Ya había encontrado a mi jefe y resulta que se iba, pues no tenía nada que hacer así que decidí que me iba a su refugio a esperarle, además, tenía una cita pendiente.
Me subí en un gusano y me dirigí al refugio del Noroeste. Mientras iba subida en el gusano no paraba de pensar en mi hermana Lysha, echaba mucho de menos a mis padres, pero a Lysha muchísimo más...
No podía parar de pensar en ello y las lágrimas me caían sin cesar.
De repente, recordé el motivo de mi viaje al refugio del Noroeste, Rick.
Era un chico muy atractivo, y parecía muy adulador, seguro que con él me lo pasaba genial, el me ayudaría a olvidarme de todo por un rato, y seguro que los dos nos lo pasaríamos bien.

¿Eso no sería utilizarle? No, no, porque Rick podría decir que me atrae, y solo lo he visto durante cinco minutos... No me imagino lo que será tenerle cerca durante diez...

Cuando llegué todo estaba más o menos igual que el día anterior.
Comencé a caminar por el refugio buscando a Rick y esperando que no estuviera muy ocupado.
-Tendré que castigar a mis soldados, ¿como han podido dejar suelta por el refugio a una preciosidad sin a verme avisado?
Me giré al reconocer la voz de Rick.
-Tan adulador como la ultima vez por lo que veo...
-Yo solo digo lo que es verdad. Pero si estás aquí eso significa que vienes a buscarme.
-Así es.-dije sonriéndole.-Teníamos una cita pendiente ¿no?
-Claro como me iba a olvidar de algo tan importante como eso. No siempre puede uno ir a tomar algo con una preciosidad.
Me sonrojé y sonreí ampliamente.
-Pues tu dirás donde vamos, yo no me conozco esto.
-Yo tampoco me lo conozco, hace poco que llegué. Pero no te preocupes, podemos ir a mi tienda. Allí estaremos solos y nadie nos molestará.
-Perfecto pues.-Dije guiñándole un ojo.-Tú guías.
-No está muy lejos, solo tenemos que andar 5 minutos todo recto. Y bueno ¿como es que una preciosidad como tu es jinete de gusanos?, no es un trabajo que te pegue mucho.
-Desde pequeña quise serlo y en cuanto tuve edad pues...-dije agachando la cabeza con timidez.
-Esta bien eso de poder elegir lo que a uno le gusta, yo fue más impartido que a mi voluntad. Pero al final me acabo gustando este trabajo, ya que siempre te permite conocer bellas mujeres.
-Debes tener muchas compañeras por lo que dices.-Dije con modestia.
-No, la verdad es que en las tropas pocas mujeres se alistan, lo digo porque siempre puedes viajar y el tema del uniforme dirás que les gusta.
-Es verdad jeje.-llegamos a su tienda.
-Está un poco desordenada, pero siéntate donde te apetezca y ponte cómoda ¿Qué te apetece tomar?
Me senté en unos cojines que habían amontonados.
-Lo que me ofrezcas.
-¿Pues qué te parece un general joven?
Sonreí con la cara sonrojada.
-Mejor luego ¿no crees?
-Me refería a un combinado pero bueno si prefieras al que lo sirve también está en la carta – dijo con una sonrisilla.
-A ver ese combinado.-Dije mirándole sonriendo.
-Ahora mismo te lo preparo, pero tendrás que cerrar los ojos antes de bebértelo.
-Muy bien, pues cuando tenga que cerrarlos dímelo.
-Ya puedes.
Cerré los ojos y esperé a que Rick me indicara que los abriera.
Entonces note como Rick me besaba y me daba el combinado mientras seguía besándome apasionadamente.
Cuando se alejó abrí los ojos y lo vi delante de mí, sonriendo.
-Pues... si que esta rico el combinado...-dije entrecortada.
- Si quieres puedes servirte tú misma, la barra esta abierta.
Sonreí mordiéndome el labio y me acerqué a él.
-¿Todas caen a tus pies con tanta facilidad?-le susurré al oído antes de besarle.
-No utilizo mis mejores trucos con cualquiera. Solo lo hago con las mejores, y nunca me ha fallado.
-Vaya... ¿Y lo del combinado es uno de tus mejores trucos?
-Exacto pero no es el único que tengo, si quieres te los puedo ir enseñando uno a uno.
-¿Ah si?-dije sonriendo y mirándole con picardía.- ¿A que esperas?
-No pensaba que fueras tan directa, pero me gusta que me sorprendan. – dijo mientras me levantaba y se me llevaba a una cama que se encontraba en el fondo.
-No suelo serlo, pero necesito quitarme mis problemas de la cabeza.-Besé a Rick en el cuello.-¿Conseguirás que me olvide de mis problemas?

