domingo, septiembre 24

Post by Azim & Ilysse

Era una mañana como otra cualquiera, aunque ésta, especialmente aburrida. Mavra aún permanecía en sus aposentos, pensando en sólo dios sabe qué. Salí de mi habitación, con mi verdadera apariencia. Era una de las ecepciones en la que lo hacía, normalmente no dejaba verme tal y como era en realidad. Salí del castillo oculto, y me dirigí hacia la ciudad de Dune.
Llegué antes de lo esperado, me bajé de la nave, y les ordené que regresaran por mi en un par de horas. La ciudad parecía más... ¿decente? todo estaba más organizado, y en las caras de la gente se podía ver una expresión de... ¿placer? esa expresión la solía poner yo cuando disfrutaba con mis víctimas... Todo estaba "mejor". En realidad no me gustaba verla así, nunca supieron valorar lo que hacíamos por ellos los harkonnen. Siempre habían sido bichos apestosos, y como tales, tenían un buen empleo cuando nos servían.
Me introduje en la ciudad, en la parte comercial, y me cambié de apariencia sin que nadie me viera. Siempre había podido cambiar de apariencia, pero como no lo controlaba del todo, mis ojos seguían siendo iguales, y mi fragancia... eran irreconocibles. Por eso no solía pasarme demasiado tiempo con gente, que estaría segura de que me descubrirían. Además, muchos saben que la hermana de la condesa Harkonnen, es una danzarina rostro.
Intenté darme prisa, miraba hacia el frente fijamente hasta que en mi camino se cruzó un muchacho de cabello anarandado. Llevaba ropas olgadas y oscuras, y sus ojos estaban cubiertos también por unas gafas oscuras. Noté que me miraba, no sabía muy bien quien era aquel tipo pero no me gustó su reacción. No era como el resto de hombres, que al verme quedaban maravillados. No, éste aparentaba mirarme con... ¿Asco? ¿Odio?... Y un poco de superioridad me pareció notar...
Aún así, no miré hacia atrás y continué caminando. Pronto noté que alguien me seguía, ¿sería aquel muchacho? De todas formas no podía permitirme montar un espectaculo delante de tanta gente. Al final comencé a andar por toda la ciudad, hasta que me metí en un callejón. Ya estaba harta de su presencia. Por aquella zona no había nadie, así que me giré con rapidez... Viéndo a mi perseguidor. Sí, era el chico de cabello naranja.
-¿Y bien?- dije con ironía mirándole fijamente a los ojos.
¿¿??: ¿No se suponía que ya no estabais por aquí?-Fue lo único que me dijo, luego apretó los dientes.
-¿De qué hablas? No entiendo a qué te refieres.- dije intentando confundirle, mientras ponía cara de niña buena.
¿¿??: A mi no me engañas con esa mueca falsa de bondad. ¡Harkonnen!
-¡Vaya! Y yo que pensaba que los malditos fremen eran más agradecidos... estúpidos insolentes...- dije cambiando de apariencia nuevamente y convirtiéndome en una indefensa niña.
¿¿??: A mi no me engañas con eso.-Indicó él, con suma frialdad. Luego sacó un cuchillo de grandes dimensiones.- Voy a acabar contigo.
-¿De verdad?- espeté tomando ahora, su mismo aspecto. Entonces respondí, y saqué un cuchillo muy parecido al suyo. Luego sonreí, y levanté una mano haciéndole señas de que viniera a por mi.
A él el hecho de que había tomado su forma, de que lo había provocado a ir hacia mi e incluso de que tuviera un cuchillo como el suyo, le importó bien poco. Fue hacia mi con una rapidez que no me esperaba y pronto tuve que comenzar a defenderme, pues daba unos golpes tan certeros que cualquier Harkonnen principiante, aunque me cueste decirlo, acabaría derrotado por aquel maldito asqueroso.
