A sólo tres días del éxito, lo que parecía una misión del todo completa se torna pesadilla.
Aquellos demonios Harkonnen...¿quién me diría que tras semejante apariencia inútil se alojaba tal espíritu destructivo?
Por mucho que gritara una orden tras otra, los gritos de agonía seguían llegando a mis oídos. Ahora no tenemos guerreros. Cayeron en la explosión.
Podemos defendernos...o podemos extraer especia. No ambas cosas.
¿No venías a reforzar nuestras defensas, Azim? Como siempre dices palabras hermosas que eres incapaz de cumplir...
Incluso cerca de tu muerte...
Debería sentir pena como el mismo sintió por su padre, al que odiaba.
Pero por mucho que me esforcé, no logré sentir nada.
Tengo un corazón muerto.
-Veinticuatro muertos, treinta y seis heridos-informó alguien.
-Un desaparecido-añadí con voz temblorosa.
-¿Quién?
-Shalya-murmuré.
Los fremen se miraron entre sí. Sus ojos reflejaban la misma frialdad del corazón que poseía yo.
-Bueno.
-Pobre chiquilla-se atrevió a añadir un Atreide.
-Malditos Harkonnen.
Murmurando, todos se retiraron a atender a los que aún tenían una posibilidad de vivir.
Me giré de golpe. La ira me impedía hablar.
¿Bueno?¿Ya está?¿Sólo vamos a decir bueno?
Al ver a los cadáveres repartido en el suelo, mi furia desapareció de un plumazo.¿Cómo me atrevía a pensar siquiera en exigirle a esta gente que se angustiase por un desaparecido si habían visto morir a tantos?
Es sólo...un acto diabólico más, obra de Harkonnen.
Simplemente acéptalo, Ghassan, y vuelve a tu tarea. Tan sólo es una víctima más.
Bueno.
Avancé unos pasos, tras los míos.
Si era una fremen más, ¿por qué podía recordar tanto sobre ella?
Odiaba ponerse el destiltraje, desobedecía tanto o incluso más que su hermano, malgastaba el agua llorando a la primera de cambio y no le importaba que los demás hicieran lo mismo, sentía simpatía por los aristócratas Atreides...
Y fue la única persona que se preocupó por mí después de que me convertí en líder. A pesar de que intenté alejarla una y otra vez, acabé volviendo a ella.
Aquella fremen tenía nombre para mí. Shalya.
Entonces comprendí. Ella era una de esas personas que en algún momento se habían preocupado por mí, aquella gente maravillosa que luego desaparecía al tiempo que yo no hacía nada para recuperarla.
Pero no morían. Al cabo de un tiempo, regresaban transformadas en monstruos.
¿En qué clase de engendro la convertirán a ella?
Ya no me importaba que alguien se diera la vuelta y viese al líder del refugio huír en la dirección contraria, llamar a un gusano y marcharse.
-Soy...un egoista-murmuré mientras trepaba con dificultad sobre el gusano-.Pero al menos sé que me queda algo de sangre en las venas.
Eché una última mirada atrás al campamento antes de que desapareciera en la inmensidad del desierto.
Mis pasos resonaban en el vacío corredor del refugio. Los guerreros que quedaban vigilaban por las inmediaciones. Sólo los niños y los ancianos intentaban seguir una vida normal.
Irrumpí en mi tienda y saqué un trozó de papel y una pluma.
Lo lamento, Duque.
He de marcharme. Si vuelvo, me excusaré como es debido.
Confío en que el oficial pueda atender la extracción de especia. Ha convivido tanto con nosotros que no tengo duda alguna de ello.
Sé que dije que te echaría de aquí cuando quedaran dos días. Como disculpa y puesto que el retraso es culpa mía, anulo mi decisión.
Sujeté el papel con fuerza y me dispuse a salir. Creo que me moví con demasiada brusquedad y ello hizo que tirase una pequeña mesita.
O quizás fue el destino.
Mis ojos captaron la pequeña llave plateada, suspendida en el aire.