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Los atreides se marcharon del refugio, esperaba volver a ver a Rick pronto, a parte de ser muy guapo, había sido estupendo el rato que había pasado con él y consiguió que me olvidará de todo lo que me atormentaba por un buen rato.
Comencé a caminar por el refugio y me encontré con Azim, estaba junto a su hermana, me presenté cordialmente y me dijo que en un rato nos marchábamos a la ciudad, seguí caminando, tenía que hacer tiempo para que Azim atendiera a sus asuntos familiares, así que decidí marcharme a la salida del refugio fremen, después de todo, allí era una extraña.
Me senté cerca de la salida y me puse a esperar. Toda mi infancia empezó a pasar por mi cabeza, momentos vividos con mi padre, con mi madre, con mi hermana Lysha...

Lysha... Como la echaba de menos, veía su rostro sonriente, era una niña encantadora, nunca se rendía... Ni siquiera había visitado la tumba de mi familia, había salido escopeteada a buscar a Azim, ni siquiera pude despedirme de Zahled, mi amigo del alma, de toda la vida, casi como mi hermano...
Mientras estaba ensimismada en mis pensamientos apareció Azim, estuvimos hablando y luego le pedí si podíamos ir a mi refugio, me dijo que me acompañaría encantado y nos dirigimos hacia allí.
Cuando llegamos estaba todo patas arriba, vi acercarse a mi querido amigo Zahled con expresión de preocupación.-¡¡Dizliz!!-dijo corriendo hacia mi y abrazándome.
-Hola Zahled.-Contesté sonriéndole.-Mira este es mi Jefe, Azim.
-Ya nos conocemos.-Indicó Azim.- ¡Hola!
-Eh... hola...-Saludó Zahled, extrañado al ver el comportamiento de Azim.
Luego se giró hacia mí.
-¿Cómo es que has vuelto tan pronto, te fuiste tan rápido, me daba miedo que hubieras echo una locura después de lo que pasó...
-Alguna locura si he cometido.-Dije acordándome de lo sucedido con Rick.-Pero ahora tengo que trabajar y hacerles pagar a los Harkkonen lo que nos han hecho.
-Que nadie te obliga, eh.-Sentenció Azim, Zahled le miró y agachó la cabeza.
-Sabes que es lo que quiero.-dije girándome hacia él, luego volví a mirar a zahled y le cogí la mano.-Amigo mío... ¿podrías llevarme a..?
-Claro que si Dizliz, vamos es por aquí.-dijo indicándome el camino del altar que le habían construido a mi familia.
Azim se limitó a seguirnos, supongo que deseaba presentar sus respetos hacia mi familia.
Llegamos al altar, era precioso, el mas hermoso que había visto en mi vida, comencé a llorar desconsolada menta arrodillada ante él.
-¿te gusta Dizliz? Lo he hecho yo...-dijo sonrojándose levemente.
-Es precioso Zahled muchísimas gracias.-contesté abrazándole.-¿Sabes? Ayer estuvo aquí Nazira y vino a ver el altar, estuvo un rato rezando, me dijo que quería verte y hablar contigo pero como no estabas...
-¿Nazira?-contesté perpleja.
-¿Nazira estuvo aquí?-preguntó Azim rápidamente, aunque había intentando permanecer al margen no pudo esta vez.
-Sí.-contestó Zahled.-Ayer, iba loca por verte Diz.
-La echo tanto de menos...-contesté yo, hacía mucho tiempo que Zahled no me llamaba Diz, desde queramos pequeños.
-Disculpadme, os dejo a solas.-Dijo Azim de pronto, luego se giró y comenzó a caminar hacia la salida.
Zahled y yo nos miramos un momento, luego me levanté y fui a su alcance.
-Tiene una hija ya...
-Que bien.-Respondió mecánicamente.
-No deberías decir cosas que no piensas, pero.. Ahora ella comienza a ser feliz, aquel imbecil con quien la obligaron a casarse a resultado ser un buen tipo y ella esta bien con él...
-Me alegro.-Dijo de la misma manera.
-Ya claro...-dije poniendo una mano en su hombro.-Dame diez minutos para rezar y nos vamos ¿vale?
-De acuerdo, de todas formas no tengo prisa. Puedes quedarte... todo el rato que desees.
-Gracias jefe.

