Iba buscando una nueva víctima para saciar mi sed de ira, sangre y sufrimiento, la gente me veía como un tipo normal, no sabían lo que les esperaba...
Caminaba sin rumbo por las calles oscuras, de repente ví a dos mocosos torturando a un gato, le habían arrancado algunos de sus bigotes y tenía un ojo morado y una pata rota, pobre animal, un momento, eso mismo hacía yo cuando tenía la edad de esos críos, hasta que descubrí la sensación de arrebatarle la vida a un ser humano, no había placer mayor que ese, ni el sexo, ni la farlopa, ni emborracharse asta vomitar...
La gente que se parecía a mi me resultaba odiosa, yo era único, único, irrepetible, incomparable, mi arrogancia y a la vez mi pasotismo hacían de mi una persona muy particular, no podía permitir que dos niñatos se pareciesen en mí lo mas mínimo.
Me acerqué a los críos, ellos se me quedaron mirando, clavé mis ojos de color esmeralda en ellos, sus caras que antes reflejaban diversión, locura y maldad, se habían convertido ahora en rostros llenos de desesperación y temor, los dos temblaban como las débiles hojas de los árboles en un día de viento... Daban asco.
Los mismos que se mostraban valientes imitándome a mi con su edad ahora eran dos cagarros de mosca asustados, al menos podrían haber intentado pelear, pero ya que no lo hicieron...
Cogí al primer crío del pelo y lo estampé contra la pared, oí como su cráneo crujía y la sangre comenzó a deslizarse por su nuca, lo tiré al suelo y miré al otro fijamente, éste ahogó un grito de terror, pero cuando iba a dar el segundo grito, le incrusté mi espada por la boca y se la saqué por la barbilla, le había atravesado la boca, el niño gritaba de dolor, y yo me carcajeaba con malicia, era tan placentero todo aquello...
El segundo mocoso seguía aun con vida, saqué con violencia la espada de su boca y le rebané la cabeza que cayó junto al cuerpo inerte de su amigo en el suelo.
Los dos críos encontraron ahí su tumba, y yo continué mi camino, de repente alguien me tocó por detrás agarrándome del hombro, me di la vuelta con brusquedad y me vi en frente de dos militares.
Me llevaron a otro planeta, Dune, a ver a un capitán de nosequé, nunca me habían interesado los temas burocráticos, ni mucho menos el ejército, y no tenía ni idea de que querría ese tipo, me hicieron entrar en una especie de salía me encontré con ese tío.
Lo menos que parecía era sano, fuerte o capaz. Fijó unos extraños ojos rojos en mí antes de preguntar:
-El mercenario, ¿no?
-Pues... que quieres que te diga tronco... depende... a mi me han traido aquí por la fuerza ¿sabes?-contesté con pasotismo.
-Como a todo el mundo-me contestó el tipejo dando un gran bostezo-.Bueno, ¡felicidades! Estás contratado.
A continuación miró hacia una esquina.
-¿Me puedo ir ya? Me duele la cab...
La respuesta debió de ser negativa, porque suspiró y volvió a mirarme.
-No tan rapido tío.-Dije arrastrando las palabras.-¿Contratado para que? Y... ¿Cuál es la recompensa?
-Contratado para matar Harkonnen...no,digo, Atreides. Y a los tipos esos de los gusanos también. La recompensa es dinero, siempre dinero.
-¿Cuánta pasta?- pregunté con interes.
-Bueno, entre espaguetis, macarrones y lasagña...-comenzó a contar con los dedos como si fuera un asunto de vida o muerte.
-Woooooooo ¿Lasaña también?-se me iluminaron los ojos.-Quiero decir... Dinero, ¿Cuánto dinero?
-Bueno, supongo que...-el hombre hizo una pausa para pensar-...depende de como vayan las cosas. Te pagaré por...cada enemigo que elimines.
-¿Cuanto por cabeza?-insistí.-Necesito hacer cuentas...
El capitán hizo una mueca de dolor.
-Deja de incordiar. ¿Cuánto? No sé, mucho, según lo que pese la cabeza, me imagino.
-Ok entonces solo mataré a tipos cabezones.-Reí.
-Se dice que esos tienen las cabezas llenas de aire, así que no cuentan-se encogió de hombros con desgana.
-¡¡Eso no es justo!!- lloriqueé.-Cuanto más pese la cabeza, más pasta, lo que haya dentro ¿que mas da si ya ha muerto?
Él me miró boquiabierto unos segundos, luego murmuró:
-Por cosas como éstas me hice adicto a la semuta...-y ahora en voz alta-,¡Vale! Mata lo que quieras, pero crea caos. Y no mates a los nuestros, por la gloria de tu padre...
-Ningun problema jefe.-Me dispuse a irme pero entonces recordé algo...-Esto... ¿Los nuestros quienes son?
-Oyes pues...que no me acuerdo. Pregunta a la salida, anda.
-Ah... muy bien, afuera pregunto, por cierto, si no te dejan tomar semuta aqui yo puedo pasarte algo de farlopa si quieres, esta de vicio.
Enseguida levantó la mirada y me miró con ojitos brillantes.
-¡Creo que vamos a ser grandes amigos!
-Yerik Krum.-dije alargándole la mano al tipo para que la estrechara.
-Volker von der...eh...bueno, Capitán Volker-me estrechó la mano y pude percibir los temblores provocados por el "mono".
-Lo bueno de la Farlopa es que sus efectos son muy parecidos a los de la semita, peor no provoca tanta adicción.-Expliqué mientras me metía una mano en el bolsillo del pantalón y sacaba una bolsa con farlopa.-Toma, pruébala y si te gusta pues... aremos negocio.
-Ya lo creo...-prácticamente me arrancó la droga de las manos-.Ahora vete a matar cosas...y si ves alguna que te llame la atención... dímelo.
-¿Qué me llame la atención? ¿Cómo que?- pregunté sin saber a que se refería.
-Una gran concentración de tipos con uniformes iguales, por ejemplo, o un tipo especialmente fuerte; cosas así.
-Ok tío, claro como el agua, oye... ¿no me das algo como adelanto? Cualquier gilipollez tronco estírate.
-Oh, claro, claro.
El tipejo vestido de rojo se movió para alcanzar una botellita verde que puso en mis manos.
-Jarabe para la tos, David, que hace mal tiempo allá afuera. Espero que no seas alérgico al polvo. Je, je.
¿Jarabe para la tos? ¿A mi que sobreviví a una caída por un puto acantilado? Este pavo no sabe con quien trata... Ademas yo me llamo YERIK, no David!!
Ahora verá...
Cogí el jarabe y lo abrí, luego le quité la bolsa de farlopa que aún conservaba el tío ese en las manos y lo derrame estropeando la droga. Los ojos del jefe mostraban pena.-Jajajaja, es que no quiero que te dé un catarro...-dije carcajeándome.
Salí de la tienda antes de que Volver reaccionara y intentara matarme o algo parecido, salí del lugar y justo después de cerrar la puerta tras e mí, comenzaron a oírse una serie de golpes, le había entrado el mono, es lo que tiene...
Ahora me encontraba en medio del desierto, tenía que robar una nave o algo para saber donde tenía que ir, mi nueva misión no había echo más que empezar...
*OUT* Primer post de Yerik, espero que os guste este pj aunke esta un poco para allá no le hagais demasiado caso.. xDDD Gracias Kaori por tu grandíssima ayuda TK!! espero k os guste el post n.n *OUT*
Sobrina volvió al desierto a las 9:32 p. m.
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