-No es más que...un poco de semuta, Baronesa, sólo eso...
Seguí lloriqueando frente a la puerta del salón del trono Harkonnen durante quizá minutos, quizá horas...no recuerdo. Caí de rodillas, aún con la mano dando suaves golpecitos contra la fría puerta negra y roja.
-Baronesa...te lo suplico...
Sin la semuta, todo dolía.
Repirar dolía. Estar sentado sobre el duro suelo de mármol dolía. Las lágrimas de dolor que me recorrían el rostro dolían también. Los golpecitos temblorosos contra la puerta se sentían como si me desgarraran las manos.
La puerta. Tan alta, tan gruesa. Fría y silenciosa.
¡Seguro que Ella estaba tras esa puerta y no se dignaba a oír mis
súplicas!
De pronto, toda mi aflicción se transformó en odio, en un velo rojo que apenas me dejaba ver. El dolor...simplemente siguió ahí, pero perdió relevancia.
-¡¿Quién te crees que eres para tratarme así!? ¡No eres más que una
niña mimada! ¡Tus padres eran unos cobardes y su muerte fue lo mejor
que pudo ocurrirles...!
No sé quien movía mi lengua, mis labios, por mí. Mis brazos golpeaban con todas mis fuerzas la puerta...ahora los golpes eran audibles en todo el palacio.
-¡Juro que acabaré contigo, Mavra!¡No eres más que...!
La puerta chirrió un poco y comenzó a abrirse. En un abrir y cerrar de ojos me encontré refugiándome tras una estatua, temblando de pies a cabeza.
Alguien asomó su cabecita (no era una cabecita verde, así que podía estar tranquilo)y volvió a meterla segundos después. La puerta se cerró.
Suspiré. Me temblaban las rodillas.
Entonces me encontré cara a cara con alguien que...me resultaba
ligeramente familiar.
-¡Patricia!-exclamé-¿Ya has vuelto?
"Patricia" me miró frunciendo el ceño y apretando los dientes, llevaba un saco que colgaba de su hombro, rozando su espalda.
-¿Como me has llamado?-murmuró casi sin vocalizar.
-Nicolás-dije enarcando una ceja-¿Ahora estás sordo?
-¡¡ME LLAMO YERIK!!- gritó exasperado.
Me estremecí de dolor.
-Ya lo sé, estúpido, tres veces te lo he dicho-dije haciendo una mueca.
Yerik suspiró y se acercó.
-Te traigo algo ¿podemos hablar en algun lugar mas... ¿tranquilo?
-¿Algo?- me brillaron los ojos de expectación, pero por la forma de la bolsa intuí que no podía lo que yo creía...-Sígueme-murmuré desilusionado.
El chico me siguió hasta mi despacho, me senté en mi sillón y el se colocó depié al otro lado de la mesa.
-Venga, no tengo todo el dia y me duele la cabeza-le apremié.
Dejó caer el saco con desgana sobre la mesa, se sentó en la silla que había junto a él y puso los pies sobre la mesa.
Tras abrir la bolsa me quedé perplejo unos segundos.
-¡Supongo que a ellos les dolió mucho más!-exclamé antes de echarme a reir.
Yerik sonrió triunfante y orgulloso, se cruzó de brazos y dijo con altivez:
-Bueno, fuí a un refugio fremen y me enfrenté con unos cuantos atreides, la verdad es que he conseguido informacion que... dígamos que, creo que te gustará.
-Desembucha, chavalín-murmuré mientras intentaba volver a colocar las cabecitas en su bolsa sin ensuciar nada.
Yerik me contó que en el refugio una mujer que, al parecer, hablaba por los codos, le había contado que los atreides y los fremen estaban compinchándose para extraer mas especia, que estaban en un campamento secreto.
-Supe que había hecho bien en contratarte. Erika-dije perplejo cuando terminó de hablar. Me dirigió una mirada molesta, pero no averigué por qué.
Me esforcé en pensar (¡dolía pensar!) y llegué a una rápida conclusión:
Había que terminar con esa empresa, por orden de Mavra, pero al mismo tiempo no podíamos descubrirnos...
-Vendrás conmigo y buscaremos ese campamento.
Y antes de volver pienso parar en el primer bar que encuentre...
-Bueno... digamos que la nave con la que vine esta algo... indispuesta...-dijo el chico medio sonriendo.-Pero si me das otra nave, yo se ir al refugio.
-Cómo no-sonreí-.Te descontaré la nave del sueldo, pero no hay problema...
-¡Una mierda!- dijo levantándose de un bote.-La nave no era tuya.
-Era de la Princesa Priscila, lo cual es peor...si fuera mía tendría que aguantarme-repliqué.
-¿¿Y si... yo hablo con ella y me perdona no me lo descuentas??