Volví a donde estaba Zahled y rezamos juntos un rato, estuvimos hablando durante un rato también, me pidió que le dejara acompañarme, pero me negué, prometí volver a visitarle pronto y escribirle.
-Cuídate mucho Diz, por favor.-Me dijo antes de que me marchara.
-Lo haré Zahled, tu también.-Sí.-Ah... quiero darte algo...
Zahled me miró extrañado, yo me quité la pulsera que me había echo mi hermana Lysha y se la puse en la muñeca.
-No puedo aceptarla Dizliz.-Me dijo mirándola.
-Por favor Zahled... quiero que la tengas tú...
Zhaled me abrazó muy fuerte y yo hice lo mismo.-Muchas gracias Diz... Como te pase algo malo te mato ¿me oyes?-comentó con la voz medio quebrada.
-Te prometo que tendré cuidado.-dije besándole la mejilla antes de irme.
Me reuní con Azim en la entrada del refugio y nos fuimos a la ciudad.
-Ese tipo... Se preocupa mucho por ti.-me dijo Azim por el camino.
-¿Zahled? Sí, él es lo único que me queda en ese refugio ahora, mi única familia, siempre ha sido como un hermano para mí.-contesté con una leve sonrisa en los labios.
-Además, es valiente.-Miró al cielo y se rió.
-Sí, es el mejor guerrero del refugio, pero...-lo miré sorprendida.- ¿Como sabes eso? ¿Os conocíais?
-Hace tiempo me visitó.-Respondió Azim, de forma tan natural que me dio curiosidad.- ¿No te lo había dicho?
-¿Zahled? Nos abía nada...-Dije mirando a Azim directamente a los ojos.-¿Por que te visitó?
-Me dijo... "Como le hagas daño a Dizliz te mataré".-Por un momento imitó perfectamente la voz de Zahled.- ... Me hizo.... gracia.
Una sonrisa cálida apareció en mi rostro.
-Zahled... como voy a echarte de menos...-murmuré.
No tardamos en llegar a la ciudad, caminábamos por las calles con cierta tranquilidad cuando de pronto oí que alguien me llamaba a mi espalda. Azim se paró en seco y yo me giré puesto que había reconocido aquella voz, ¡era Nazira! Mi mejor amiga... Ella corría hacia mi y unos pasos algo rezagados estaba su esposo con la hija de ambos en brazos.
-¡Dizliz!-Gritó Nazira, mientras se me acercaba.
-¡¡Nazira!!-dije yo abrazándola.-Estas preciosa, como siempre.
-¡Oh, gracias!-Respondió ella, luego miró de reojo a Azim, que se giró lentamente para mirarla. No obstante, los ojos de él fueron hacia el esposo y la hija de Nazira.
-Hola.-Saludó Azim.
-Hola Azim.-contestó Nazira mirándole.
-¡Qué grande esta tu hija Nazira!-dije para romper un poco el ambiente.
-Sí.-dijo ella sonriendo.-Dizliz esta cada día mas hermosa, igual que tú.
El esposo de Nazira se acercó a nosotros, al parecer la presencia de Azim le incomodaba. Nazira, sin embargo, tomó a su hija en brazos y la colocó en los míos. Realmente estaba ya muy grande.
-Se parece mucho a vosotros.-Indicó Azim.
-Gracias.-contesté ella sin perder la sonrisa, y luego miró a su marido.
Yo jugueteaba con la hija de Nazira, a la que le había puesto mi nombre, de echo, era mi aijada.
-¿Como esta mi sobrinita favorita?-dije haciendole una caricia a la niña, esta empezó a reír.
-Ieeeeeen.-Dijo la niñita mientras se reía.
-¿Cómo te va, jefe de brigada?-preguntó el esposo de Nazira a Azim.
-Perfectamente.-Respondió Azim.- Las cosas cada vez van mejor y...
-¿qué te pasa?-Le interrumpió Nazira, de pronto.
-¿Hum? Nada.-Contestó él.
-Azim, tú...-susurró Nazira, pero luego miró de reojo a su marido y se silenció.
Yo paré de juguetear con la niña aunque a un la tenía en mis brazos, jugaba con un mechón de mi pelo y yo le acariciaba la pequeña nariz, peor miraba a Nazira.
-La vida sigue Nazira.-Respondió Azim, su tono de voz sonó extraño y luego miró al esposo de Nazira.- ¿verdad?
El esposo de mi mejor amiga asintió con la cabeza y Nazira se giró a mirarme, yo aun seguía jugueteando con la pequeña sin restarles demasiada atención.
-Oye Diz...-me dijo Nazira entonces.
-¿Si?
-Zahled me contó... estuve viendo el altar...-dijo mientras se acercaba a mi.
-Sí, venimos del refugio, me lo ha contado.-dije sonriéndole.
-Lo siento muchísimo...-me dijo ella, yo dejé a la pequeña en brazos de su padre y abracé muy fuerte a mi amiga.
-Gracias Nazira.
-¡El señor tiene el pelo raro!-gritó la hija de Nazira, señalando a Azim.
Nazira y yo comenzamos a reírnos.
-Tiene razón.-Comentamos.
-Bueno, sí.-Respondió Azim, miró a la niña por un momento y luego.- Me voy, os dejo hablar.
-Cuídate Azim.-dijo Nazira.
-Yo tambien me voy, hay cosas que hacer.-dije abrazando otra vez a mi amiga.
-Id con cuidado, los dos.-dijo abrazándome.
-Cuidaos vosotros también.-Respondió Azim con voz alegre mientras comenzaba a caminar, yo le dí un beso en la mejilla a Nazira y otro a mi aijada, pronto le alcancé pero su gesto no era para nada feliz.
-Veo que todavía guardas viejas... heridas.-comenté.
-En absoluto.
-Ya...-dije agachando un poco la cabeza.-Bueno... ¿Buscamos al perrito faldero?
-Sí...

