-¡¡Azim!!- dije corriendo hacia donde estaba él y los dos soldados atreides.
Mi hermano... mi querido hermano estaba mal herido, les dije a los soldados que lo lleváramos a casa, ahí estaría mejor, cuando llegamos lo primero que hice fue llevarme a Ruto a mi cama y acostarla ahí, no se despertó así que pensé que era mejor no decir nada, cuando volví a la habitación de mi hermano los atreides lo estaban dejando sobre su cama, estaba echo un cristo, todo lleno de heridas. Me senté en el borde de la cama y le cogí la mano, el abrió los ojos con debilidad, hizo un ademán de decir algo pero le puse la mano en la boca para que callara, le di un beso en la frente y me levanté.
-Descansa hermano, ahora sólo descansa, hablamos luego.- Le susurré al oído. Él asintió y cerró los ojos. Luego salí de la habitación, ahí estaban los atreides contándole a mi madre, que acababa de levantarse, lo sucedido.
Les agradecí a los soldados Atreides su ayuda y luego me llevé a mi madre al salón, la senté en un taburete y le cogí la mano, ella estaba en silencio, no decía nada, solo miraba el suelo con los ojos resecos.
Esperé a que dijera algo, pero ella seguía en silencio, luego empezó a temblarle el labio y finalmente comenzó a llorar.
-Tranquila mamá, no llores... dije mientras me caían las lágrimas a mi también. ?Ya veras, se pondrá bien, es un chico fuerte.
-No lo entiendes hija...- dijo mi madre cogiéndome la barbilla y mirándome a los ojos.-Tu hermano... ha sido torturado.
Sus palabras me dejaron sin habla ¿torturado? ¿Por los harkkonen? Noté como todo mi cuerpo se calentaba, sentía algo extraño en mi interior, me levanté de un salto con el ceño fruncido.
Mi madre me miró con expresión comprensiva y me cogió la mano.
-Eso se llama venganza hija, no dejes que la sed de venganza se apodere de tu mente, cometerás locuras y pondrás en peligro tu vida.
Venganza... Ira... Desesperación... Impotencia...
Todo eso era lo que sentía, quería ir a Arrakeen a asesinar uno por uno a todos aquellos que le hubiesen echo eso a mi hermano, no me importaba morir si me llevaba por delante las vidas de esos malditos Harkkonen.
¿Desde cuando era yo así?
Salí de mis pensamientos tan poco comunes en mi cuando de repente comenzaron a oirse las voces de mi hermano y Ghassan, discutían.¿Qué hacia Ghassan en casa? ¿Cómo había entrado?
Salí de la cocina dejando allí a mi pobre madre y me dirigí al pasillo para ver que ocurria, en ese momento me encontré con la silueta de Ghassan.
-¿Ghassan? ¿Qué haces aquí?- pregunté.
-De hecho, ya me iba-se excusó rápidamente.
-No te he preguntado eso.-Dije con una sequedad que me sorprendió.
Ghassan me miró sorprendido unos instantes.
-Vine a ver a tu hermano-confesó con suavidad.
-Discutisteis... ¿no?
-Sí.-Ya veo...-Suavicé mi tono de voz.-¿Por qué no me acompañas a dar una vuelta por el refugio? Ya me he desvelado y mi madre quiere estar sola un rato.
Ghassan pareció pensárselo un momento, y luego asintió en silencio.
Le sonreí y salimos de la casa, luego comenzamos a caminar por el refugio, estaba todo en penumbra, Ghassan caminaba en silencio, mirándose los pies, la luz le dibujaba una sombra en el rostro que se lo hacía más apagado de lo normal.
-¿Por qué siempre discutís?- pregunté de repente.
-Supongo... que tenemos caracteres opuestos-murmuró el líder, sin levantar la vista.
-No se... Tampoco...-dudé un momento.-Tampoco es un motivo ese, al fin y al cabo, tu y yo también los tenemos y no discutimos cada vez que nos vemos... Es más... La gente me dice a menudo que me parezco a mi hermano.
-...Y no sabes cuánta razón tienen-por un momento me pareció que sonreía tristemente, pero ahora volvía a tener la expresión insondable de siempre.
-Y... eso... te incomoda-Dije entre afirmándolo y preguntándolo.
-Sólo por una parte...por otra, está bastante bien.
Le miré sin entenderle.
-No puedes sorprenderme-aclaró-.Cualquier locura con la que puedas venirme, ya la ha hecho tu hermano antes-su expresión seguía seria, pero el tono parecía un tanto...jocoso.
Sonreí con candidez.
-Bueno... si tu lo dices.
Asombrosamente, me devolvió la sonrisa.
Paré en seco y me quedé perpleja mirándole, noté que me sonrojaba incluso. Era la primera vez que veía sonreír así a Ghassan, tenía una sonrisa hermosa, era triste que no la mostrara mas a menudo.
Poco a poco su expresión se fue tornando más y más dubitativa mientras me miraba.
-Eh...¿a qué viene esa cara?-preguntó, casi asustado, retrocediendo unos pasos-Shalya, no te quedes mirándome de esa forma y sin decir nada, me asu...
El líder chocó con un poste de madera. Aunque fue un golpe muy leve, se estremeció de dolor de pies a cabeza, extrañamente.
En ese momento salí de mi ensimismamiento.
-¡Oh! ¿te has hecho daño?-dije acercándome a él.
-¿Seguro?-posé mi mano suavemente en su brazo y volvió a estremecerse de dolor. -¿Qué te ocurre? ¿estas herido?-dije alarmada.
-No, estoy bien, en serio-de nuevo volvía a desviar la mirada, signo de que mentía.