Uno de sus golpes fue certero, y me dejó malherida del brazo izquierdo. Odiaba ver sangre brotar de mí misma, la ira me invadía cuando ésto sucedía, así que comencé a atacarle con una rapidez superior a la suya. También le herí en un brazo. Ahora estabamos a mano.
¿¿??: Me da igual, tú vas a morir hoy.-espetó de pronto.
Justo entonces hizo un movimiento brusco y a ambos se nos cayeron los cuchillos. Aún así, continuamos luchando cuerpo a cuerpo hasta que de pronto me dió un golpe fuerte y me cogió por el cuello. Dejándome así contra la pared. En ese momento en su rostro apareció una sonrisa... ¿Sonrisa triunfal? ¡No, aquello aún no había acabado!
Con un ligero movimiento de mi rodilla hacia arriba, fue suficiente. Nadie podía soportar el dolor que causaban esas partes.
-¿Y ahora? ¿Qué piensas hacer?- dije levantándole la cabeza por la barbilla, mientras él permanecía cabizbajo, agarrándose el paquete.
¿¿??: ...Se...Serás...-gruñó, en su rostro podía verse dolor pero había aún más rabia.
-Sí. Soy maravillosa, hermosa, irresistible...- contesté. Mientras decía esto último, lo hice con un énfasis especial, acercando mi cara a la suya.
¿¿??: Aparta tu asquerosa cara de la mia.-espetó.
-¡Ja! Te recuerdo que ésta no es mi cara... sino la tuya.- entonces volví a la apariencia inicial, la de la muchacha, con la que había llegado a al ciudad.
¿¿??: Pero tu aliento apesta.-indicó, luego frunció el ceño.- No vas... no vas a salir vivo... viva... ¡Lo "que seas"!...
-¿Quién lo impedirá? ¿Tú?- dije entre risas mirando su situación. -Vamos estúpido, todos son iguales o peores que tú, no tienen nada que hacer conmigo. Soy... demasiado poderosA para ellos.- dije indicando entonces mi género.
En ese momento oí risas... Risas que provenían de él.
-¿...?- murmuré sin musitar palabra.
Pronto se colocó recto, me miró fijamente con aquellos ojos tan extraños que poseía y luego me dijo:
¿¿??: Te tienes sobrevalorada.-
Aquellas palabras fueron tan... sinceras, que no pude evitar sentirme algo dolida. Pero intenté disimularlo.
-No me importa lo que puedas pensar de mi, después de todo, no eres más que un fremen, es decir... una basura.-
¿¿??: ¡Oh! Perdón...- dijo con tanta ironía que aparentaba brillarle esa emoción en los ojos.-¡¡PERDONE LA SEÑORITA HARKONNEN!!... Diablo sobrevalorado del universo... Que va a morir.
No paraba de agredirme con sus palabras, pero no hacía más que eso. Hablar.
-Lo siento basura... tengo cosas más importantes que hacer que perder el tiempo oyendo fantasías de un niño mimado que no hace más que andar por las nubes. Ten cuidado. Algún día te estamparás contra la tierra.- y diciendo esto, pasé a su lado sin mirarle, dispuesta a salir del callejón.
¿¿??: ¿Una Harkonnen ofendida?- Oí de pronto, para cuando me quise dar cuenta me estaba sujetando con fuerza por la cintura y en mi cuello había un cuchillo. Otro cuchillo... -Increible...-
-Si vas a matarme, hazlo de una maldita vez. No quiero estar demasiado tiempo en manos de una basura.-
¿¿??: ¿No es precisamente eso, lo que tú haces? Torturar a la gente.-me dijo al oido, luego noté como el cuchillo se hundía cada vez más en mi cuello.- Creo que tú eres la basura...-
-Te equivocas... nunca he matado a nadie sin antes haberle dado placer... creo que todos tenemos derecho a morir satisfechos...- musité mientras me giraba y quedaba completamente pegada a él.