Su voz sonó muy poco enérgica, sin embargo, para cuando le volví a mirar estaba boca abajo en el suelo y alguien le golpeaba... era... El perrito faldero, que salió por los aires tras un golpe furioso de Azim. Éste se puso en pie e Ishir le espetó:
-¡He olido esa peste que despides, esa peste depresiva!
-¡Que te den!-gritó Azim, luego me miró.- ¡Aquí está!
-Sí, nos ha buscado con su olfato perruno.-comenté mirando a Ishir.-Hola.-lo saludé.
-¿¡Me has llamado... PERRO!?-Gritó Ishir, mientras se me acercaba.- ¡Vieja histérica!
-¿A quien llamas vieja abuelito?-grité yo acercándome a él.
-¡A ti! ¡¡¡Anciana!!!
-... yo me largo, pasadlo bien.-Refunfuñó Azim, luego comenzó a caminar mientras se alejaba de nosotros.
-Te recuerdo que tu eres mas viejo que yo calvo desquiciado.
-¡Pero aparento más joven, creída!
-Anda vamos que Azim se va sin nosotros. ¡¡Azim espera!!-dije mientras Ishir y yo corríamos tras él.

*OUT* **Maron al ver el post tan largo se esconde detras de Lore** ¡¡Ha sido culpa de ella!! xDDD Es broma n.n de las dos va... jeje weno la primera pasrte del psot la tenía escrita desde hacía tiempo con Kike, muchas geracias por tu ayuda wapo n.n y weno de echo estaba sin acabar, peor creo que así quedó bien, y la segunda parte puess gracias lore por tu ayuda ^^ espero que os guste el "pequeño" post de Dizliz *OUT*