-...Ella me descontó toda la semuta que...eh...compré de mi sueldo...-suspiré-.Tú mismo, pero salimos ya.
-Dame una hora y te traeré un certificado.
Y se marchó isn dejarme hablar.
Una hora depsues Yerik estaba de regreso con una cara de sadisfaccion enorme y un certificado de la baronesa Priscila diciendo que todo estaba resuelto.
-¿Que lo descontará...de MI SUELDO?-acabé de leer la carta a voz en grito.
-Lo siento jefe, peor dice que si me hubieses proporcionado un conductor, no habría pasado lo que paso.-Sonrió con maldad.-Bueno... ¿nos vamos?
Me hundí un poco más en mi sillón.
-Vamos.
Me pregunto qué dirá cuando sepa que su sueldo se descuenta de mi sueldo también y que éste está en números rojos...
Nos metimos en la nave, me senté y observé a Roberto, o Manuel, o como se llamara. Al principio parecía muy confiado, pero luego empezó a mirar hacia todos los lados, tocaba a boleo los botones del panel de control y acabó clavando la espada en medio de éste, sorprendentemente, la nave se alzó.
-Otra nave masoca...-murmuró.
-¡¡¡Acabas de...acabas de-lloriqueé-¡¡¡...ESTA ERA UNA NAVE DE LAS CARASSS!!!
El chico me miró de reojo y me ignoró completamente, empezamos a elevarnos y a trompicones la nave avanzó.
-Esto esta chupado.-Dijo Yerik carcajeándose.
Intenté levantarme y dirigir mis manos hacia su cuello, pero...la name hizo un giro brusco y caí sobre el sillón.
-Estoy tan arruinado que soy millonario en números rojos-me quejé.
-Espero que eso no suponga un problema a la hora de pagarme...-dijo mirándome de reojo.
-No, qué va-mentí.
Pasaron un par de horas y solo se veía desierto...
Empezaba a ser una tortura. Sufría hasta de mirar ese paisaje seco...
Seco como mi garganta (o como mi cuenta corriente...)
Carraspeé.
Vicente (Yerik) me ignoró.
Carraspeé de nuevo.
-¿Hum?-murmuró con desgana.
-¿Falta mucho para llegar, Valentino?
-¿Eh? Ah esto... sí, digo, no...
Forcé una sonrisa antes sacarme una pistola de entre las ropas y acercársela a la cabeza.
-No me digas que nos hemos perdido en medio del desierto.
Pensé unos segundos y di la vuelta a la pistola.
Bien, ahora el cañón apuntaba a SU cabeza.
El chaval me miró de reojo y se levanto rapidamente poniendose detras de mi con una espada en mi cuello.
-Ni se te ocurra vovler a hacer eso, y que sepas que yo NUNCA me pierdo.-Dicho esto se volvió a sentar.
Dirigí la vista al paisaje, aburrido.
-¡Pero lo único que veo desde hace horas es un mar de... maáquinas de especia y hombrecillos vestidos de azul y negro que no paran de correr de un lado para otro seguidos por gusanos!-parpadeé-Ehm...
-Te dije que yo nunca me perdía, ese es el campamento.-Dijo con una sonrisa de suficiencia.
-Buen trabajo, Benedicto. Ahora vamos a destrozarlo y volvamos a tiempo para emborrach...quiero decir, llevar la buena noticia-dije.
-¡¡Yerik!!- me corrigió. Luego descendimos bruscamente y aterrizamos cerca del campamento.
Abrí la puerta de la nave, aún colocándome el trajealgodestilnosequé y una bocanada de aire caliente estuvo a punto de tumbarme.
-Puaj-espeté-.Prefiero mil veces el aire contaminado de Giedi Prime a éste, por muy natural que sea.
-Esto es una mierda...-espetó Yerik. Que estaba en el suelo,al parecer se había caido al intentar ponerse el destilalgo ese.
-Quizás tenías que haberle pedido una talla más a la dependienta, Florencio-me burlé.
El chico se limitó a mirarme con desprecio antes de salir.
-¿Tú crees que la nave vuelva a elevarse con eso ahí clavado?-me pusé la máscara y lo seguí.
Felipe se giró y me enseñó la espada.
-La he sacado.
-¿Y sin eso clavado?¿Crees que volverá a arrancar?
-La clavamos de nuevo y ya está.-Dijo sin darle importancia, luego paró, estabamos a 20 metros del campamento.
-Bueno, bueno-miré hacia toda la agitación de allí delante-¿Les pedimos una copa y los matamos o los matamos y les pedimos una copa?
//Out// Bueno bueno XD un post mas con mi equilibradisisisimo pj Volker XD. Gracias a Patricia (digo Yerik) por rolear ^^ //Out//
Volker volvió al desierto a las 9:26 p. m.
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