¿¿??: ¿Y quién eres tú para decidir cuando muere alguien?-Preguntó, aún continuaba sujetandome por la cintura y con el cuchillo en mi cuello, aún así me dejó contra una pared. Estaba casi encima de mi.
No sabía bien qué quería que contestara, pero sólo conocía una respuesta.
-Porque asi disfruto yo... porque eso es lo que merecen aquellos a los que mato... por soy... una Harkonnen.-
¿¿??: Me das asco.-Dijo nada más yo terminar de hablar, en ese momento sujetó con fuerza el cuchillo y noté como el cuchillo entraba cada vez más en mi.
-¿De verdad vas a... matarme? dije algo agitada.
¿¿??: ¿Por qué no?-preguntó.- Tú nunca te has echado atrás nunca... Imáginate..."una basura"... va a matarte a tí... ¿No te parece irónico?
-No... nun-ca me he echa-do atrás, pero hoy ha si-do distin-to.- dije notando como brotada la sangre de mi cuello.
¿¿??: ¿Ah sí?¿Y eso por qué?-Respondió, mirándome fijamente.
No quería reconocerlo, pero algo me impedía matarle, defenderme siquiera... ¿qué me estaba pasando? ¿habría usado una especie de veneno para hipnotizarme, o hacerme indefensa? Ya nada podía hacer, iba a perder la vida a manos de una basura... él tenía razón... pronto la sangre cubrió mi camiseta, bajé la cabeza y la miré, entonces comencé a verlo todo negro... y caí...
Poco después, noté como algo me zarandaeaba. Al abrir los ojos vi al pelinaranja... ¿Por qué no me había rematado? Me miraba fijamente, como esperando que dijera algo. La mueca de su cara era extraña... En ese momento miré mis manos, mi tono de piel era como... El mio verdadero. ¿¡A caso había tomado mi forma delante de aquel estúpido!?
-¿Qué... por qué?- pregunté sin salir de mi asombro.
¿¿??: Eres una Harkonnen... pero no quien yo creía.-
-No, soy aún peor... no entiendo por qué no me has matado, pero quiero que sepas quién soy. Soy Ilysse Harkonnen, la hermana de la baronesa Harkonnen.-
¿¿??: Lo supuse. Ya te he visto antes.-
-Es extraño... no muchos han podido verme cómo realmente soy. Pero... aún no lo comprendo... ¿por qué? ¿por qué no has acabado conmigo cuando has tenido la oportunidad?-
¿¿??: No lo sé.-respondió, luego se apartó de mi.
-¿Quién eres?-
¿¿??: Azim.-
-¿Dónde estamos? ¿Por qué me has traído aquí?- dije intentando encontrar una respuesta.
Azim: En mi casa.-tras eso miró hacia otro lugar.- Te hice una herida demasiado profunda.-
Cada vez entendía menos las cosas, pero no quería agobiarle a preguntas.
-Será mejor que me vaya.- dije quitándome la venda que me cubría la herida del cuello.
Azim: ¡Espera!-Exclamó de pronto, me solbresalté. En ese momento me volvió a colcar la venda con rapidez.- Te he dicho que es muy profunda, no puedes ir por ahí así como así.. Además, ibas a atacar el palacio. ¿no?-
-No... en realidad, buscaba... ¡nah! es igual. He encontrado algo mejor.- dije sin pensarlo. -Quiero decir...-
Azim: ¿Algo mejor?-
-Olvídalo, quise decir que buscaba diversión. Sólo eso.-
Azim: ¡Ah1 ¡claro!.-Él asintió ligeramente.
-Dime... ¿vives solo?- pregunté acercándome más a él.
Azim: ¿A qué viene esa pregunta?-
-Sólo quería sacar conversación, pero está bien, no importunaré más. No te preocupes por mi, estaré bien.- dije en otro intento por irme de su casa.
Azim: Para ya de intentar marcharte.-indicó, aún sentado en la cama y me tomó por la mano, deteniendome.