Oí como Regal expiró por última vez. Apenas podía creérme que fuese yo quien estuviera sujetando el cuchillo que había terminado con su vida cuando éste cayó al suelo, inerte.
Mis manos flacuchas no dejaban de temblar.
No comprendía...ahí era donde debía morir...yo.
¿Por qué había otro cuerpo en el suelo que no fuese el mío?
Alguien me retiró de las manos el cuchillo ensengrentado. En su lugar, pusieron una bolsa con dinero, objetos extraños, una llave plateada.
-Ahora todo lo de Regal es tuyo-dijo un anciano.
Todo. Dinero, objetos, agua...incluso...su esposa.
Miré ansioso entre la multitud. Cuando ella se adelantó unos pasos, sonreí esperanzado.
No obstante, tras mirar el cadaver de Regal ella me enfrentó con ojos llenos de odio.
-¡¡Animal!!-lágrimas asomaron a sus ojos mientras se tiraba al lado de su difunto esposo-¡¡No eres más que eso, un animal!!
La sonrisa se congeló en mi rostro.
Ella amaba al hombre que había sido su esposo, no a mí.
-Ahora Ghassan es el líder del refugio-anunció el anciano con voz solemne.
La llave cayó al suelo y tintineó, despertándome.
Si había dudado, ahora no quedaba una sombra de ello en mí.
Debo deshacerme de esta montaña de recuerdos que me mantiene enterrado en vida.
Guardé el objeto entre mis ropas.
Dejé la carta dirigida a Brian en manos de una persona de confianza y corrí hacia donde me dirgía en primer lugar.
Hacia uno de mis monstruos.
-¡Ruto!-grité.
Ruto estaba subiendo a su nave, me miró indiferente y me ignoró.
Tomé aire.
-¿El jefe del refugio llama tu nombre y no contestas? No conoces el respeto-espeté fríamente.
- ¿Tú llamas a ti mismo jefe? No tienes vergüenza -contestó aún sin diganarse a mirarme y encendió la máquina.
La seguí.
-Si tan horrible te parezco, simplemente toma mi lugar como líder-mi voz se endureció-.Y entonces comprenderás.
Ruto frunció la boca y se bajó de la nave de un brinco, quedando frente a mí.
-¿Qué quieres? -preguntó malhumorada- ¿No entiendes que te detesto?
-Si vengo hasta ti es sólo para pedirte ayuda, Ruto-dije mirándola a los ojos-.Y porque eres la única persona a la que puedo acudir.
- Habla ya.
-¿Eres contrabandista, no?-pregunté-.Supongo que tienes contactos y demás parafernalia. Necesito que me ayudes a encontrar a los Harkonnen.
Su mirada se posó detrás de mí.
- ¿Irás solo? ¿Iras tú, el débil e insignificante Ghassan a la guarida de los Harkonnen, solo?
Palidecí un poco, sus palabras aunque despectivas tenían sentido. Intenté apartar las reflexiones de mi mente.
-¿Acaso...no he estado sólo siempre?-mascullé con rencor-¿Vas a ayudarme?-insistí.
Sin decir una sola palabra se dio la vuelta sobre sus talones y subió a su nave.
- Sube.
Subí en aquel trasto infernal cuidadosamente.
-Gracias-musité.
Cuando la nave se elevó por encima de la altura a la que se llegaría a lomos de un gusano, noté como un sudor frío me recorría el rostro.
Busqué entre mis ropas intentando olvidar la lejanía de la tierra firme.
Lo encontré.
En silencio, le ofrecí la lave plateada a Ruto, que pilotaba.Ella miro la llave con detenimiento, después me miró interrogante.
-Pertenecía a Regal-la agité impaciente, quería deshacerme de ella cuánto antes-.No la quiero.
Ruto abrio la boca pero rápidamente la cubrió con ambas manos. Sus ojos azules no dejaban de ver la dichosa llave, lágrimas comenzaron a inundar sus ojos.
Con mano temblorosa tomó la llave.
