"Mi señora, tenéis visita" Oh, otra vez no. Corría literalmente por los pasillos en busca de la sala de visitas. Abrí la puerta y, como me temía, allí estaba la Reverenda Madre con expresión feroz.
-¡Haydee! -Me gritó. Yo me tiré al suelo de rodillas y me puse a suplicar.
-¡Lo siento! ¡No he conseguido convencer a Brian! Will se ha ido a enseñar a luchar a los fremen y es imposible llevar a cabo la inseminación... lo siento, no pude hacer nada...
-Tienes tres días para convencer a Brian, ni uno más.
La Reverenda Madre se levantó y se fue tan misteriosamente como había aparecido. Había que ponerse seria y dejar de evitar a Brian, así que fui a la sala del trono e irrumpí en la habitación.
-¡Tú! -Grité- ¿¡Con qué derecho envías a Will con el pueblo Fremen!?
-Los fremen me pidieron que les enseñara a usar las armas y la mejor persona que tenia en disposición era el
-Ya, no lo has hecho porque me quedara embarazada, ¿verdad?
Se quedo por un momento callado y luego respondió diciendo.
-Sobre eso quería hablarte llevo horas buscandote, te fuiste sin dejarme acabar de hablar.
-Pues venga, habla, no tengo todo el tiempo del mundo.
-Eh estado pensando y se que eso es algo muy importante para tí, y por ello voy a dejar que tengas el hijo con Will. No quiero verte triste.
-...¿En serio? -Me dejé caer al suelo, sorprendida- Vaya... eh... no sé qué decir...
-Pero...
-¿Pero?
- Quiero que una vez hayas tenido el hijo nos casemos.
-¿¡Qué!? -Me levanté de golpe, haciéndome un lío con las faldas y tropezando con ellas. Caí hacia delante y Brian me sujetó.
-Te quiero demasiado para perderte.
-Y yo... -le abracé con fuerza- todo esto es muy complicado... no sé cómo saldrá...
- Tranquila ya verás como todo saldrá bien, pero tenemos que intentar que no salga de palació que estas embarazada de Will eso podria provocar posibles confrontamientos con el pueblo.
-De momento me tengo que quedar embarazada... -suspiré- tengo tres días.
-El problema es que ahora Will se encuentra con los fremen y no sabemos cuando volverá.
-¿Y si voy donde está él? -Sugerí.
- Pero no irás sola, yo te acompañaré
-¡No! ¿¡Y si los Harkonnen te tienden una trampa!? ¡Fuera de palacio eres vulnerable! ¡No lo permitiré!
-No voy a dejar que vayas sola y de los Harkonnen no tienes que preocuparte se defenderme y además frederth tambien nos acompañará.
-No me pasará nada si voy sola, no soy una niña -repliqué, algo disgustada- además, ¿y si en nuestra ausencia toman el palacio?
- No tienen porque saber que nos hemos ido, y además tengo que hablar con Ghassan el lider de los fremen
-Bueno... de acuerdo -cedí- necesito tomarme un respiro...
Sonreí, le besé y me fui de la sala, en dirección a los baños.
Dios, ¿por qué tenía que ser todo tan difícil?
Neptune volvió al desierto a las 5:19 p. m.
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