-No quiero matarte.- espeté. -Es mejor que esté lo más lejos posible, o terminaré haciendote daño.-
Azim: En las condiciones en las que estás no me harás daño.-
-Está bien. Me quedaré, pero con la condición de que no me hagas cocinar. Soy pésima. - dije riendo.
Nunca había reído tan sinceramente, ¿qué mierda me estaba ocurriendo?
Azim: Claro que no.-negó, luego me haló de la mano hasta que quedé justo delante de él.- Eres mi invitada, aunque parezca mentira.
Sus ojos me miraban diferente, ahora no parecía reflejar odio, ni rabia. Su mirada me intimidaba, y me obligó a girar la cabeza y mirar en otra dirección.
Azim: ¿Te ocurre algo?-preguntó.
-No... nada, pero creo que eres... demasiado amable. Recuerda que soy la enemiga de tu pueblo, de los tuyos... TU enemiga...-
Azim: Ya lo sé. Habeis hecho mucho daño. Pero algo me impide odiarte ahora.
-¿El qué?- pregunté curiosa mientras me sentaba sobre la cama, quedando a su lado.
Azim: No lo sé.-
-Bueno... por lo menos ahora estáis bajo el mando de otros que sí os ayudarán. ¿Sabes? Espero que mi hermana Mavra no se entere de esto, me mataría. Yo no debería estar aquí... contigo.-
Azim: Yo tampoco debería estar aquí contigo.-respondió él. En ese momento me tomó por la barbilla y me miró fijamente.- No, no debería.-
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Su mirada... de verdad era... ¿¡pero qué estupideces estoy pensando!? Algo había en él... algo que me hacía ser otra, completamente distinta.
Entonces tomé su mano y la coloqué sobre mi cara.
-¿Alguna vez, habías estado así, con una Harkonnen?-
Azim: Nunca. Nunca me ha interesado una Harkonnen.-
-Tengo que tomarme eso... como... ¿una indirecta?- sonreí.
Azim: Es una directa.-
Volví a sonreir. Pero pronto me quedé como él, mirándole fijamente.
Sus ojos, que para mi en otro tiempo me habían causado algo de asco, ahora me estaban hechizando. Su cabello, sus labios... ¡Mierda!... De pronto noté como me sonreía ligeramente, poco después noté como quedaba más cerca. Nuestras caras se rozaban. Aún así, permanecí quieta mirándole.
-Esto es... una...-
Azim: ¿Una?-preguntó, en ese momento ví una sonrisa extraña.
-Locura.- terminé de decir algo mosqueada por aquella sonrisa que no lograba saber qué significaba.
Azim: No te enfades...-dijo con dulzura.- Cuando sonrío así dicen que mosquea bastante...
-Sí, bastante.- dije apartándome y quedándo más alejada.
Azim: ¿Te he ofendido?-preguntó.
-No, en lo absoluto.- dije volviendo a sonreir.
Azim: Creo... que deberías descansar.-Contestó él, en ese momento se puso en pie.
-¿Y tú? ¿No es este tu dormitorio?-
Azim: Dormiré en el sofá que tengo afuera.-
-¡No!- espeté -Seré yo quien duerma en el sofá.- me levanté de la cama y corrí hacia lo que parecía la sala.
Azim: ¡E...Espera!-Oí tras de mi,justo cuando llegue a la sala él me sujetó desde atrás.- Quedate tú en la cama, insisto. Tienes que descansar.-
-Y si... ¿nos quedamos los dos... en la cama?-
Azim: ¿Los dos? ... Está bien.
-Jaja, ni lo sueñes, me quedaré en la cama. Que descanses.- dije picándole un ojo, y girándome hacia el dormitorio.
