Yo y mis sirvientes llegamos al palacio escondido en Dune, no pensábamos marcharnos tan fácilmente. La noche caía cuando llegamos pero no tenía sueño. Entré en la sala del trono, esta menos decorada por el poco uso que s ele daba al castillo. solo había un trono al fondo de la sala, ni retransmisores ni nada. Me apetecía hacer gimnasia rítmica, desde pequeña la practicaba y me gustaba. Un guardaespaldas y un sirviente se quedaron dentro de la sala conmigo. Me apetecía estar sola, necesitaba algo de intimidad.
- Retiraos. -dije, mientras les miraba con mala cara. El sirviente se encogió un poco pero se fue. El guardaespaldas en cambio no se movió de sitio. - Retírate. - Lo repetí pero ni se immutó. - ¡¡¿¿No me oyes??!! ¡¡Vete!!
- No puedo dejaros sola, señora.
- ¿Y quién crees que me va a atacar? ¿Los atreides, ahora que estaran ocupados con la muerte del duque? ¿Los corrino, escondidos en su planeta, aislados del mundo? ¿Los fremen, que ni siquiera saben que este palacio existe?
- Un espía.. podría venir un espía con ganas de venganza, señora.
- Por favor!! Yo estoy aquí y ellos allí, no puedo ser yo quien le haya matado... aunque yo si sepa quien fue.
- No tienen porque querer venganza de quien mató al Duque, sino simplemente por pagar con la misma moneda. -Eso ya fue demasiado, no pude soportar que un simple guardaespaldas me llevara la contraria... Así que use "La Voz". Hice que se acercara a mi. Cuando tuve su cara a menos de un palmo vi su cuerpo temblar, y decidí ponerle más miedo...
- No me lleves la contraria -le espeté, hablando lentamente a cada silaba que pronunciaba.- Tendré que castigarte... -Retrocedí unos metros e hice que mi aro-espada girara alrededor de mi mano y lo lancé hacia él. Con mi mente, hice que lo esquivara pero le rozó la cara.- Oh, ni que te controle yo puedes esquivar un aro que viene de unos cuantos metros a distancia? ¡Qué patético! -quise saber su reacción, el hombre desenfundó la espaday justo cuando extendía la mano, mi aro volvía hacia mi, y se la cortó. Cogí el aro, viendo como su mano y su espada caían al suelo, llenando toda la alfombra de sangre. Cuando iba a cogerse la mano, volvi a usar la voz.- No te toques la mano, o te vas a manchar... -Se quedó quieto, tal y como quería.- Esto por no obedecer mis órdenes... -Me acerqué corriendo a él y con el aro le hize un corte profundo como cortándolo verticalmente, pero no era tan profundo para que se partiera en dos. Me quedé un rato en silencio, viendo como aquel guardia estúpido se desangraba...-Ei! Que alguien recoja a este tipo! -un par de sirvientes entraron, se sorprendieron al ver mi cara, pero use de nuevo "La voz"- Quitadlo rápido de mi vista! Y que no entre nadie hasta que yo lo diga! ¿Quedó claro?
Los sirvientes cogieron al guardia temerosos, retirándose. La sangre seguía el mismo recorrido que ellos, un rastro de sangre que ensució toda la moqueta. Pero.. ¿qué mas daba? Los sirvientes se encargarían de limpirala. Estaba rabiosa porque nos echaron del castillo... porque los fremen no nos dejaban extraer especia, porque sabía que los atreides hablaban más con el pueblo, aunque s epodrían rebelar contra ellos...Practiqué durante horas, y cuando empecé a estar cansada, me retiré al dormitorio.
A la mañana siguiente, había un mensaje de los atreides. Teníamos que ir a la coronación del sucesor. Cuando llegaron Ilysse y Rena debíamos partir de immediato, se entretuvieron. Entramos en la nave más lujosa que teníamos. Allí nos sentamos, Rena nos acompañaba a todas partes, era mi asesi... guardaespaldas de confianza. Las regañé un poco por su retardo, me preocupaba que hubieran pillado a mi hermana, siempre se metía en líos.
- Si no teníais ni porque haberos movido de allí, al fin y al cabo tuvimos que volver igualmente!
Reí a carcajadas, mientras que las otras solo soltaron una risita. Me encantaba hacer bromas, pero el mal humor me nublaba la mente.
Cuando llegamos, en la puerta principal vigilaban dos guardias. Otro que parecía superior a los otros dos también nos dio la bienvenida, pero la hipocresía se le marcaba en la cara. Odiosos atreides. En la sala donde iban a coronar al sucesor había bastante gente, entre ellos la emperatriz. Mi mirada se fijaba en todos los rincones de la sala, las paredes blancas, las cortinas azules, en las ventanas algunas macetas.Qué asco de cambio, me gustaba más antes, todo negro y rojo, con cortinas salpicadas de sangre, y plantas carnívoras enormes en el jardín. Miré a la emperatriz, sentada en un sillón de terciopelo rojo. Se interpuso su perrita faldera, la cría, creo que se llamaba Go-Go. Tenía la espalda manchada de sangre. Sonreí. Me gustaría que esa chiquilla formara parte de los Harkonnen, pero no podría ser... El hijo del vejestorio atreide entró a la sala y empezó la ceremonia, pero no presté atención.Cuando todos aplaudieron me quedé mirando a Ilysse, miraba al principito con una cara de asco que nadie hubiese podido hacer. Mis aplausos fueron lentos, espaciados el uno del otro, mostrando descortesía hacia el chaval. Mis ojos se cruzaron con los suyos y una sonrisa cínica se dibujó en mi cara. Me giré otra vez para hablar con mi hermana del asco que nos provocaba el nuevo duque.
Volvimos de nuevo a nuestra nave, el piloto enchufó el dispositivo de invisibilidad...
- Debemos contraatacar... las máquinas de especia serían un buen blanco... -les dije a las otras dos Harkonnen. Ellas se me quedaron mirando preguntándose "DE qué habla?". Después de vacilar un rato, contestaron.
//OUT// me da pereza rolear, asi k roleo con .. rena y ilysse y ya continuo mañana >_< //OUT//
Bopeep volvió al desierto a las 1:31 a. m.
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