, cínica y sonreía.
-Dámela.-dije con rudeza
-¿Te interesa saber quien es...?
-No.-mentí.
-Lástima... queria decirtelo.
-Me da igual.-volví a mentir.
-Bueno.-Colocó sus dos manos en la foto y luego hizo el intento de romperla.
Aunque intenté arrebatarsela, me esquivó y me miró de reojo.
-Se llamaba Ania.
-Dámela.-Dije comenzando a irritarme
-Y era tú...-luego se guardó la foto y se mantuvo en silencio.
-Mi... ¿Que? ¿Niñera?
-¿No decias que no te interesaba?-preguntó, luego comenzó a andar.
-Johann.-dije con tono amenazante.-Devuélvemela o te juro que...
-¿Me juras que...? ¿qué?-preguntó, luego se detuvo y quedé cara a cara con él.- ¿Me matarás? Aunque realmente me gustaría ver tu límite... No es el momento ni el lugar. No entiendo porqué le tienes tanto apego a esa foto. Sobre todo, porque no tienes ni idea de quien es.
-Eso a ti no te importa, dámela.-dije con un tono glacial.
-Claro que me importa, quizá estés defectuoso.
-No hables de mi como si fuese una maquina.
-Pero eres un experimento. Y esta que ves aquí...-refunfuñó mientras volvía a mostrarme la foto. Luego la rompió a la mitad.- ... es tu incubadora...
-HIJO DE PUTA ¿QUE COÑO CREES QE HACES?-dije mientras loa garraba por el cuello.
-Jeh...-Sonrió, sus ojos brillaban.- Sí, ERA tu madre. Murió... La pobre... jeje...
-¿POR QUE COÑO HAS ROTO LA FOTO?-grité apretando la mano con la que lo cogía del cuello.
-No es bueno anclarse a un pasado... que nunca conociste.
-ESO NO TE DA DERECHO A ROMPERLA.-le dí un puñetazo.
-emociones.-Dijo de forma fría, no le había dolido lo más mínimo al parecer.- Estás defectuoso.
Volví a golpearle, peor él no quitaba esa estupida expresion de su rostro.
-¿Me estas pegando por haberla matado o por haber roto la foto?
Le dí una patada en el estómago y luego me di la vuelta par amarcharme.
-Y tras este arrebato.-Le oí decir, luego noté una mano en mi hombro y me caí al suelo puesto que perdí extrañamente las fuerzas. Me pateó con fuerza y acabé rodando.- Yo no te he enseñado a comportarte como un estúpido quejica.
-Vete a la mierda, aléjate de mí.-dije mirándole con odio.
-Vas a tenerlo crudo, pues voy a estar día a día aquí. Me verás siempre. ¿No te tienta a intentar matarme de nuevo? ¿No deseas preguntar quién era realmente esa incubadora a la que tú llamarías madre...?
-Te he dicho que no quiero saber nada de ti, has roto la foto, la foto...-no sabía porque, peor esa foto era muy importante para mi.
-¿Vas a ponerte a llorar ahora, estúpido?
-Nunca
-... Fue ella quien te puso ese nombre. YERIK. Es horrible...
-Cállate, no hables de ella.
-Era muy amable y atenta, sonreía a cada rato. Excepto cuando sentía dolor ya demás...
-¡¡HE DICHO QUE CIERRES LA PUTA BOCA JODER!!-grité.
-A alguien como tú estos comentarios no deberían de afectarle. ¿O a caso te has vuelto débil con el tiempo?
Me levanté y comencé a andar.
-¿Y sabes lo peor? Tu padre era un estúpido...-comenzó a reirse, con júvilo.- ¡¡Me vendió a tu madre el muy inepto!! Sin duda podría haber sacado más por ella...
Seguí caminando intentando ignorarle.
-En realidad la quería pero... era demasiado estúpido para darse cuenta. Me dijo que podría experimentar tanto con ella como contigo. Pero resultaste nacer muy enfermo y te regalé. Pero mira, luego volviste a mi.
Seguí caminando apretando los puños cada vez mas fuerte y incluso haciendome sangre de tanto apretar, quería alejarme de ese monstruo.
Noté que me seguía. Sus pasos eran lentos, pausados... de pronto estaba ya a mi altura y me miró de reojo.