Azim: Espera un momento.-Su voz sonó por un momento diferente, me tomó de la mano y me giró hacia él. Quedamos tan cerca que no pude hacer más que mirarle.- Yo debo vigilarte, no puede ocurrirte nada malo mientras duermes..-
-¿Crees que puede ocurrirle algo malo a una Harkonnen? No olvides quién soy... nada podrá pasarme, pero... gracias.-
Azim: Tu estado no es el óptimo.-Cada vez, igual que antes, lo notaba más cerca.
-Azim...- susurré cerca de su oído, mientras nos acercábamos cada vez más.
Azim: Sh...-Musitó por un momento, luego estabamos tan cerca que me besó.
Sus labios eran tan... suaves... cada vez me pegaba más a él. Le rodeé el cuello con mis manos, correspondiendo a ese beso. Una extraña calidez me invadía el pecho. No era como otras veces, no sentía puras ganas de sexo, esta vez era... distinto...
Él estaba apoyado en la pared, me besaba cada vez con más pasión y yo podía notar que no era capaz de resistirme a él. No era capaz... Definitivamente, aquello... No era como las otras veces. De pronto me tomó en brazos y mientras me continuaba besando, me llevó hacia la cama. Su rostro, sus gestos, ahora todo aparentaba ser distinto a la primera vez que le vi.
¿Qué iba a pasar ahora que había perdido mi frivolidad? No podría matarle después de esto... ¿por qué tenía que pasarme esto a mí? A una Harkonnen... a la hermana de la baronesa...
Abrí los ojos y vi su expresión, era tan... hermoso... todo... pero... dejé de besarle de pronto, y susurré:
-Azim... esto es... un error... no es... posible.- dije dolida.
Azim: Lo sé, lo sé...-susurró, cerrando los ojos. Aparentaba dolido también, pero luego volvió a abrirlos.- Pero yo no puedo evitarlo...-
-Debes evitarlo... piensa que yo he podido ser quien haya matado a amigos tuyos... y hasta familiares... nuestras razas son incompatibles...-
Azim: ... No puedo pensar en todo eso. No se que me pasa... ¿Me has hecho algo?-
-Ojalá te hubiera hecho algo... lo detendría ahora mismo, aunque no quisiera...-
Él me miró con esos ojos hechizantes, yo no pude dejar de mirarle. En ese momento negó con la cabeza mientras susurraba:
Azim: Ilysse yo...-luego se acercó a mi de nuevo, creo que fue involuntario. Me dió un pequeño beso.- No se que me pasa...-
-Puede que te sientas solo... y por eso me tratas así... no quieres que me vaya para no estar solo...- dije girando la cabeza y mirando hacia otro lado.
Me dolía reconocerlo, pero era imposible que alguien pudiera sentir algo por mi sinceramente. Yo sólo podía hacer sentir atracción física, sexual... pero nada más allá de lo que muchos llaman "amor"...
Azim: No me estropees este momento...-susurró él.- No estoy tan solo como crees. Aún así, no se que me pasa con tigo. Pero no es por soledad... NO es por eso, Ilysse.-
-No lo entiendo... ¿haces esto con todas? ¿piensas entonces matarme después de llevarme a la cama?- pregunté desesperada y asustada a la vez por la respuesta, mientras volvía a mirarle. El miedo se reflejaba en mis ojos.
Azim: Si hubiera podido matarte... Ya lo habría hecho antes... Pero no puedo. ¿No entiendes eso?
-No... lo siento.- dije mientras le miraba, y acariciaba su rostro.
Azim: Pues no puedo matarte...-dijo con una voz tan dulce que me hizo sentir en paz.- No puedo hacerlo simplemente...-
-¿Dejarías entonces que yo lo hiciera? Que yo... ¿te matara?-
Azim: ¿Me matarías?-
Volví a mirar hacia otro lado y negué con la cabeza.
-Nunca...-
Azim: Ilysse, lo siento...-susurró de pronto.
No entedía qué quería decirme.
