sábado, diciembre 30

Volví al palacio algo cansada, aquellos mareos se hacían cada vez más frecuentes...
Estuve en mi habitación varias horas, descansando... hasta que un grupo de estúpidos soldados se dedicaron a murmurar cerca de mi habitación. Salí de ella y les exigí que se marcharan, pero una de las pocas palabras que logré escuchar fue "fremen" y eso cambiaba mi interés por el tema.
-¿De qué habláis?- pregunté con un tono frío y seco.
Soldado: ¿No lo sabe señorita Ilysse? El nuevo general y su acompañante han capturado a una chica fremen, y la tienen en las mazmorras.
Soldado 2: Si, jejejejeje, ya la señorita Rena se está encargando de ella.
-¡Vaya! Parece que ya no se me informa de nada en este palacio, ¿os olvidáis que soy la hermana de la baronesa? ¡que sea la última vez que pasan cosas aquí y yo soy la última en enterarme!- grité mientras caminaba hacia ellos y les empujaba con fuerza haciéndoles caer al suelo.
Seguí el camino hasta las mazmorras, sabía de quien se trataba, tenía que ser ella.
Me encontré a Rena, con expresión satisfecha, aunque a la vez decepcionada.
-Rena.- espeté mirándola fijamente.
Rena: Vaya Ilysse, no sabía que ya habías regresado.-
-Ya ves, en realidad sólo hace unas horas que llegué, pero dime, ¿qué ha pasado con esa chica?-
Rena: Ya veo.. no, nada, es un asunto sin importáncia, una simple fremen que decidió meter la nariz donde no le interesaba.-
-Quiero que sea trasladada a la cárcel fuera de aquí, y también quiero que dejes de torturarla.- ordené.
Rena: ¿Mm..? no te preocupes, ya terminé con ella y mandé llevarla a la cárcel externa, no quiero correr el riesgo de que nos descubran.
-Has hecho bien.- comenté mientras me giraba.
Mi nuevo destino era la cárcel externa, debía comprobar que estaba bien, que Rena no le había hecho, "demasiado" daño.
Cambié mi apariencia, y salí del palacio. Siempre que salía lo hacía con otra apariencia, no me gustaba que nadie supiera que me iba, cuándo lo hacía, y a dónde, y así sólo se podían dar cuenta de que no estaba cuando no me encontraban por ninguna parte. Me encanta ser una danzarina rostro.
Llegué a la cárcel externa, y entré aún con la otra apariencia. Allí se encontraba, una muchacha de cabellos rosas, con expresión cansada, pálida, y llena de sangre.
-Mierda.- espeté entrando en la celda.
-Realmente te han hecho muchísimo daño.- musité mientras le apartaba el pelo de la cara. -Te pareces a él... eres muy bella.- comenté.
Salí de nuevo de allí y ví a dos soldados medio dormidos.
-¡¡Estúpidos!!- grité en sus oídos.
Los soldados se colocaron en pie rápidamente y me intentaron atacar; fallaron, eso significó la muerte segura para ellos.
-Dios... ¿cuánto tiempo tendré que soportar esta incompetencia?- pensé en voz alta.
Volví al palacio y me cargué de medicinas y curas, y volví a la cárcel. Entré y comencé a limpiar sus heridas con cuidado, las vendé y cuando hube casi terminado, la chica empezó a despertar...
Justo entonces cambié de apariencia, y tomé la de una chica de la servidumbre harkonnen.
Shalya: ¡Quien eres? ¿Que haces? ¿Como has entrado aqui?-dijo arrastrando las palabras.
-Tranquilízate, no vengo a hacerte daño, todo lo contrario, quiero ayudarte...- dije intentando cambiar mi tono frío de costumbre.
Shalya: Déjame en paz.-dijo girando la cara.
-Déjame ayudarte, dime ¿cómo te llamas?-
Shalya: No... no quiero que me ayudes...-dijo ella con cabezoneria.-
-Eres tan cabezota... como él...- susurré
Ella me miró fijamente.
Shalya: ¿Como quien?-
Esbocé una pequeña sonrisa y me incorporé.
-Ya es hora de que me vaya, espero que estés mejor.-
Ella me miró sin comprender, luego se giró de espaldas a mi.
Shalya: Estoy perfectamente.-
-Me alegro...- de repente empecé a verlo todo negro, y caí de rodillas delante de ella, otra vez...
Ella se giró.
Shalya: ¿Estas bien?-se medio incorporó y se acercó a mi.
-Sí... tengo que irme...- dije con la respiración agitada cerrando los ojos con fuerza.
Si me quedaba más tiempo, recuperaría mi apariencia real, y no podía permitir que me viera.
Me coloqué en pie apoyándome en la pared, y salí tambaleándome un poco. Cuando la chica ya no podía verme recuperé mi apariencia.
-Uff...- suspiré.
Salí de la cárcel recordándoles a los soldados que no dejaran pasar a nadie que no fuera yo, no quería que volviera a ser torturada, y tenía que buscar la manera de sacarla de allí.
Me dirigí entonces al palacio, debía reposar, realmente me sentía... muy... agotada...

*OUT* Aqui un nuevo post de Ilysse, muchisimas gracias a Yuki y a Maron por rolear conmigo *-* besines! *OUT*




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