-Déjame ver- dije acercándome mas a él.
-¿Si digo "mira, un gusano" no caerás, verdad?-dijo Ghassan medio en broma, medio a la desesperada.
Reí.
-No, así que no seas cabezota y déjame ver que tienes ahí Ghassan, por favor.-Dije con paciencia.
Refunfuñando como un niño, el muchacho se deshizo de su destiltraje y dio dos pasos, no más, hacia delante.
Con cuidado desabroché un par de botones y le eché la camisa a un lado dejando descubierto su hombro, lo tenía lleno de magulladuras y moratones.
-Dios mío...-dije llevándome una mano a la boca.
-Eh...bueno, supongo que tal vez me tomé con demasiado...entusiasmo el entrenamiento de los Atreides, ya sabes...-se excusó agachando la cabeza.
-No te creo Ghassan, mientes fatal... Oye... ¿esto no te lo ha hecho...?- no quise acabar la frase.
-No hagas...suposiciones extrañas...-Ghassan comenzó a abrocharse de nuevo la camisa con falso aire distraído.
Agarré una de sus manos para detenerle.
-Estate quieto, aún no he acabado, quítatela.-Dije con sequedad.
-¿Eh?-me miró asombrado de nuevo.
-Quiero ver tu espalda Ghassan.-Dije soltándole la mano y suavizando mi tono de voz, parecía que le estuviese dando órdenes.
Sin dejar de mirarme asombrado, me obedeció silenciosamente.
-Gracias -dije con un hilo de voz. Cuando se quitó por completo la camiseta me giré para verle la espalda, la tenia toda amoratada. Pase mis manos por los moratones rozándolos despacio para no hacerle daño a Ghassan.
-Tienes esto fatal...- dije sacando un pañuelo de mi pantalón.
-Ya curará...-masculló, agachando la cabeza, aunque eso no pudo evitar que viese que estaba del todo sonrojado.
Sonreí y me dirigí a la reserva de agua que teníamos al lado, mojé el pañuelo y me acerqué a él de nuevo.
-Esto te va a doler...-dije mientras ponía el pañuelos obre uno de los cortes que tenía en la espalda.
-¡...Shalya!-exclamó, dolorido-¡Ya te dije que se curaría solo!
No pude evitar dejar escapar una risita mientras seguía curándole las heridas.
-Como buen líder, deberías saber que si esto se infecta puede darte serios problemas.
-Pero...pero...
-No se comporte como un niño líder-bromeé mientras seguía curándole.
-Está bien...-dijo, alargando las palabras. Luego carraspeó un poco-.Shalya...
-¿Si?- pregunté sin mirarle, concentrada en la última herida que tenía en la espalda.
-Muchas gracias.
-No... no hay de que...-Dije sonrojada y sorprendida, luego le di la camisa para que se la pusiera. ?Esto ya está, ¿me dejas que mire las de delante?
-Eh...¡en serio no creo que haga falta!-dijo atropellando las palabras Ghassan, mientras comenzaba a ponerse la camiseta.
-Que tierno- murmuré sonriendo.-Anda déjame ver, sólo verlas ¿vale?
-Qué curiosidad tan extraña-me recriminó mientras se daba la vuelta para que le viese.
-No es curiosidad-dije sonriendo.
-¿Entonces, qué es?
-Preocupación Ghassan.-Dije mientras posaba las manos sobre su torso para ver las heridas.
-...-él desvió la mirada, enrojeciendo-.Entonces no me molesta...Supongo.
-Me alegro-dije con una amplia sonrisa.-Cuidado ahora, que estas dolerán mas.-Advertí mientras posaba el pañuelo húmedo sobre una de las heridas.
Pude ver su cómica expresión de concentración para no dejarme ver que pasaba dolor, a la vez que apretaba los puños.
-¿Te duele mucho?- pregunté preocupada.
-En absoluto-mintió.
Le miré incrédula. Seguidamente me puse a curarle la última herida que le quedaba, era la peor, tenía un aspecto muy feo y al poner el pañuelo sobre ella notaba como le escocía.
Ahora sí pude ver la expresión de dolor en su rostro.
-Lo siento lo siento- dije apresuradamente.
-No es nada-respondió enseguida.
-Bien... esto ya esta.-Dije mientras me guardaba el pañuelo y le abrochaba un par de botones de la camisa.
-Al fin-suspiró él-.Gracias de nuevo.
Una de sus manos se detuvo sobre las mías unos segundos. Luego la retiró, dudando.
Me sonrojé, luego le miré y sonreí levemente.-Ha sido un placer.
-Igualmente-luego parpadeó como sorprendido, y como si pensara que había sido demasiado amable, añadió-¡No deberías estar por ahí perdiendo el tiempo, pelirrosa! ¡Vete a cuidar a tu hermano!
-¡No me llames pelirrosa!- dije alzando un poco el tono de voz.-Bueno, me vuelvo a casa señor líder, descanse. Le irá bien, si se encuentra mal puede avisarme y volveré a curarle, intente no hacer movimientos bruscos por favor.
Ghassan resopló.
-Buenas noches...pelirrosa-murmuró, y echó a andar.
-Buenas noches.-Dije de mala gana echándome a andar hacia mi casa de nuevo. Tenía una conversación pendiente con mi hermano.
*OUT* Una vez mas perdooon por hace run post tan largo jeje bueno espero que os haya gustado el post aunque no teng amucha trascendencia en la historia pero con todo lo que biene pues... Muchas gracias Kaori por rolear conmigo TK! y a los demas pues un besazoo (tambien un beso a la mesa de Will xDD oki perdon perdon >///< ) *OUT*
Sobrina volvió al desierto a las 5:22 p. m.
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