Vivir en el refugio Fremen era distinto que la vida en palacio, y la verdad no me desagradaba tanto como en un principio me imagine. La gente no me trataba como el duque era como un soldado más como uno más de ellos, dios si me viera alguno de los otros nobles viviendo en estas condiciones les daría algo o a mí padre que no era capaz ni de comer sin que uno de sus sirvientes le cortara la comida antes. Por culpa de hombres como mi padre la gente odia a los nobles, ya les han clasificado como personas superficiales que solo les importa lo que a ellos les viene bien. Pero yo voy a hacer que todo eso cambie el nombre de Brian Atreides será recordado por todos como aquel que trataba como iguales a su gente y que acabo con la tiranía de los Harkonen. Bueno pero antes de pensar en el futuro tendría que estar más preocupado por el presente ya que mi cabeza está en juego, tendré que empezar a movilizarme ya y hacer que empiecen con la extracción. Escribiré una nota a mis contables y les explicaré el lugar en el que tiene que empezar a extraer y les haré mandar unos cuantos soldados a ayudar a proteger las máquinas. Bien y ahora necesitaré que alguien se lo entregué, ya que yo mientras me encuentro aquí tengo que seguir fingiendo que me encuentro en mi habitación.
Mientras trataba de pensar quien podría ir llamaron a la puerta.
La abrí y vi a una molesta Frederth, que tenía la mirada perdida y el ceño fruncido.
- Que ocurre Frederth, ¿a que se debe esta visita?
-Simplemente señor... Que el Lider Ghassan me ha indicado que... "el tiempo pasa muy deprisa"... -su voz sonaba monótona, aunque a veces tenía ligeros matices furiosos.
- Ya veo, bien llegas en el momento más oportuno. Tengo una nueva misión para ti.
-¿Una misión para mi, señor?
- Si, así es. Tienes que volver a palacio junto a un par de soldados y entregar esto a mis contables para que empiecen con la extracción de especie.
-Pero señor... ¿Y su seguridad?
- Mientras esté aquí en el refugio estoy siempre rodeado de los soldados y luego está Will cerca también. No debes de preocuparte por eso ahora, esta carta se podría decir que es un paso a mi salvación a la decapitación.
-De acuerdo.-asintió.-Iré. No creo, de todas formas, que tarde demasiado...
- Si intenta que tu estancia sea lo más corta posible para que no sospechen de mi ausencia.
-Sí.-Asintió.- También me aseguraré de que nadie intente "molestarlo"...
- Y otra cosa, ¿tu sabes donde se encuentra la casa del jefe de la brigada de los jinetes en Arrakis? Porque si así fuera me gustaría que te pasases por allí y mirases de investigar por si encontrabas algo que pudiera explicarnos porque ha quedado en tal estado.
-Sí, se donde se encuentra. Aún así, no creo que encuentre mucho allí... De todas formas lo intentaré.
- Muy bien pues esperaré tu regreso.
-de acuerdo.
Le entregué la carta y salio de la tienda donde me encontraba.
Ahora que ya había mandado a Frederth ya estaba un poco más tranquilo, así que decidí ir a dar una vuelta por el refugio, bueno por la parte por la que me era permitida andar. Mientras iba andando observaba las calles y a la gente que por ellas andaba, cuando a lo lejos vi a alguien conocido.
No era otro sino Ghasan, que caminaba dirigiéndose hacia mí.
-Pareces extrañamente...despreocupado, Duque. ¿Te has resignado a perder tu cuello ya?-me espetó en un tono despreocupado, como el que da las "buenas tardes".
- Vaya, si es Ghasan. Que dando un paseito también. Mi cuello de momento está bien y no es necesario preocuparme de ello.
-¿Ya ha hablado contigo tu guardaespaldas?
- Si ahora mismo acabe de hablar con ella, y ya he mandado instrucciones a Arrakis para que puedan empezar con la extracción. Por supuesto también irán soldados para proteger a los extractores.
-¿Soldados Atreides?-preguntó haciendo una mueca.
- Claro, ¿a quien tengo que enviar sino?
Ghassan se llevó una mano a la cabeza.
-Un simple tormenta de arena y los perderás para siempre. Deja que vayamos fremen en gusanos. Yo iré los primeros días para organizar todo.
- Agradezco tu ayuda, pero deja que os acompañen soldados para poder defenderos en caso de algún ataque.
Se encogió de hombros.
-Haz lo que quieras. No te estoy ayudando, recuerda, a cambio de esto, en lugar de pasear, tu deberías estar pensando sobre como mejorar este mundo reseco.
- Ya te dije que ya me había puesto en ello, pero entenderás que hay mucho trabajo y que no puedo hacer ningún milagro. Pero una promesa es una promesa y yo nunca eh inclumplido una.
-Ya veo todo lo que trabajas-Ghassan me dedicó una mirada burlona-¿Te parece cómoda la vida aquí?¿Encontraste por fin la piscina? Si la respuesta es sí, avísame y muéstrame dónde está, yo todavía no he podido verla.
- Pues si quieres que te sea sincero si que estoy cómodo por una vez no me tratan como alguien superior y me gusta esa sensación de igualdad.
El líder fremen me miró con los ojos muy abiertos.
-¿Hablas en serio?
- Si, ¿tanto te sorprende?
Y por primera vez desde que lo conocí, Ghassan sonrió.
-Es una sorpresa agradable. ¿Sabes, Duque? Puede que por una vez, haya
hecho una buena elección.
Pareció que iba a escupir al suelo frente a mis pies, pero se lo pensó
mejor y me palmeó un hombro.
-Soldados Atreides y fremen. De acuerdo, saldré mañana con ellos.
- Yo seguiré observando la situación de aquí para seguir con las mejoras.
El fremen asintió y se alejó, todavía sonriendo.
Me puse a andar y mirando fijamente hacía el cielo dije: Fíjate bien padre porque pronto haré historia.
*OUT* Pues ya esta la extracción empezará dentro de poco. Gracias por vuestra ayuda Lorena y Kao.*OUT*
Kyo volvió al desierto a las 1:40 a. m.
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