-¿Vas a matarme o no?-preguntó, divertido.
-¿Que quieres de mi?
-Que intentes matarme.
-No te daré el placer
-¿O es que eres un cobarde y no quieres vengar a la puta de tu madre?
-No insistas, no soy como esos oldados estupidos a lso que puedes provocar.
-Realmente sí que lo eres.
-Piérdete ¿quieres?
-Aunque quisiera no podría.
Me miró, luego sus ojos volvieron a la foto rota. Se mantuvo pensativo por un momento y refunfuñó:
-En realidad eres como ese que fue tu padre. Cobarde. Aunque listo para pelear cuando el asunto no es del todo importante.
-mejor ser como él, que como tú.
-¡Hum!-Aparentó hacerle gracia.-Bien dicho.
Pero la mueca de Johann no duró demasiado. Estaba mirando al frente seriamente, allí de pronto vi a un tipo extraño... No me sonaba su cara. Éste me apuntó con una pistola e intentó disparar, sin embargo, Johann me empujó y acabé en el suelo. Johann se ajustó el guante y le miré, para luego observar al otro tipo.
-Atreides.-refunfuñó Johann, antes de comenzar a caminar hacia éste.
-Matemosle y punto, a ver si asi te callas d euna jodida vez.-comenté como si nada.
-Venga, mira que cara de cordero degollado pone.-Musitó Johann, el atreides aparentó creerle y sonrió nerviosamente. Pero luego intentó dispararle.
Johann pudo esquivarle y luego sujetó con una fuerza increible la mano de aquel tipo, la cual rompió. Tras eso se quedaron cara a cara y pude ver que el atreides se había quedado paralizado.
-¿quieres encargarte tú de él?-me preguntó Johann.
Sin decir nada le atravesé la sien con la espada. En ese momento me di cuenta de que habían aparecido unos 15 atreides mas, nos redeaban.
-No me digas que voy a tener que pelear yo también.-Refunfuñó Johann con fastidio. Más bien por pereza que por otra cosa.
-¡Alto Harkonnen!-gritaron.
-Que divertido va ser esto...
-Tsk...
Gruñó Johann mientras se ajustaba los guantes. Poco después nos encontramos rodeados, los atreides los atacaban por todos lados. Fue la primera vez que vi a Johann pelear, con un simple toque los atreides caían muertos a su paso. Sin embargo, luego aparentó aburrirse y tras sacar una daga comenzó a luchar con ésta. Yo por mi parte atravesaba a todos los atreides que me atacaban con mi espada. No obstante, de pronto unos se amontonaron contra mi y sin que pudiera hacer mucho dos me sujetaron por los brazos.
Johann miró de reojo hacia mi y, tras matar a uno, lo empujó contra aquellos que me estaban inmovilizando y pude escapar. ¿Por qué diablos me ayudaba? Estaba tramando algo, sin duda.
-No te despistes.-me reprendió.
-No necesito tu ayuda viejo.-espeté. Luego corté la cabeza a uno de los atreides y le hundí mi puño en el estómago a otro, luego le clavé la espada en medio de la cara a un tercero y a otro le arranqué las entrañas de una estocada. Que entretenido...
Poco después conseguimos eliminarlos a todos.
Johann permaneció pensativo por un momento, pero luego le dió una patada a uno de los cuerpos inertes de los atreides. Me miró de reojo y preguntó:
-¿Habrán llegado hasta aquí por casualidad o alguien les habrá informado? Sea como sea hay que informar a la baronesa.
-Pues ves, yo paso.-contesté mientras limpiaba mi espada con indiferencia.
-Tú eres el militar. Yo soy un simple médico.
-Ya te he dicho que paso, si vienen mas mejor, más diversion, mas pasta.
Johann asintió levemente pero no aparentaba estarme oyendo. Por un momento quedó absorto, no obstante de pronto despertó y comenzó a caminar hacia el palacio. Por su cara se había aburrido de mi, no obstante, antes de alejarse demasiado de mi hizo pedazitos la foto, dejándola irreconocible, y luego los tiró al aire.
-para tí.-dijo.
-Cabrón...
Out: gracias lore por ayudarme TKMMM
Maron volvió al desierto a las 11:03 p. m.
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