Abrí los ojos, sorprendido. Rápidamente le di la espalda. Sentía como si un gran peso hubiera sido retirado de mis hombros.
-Desperdicias tu agua-farfullé.
-Calláte imbécil -murmuro
Me enderecé en el asiento al oír el insulto.
-¿Y bien?¿A dónde me llevas?-pregunté. Los signos del panel, las luces de la máquina, las cifras, no significaban nada para mí.
- A una cárcel Harkonnen -contesto fríamente- Iremos ahí y preguntarás lo que necesitas saber.
Las luces parpadeaban y hacían aún más incómodos los largos ratos de silencio.
- ¿Qué estás buscando? -preguntó mirándome a los ojos.
-A una fremen-contesté esquivando su mirada rápidamente-.Pero eso no importa, dudo que la conozcas.
- No me gustan las cosas a medias. Puedo arrojarte de la nave y lo sabes, no sentiría nungun remordimiento al matarte.
Solté una carcajada triste.
-Yo tampoco sentiría pena al morir. El nombre de la fremen es Shalya, si tanto te interesa-dije, esperando ver en sus ojos el desconocimiento.
- ¿La hermana de Azim? ¿Qué le ha sucedido? -su voz en realidad se oía preocupada.
-Así que la conoces...-murmuré-.Fue secuestrada durante la extracción de especia.
- ¡Eres un idiota! ¡¿Por qué no me lo habías dicho antes?!
De pronto la nave comenzó a ir mucho más rápido. Tragué saliva y me sentí palidecer ante el cambio brusco. Mis dedos se aferraron al asiento.
-Por supuesto, debí haber nombrado a Azim mucho antes-contesté casi sin pararme a pensar.
Yo mismo me asombré ante la envidia sincera que destilaban mis palabras.
- Quizá sí debiste hacerlo antes -me gritó, el ruido que producía el trasto era bastante elevado.
Con el traqueteo infernal de la maquina aturdiendome, no hablé más y Ruto tampoco dijo nada. De todas formas, y aunque hubiera silencio
estaba demasiado sorprendido como para articular palabra.
Conocía mi rencor por él...
¿Pero la envidia?
Yo no era más que el niño pegado a Azim. Shalya no era otra cosa que la hermana de Azim. Los jinetes pertenecían al escuadrón de Azim.
¡Siempre él!
Un momento...en qué estoy pensando...esto es completamente estúpido...
Di vueltas y vueltas a mis pensamientos hasta que el aparatejo tomó tierra sobre un lugar un poco elevado. Entonces bajé y me alejé.
Ahora tenía que pensar en Shalya y nadie más.
Más abajo se veía una construcción extraña, metalizada. Aún como una burla a los Atreides, el emblema Harkonnen seguía presente, brillante, desafiante.
Había dejado el lanzagranadas en el campamento por ser un engorro. Debí haber imitado al oficial y manejado una pistola.
Muy tarde para arrepentirse.
Tomé mi única arma, el cuchillo de diente de gusano, y me dispuse a rezar a cualquier dios que me escuchara. Una simple señal, una milagro, un...
Noté que Ruto me seguía.
Eso no era exactamente lo que estaba pidiendo.
//Out// Aqui el post que casi se convierte en responsable de mi muerte cerebral XD. Que se lee simple, pero me arme un lio para ordenar todos los sentimientos de estio que aparentemente NO SIENTE NADA *mirada rencorosa a su pj* asi que como me haga un pj EMOcional no posteare jamas XD. Bueno, a pesar de todo esto espero que haya sido de vuestro agrado *reverencia*
PD: A los Atreides, podeis ignorar la carta o atender la produccion, es solo una sugerencia que pense que os podria gustar o.o
PD2: Mil gracias a Arashi por rolear ^^
PD3: WTF??!! He escrito yo esta cosa tan inmensa? ...Ahora entiendo porque me duele la cabeza. Euh...es culpa de Arashi =D!!...
Ok, ok...Gomenn u_u //Out//
Kaubop volvió al desierto a las 1:41 a. m.
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