-¿El qué sientes?-
Azim: No poder parar...-
Justo en ese momento me volvió a besar, como antes. Largamente y con pasión. Yo no podía apartarlo de mi, más bien no quería. Pero aquello no debía continuar... Aún así... le deseaba... no como a otros, era diferente. Esta vez, me hubiera gustado parar el tiempo, y permanecer con él durante toda la eternidad...
Yo sabía que por la mente de él también rondaban aquellas ideas que a mi me atormentaban. De pronto noté como se separaba ligeramente de mi y me tomaba por la barbilla, luego sonrió dulcemente. Él sabía también de mis pensamientos y quizá quería que yo me tranquilizase. Se colocó encima de mi, entonces comenzó a cubrir cada parte de mi cuerpo con besos. Definitivamente aquello no era como las demas veces, nunca había sentido tanto con un simple beso. ¿Qué me pasaba? No me reconocía...
Sólo podía permanecer quieta, sintiendo un inmenso placer... Apenas nos habíamos conocido ese día, y en aquellas circunstancias... íbamos a matarnos... y ahora caíamos rendidos ante esta sensación... estos sentimientos que podían más que nuestra propia voluntad...
Mientras, me besaba, me acariciaba y de vez en cuando me susurraba alguna palabra, yo acababa perdiendo cada vez más el control sobre mi y me rendía completamente a él. A Azim le ocurría lo mismo, poco después comenzó a desvestirme lentamente, mientras miraba mi cuerpo con sus ojos. Aparentaba estarlo contemplando poco a poco, como si quisiera guardar aquella imagen en su cabeza para siempre.
Azim... ¿me estaría enamorándo de él?... cada vez que sus manos recorrían mi cuerpo, me daban escalofríos. Pronto estuve desnuda ante él, y empecé a hacer lo mismo con él. Le empecé a desvestir mientras me besaba el cuello. Sus manos rodeaban mi cuerpo, ya nada podía ocultarle. Besé su pecho con dulzura y recorrí cada rincón de su cuerpo, conociéndo el mismo a fondo.
Ya los dos nos encontrábamos desnudos... entrelazados... Esa noche fui suya. Me sentía como una novata, nunca lo había hecho... no así... no sintiendo esto...
Al día siguiente desperté con Azim a mi lado. Aún estábamos desnudos, tapados con una sábana blanca. Él dormía plácidamente, y yo le contemplaba con dulzura, pero aquello debía acabar. Me levanté con cuidado de no hacer ruido, y me vestí. Luego acaricié sus cabellos y le dí un beso en la frente. Ahora debía marcharme.
Azim: Ilysse...-susurró de pronto, en ese momento abrió levemente sus ojos.
Me paré en seco al escucharle. ¿Cómo podía irme ahora? No tendría el valor... la voluntad de hacerlo.
-Azim...- dije en su mismo tono acercándome a la cama, y sentandome en el suelo para quedar a su altura.
Se giró levemente, hasta quedar su cara justo frente de la mia. En sus ojos pude ver que conocía perfectamente lo que yo iba a hacer hace un momento, es decir, marcharme.
Azim: ¿Te ibas?-susurró
Asentí y la tristesa se reflejó en mis ojos.
-Debo volver...-
Azim: Ya veo...- luego acarició mi rostro.
-Esto ha sido... una equivocación.- dije ya en pie dándole la espalda.
Intenté parecer fría, me era casi imposible, pero esto no debía ocurrir, nunca debímos conocernos...
Oí como se quedaba sentado en la cama, seguramente estaba girando hacia mi, pero no podía girarme. ¡Debía ser fría, sí! ¡Fría, odiosa, cruel...! Pero con él...
-Cierto.-oí, justo en ese momento me estremecí.
Tenía ganas de... ¿llorar? Mis ojos se llenaron de... agua... y comenzaron a recorrer mis mejillas... ¿me había estado mintiendo?... ¿me había utilizado? No era momento para pedir explicaciones, tenía que irme ahora, o nunca podría moverme de allí.
No dije palabra alguna, sólo me dirigí hacia la puerta, y agarré el pomo, entonces dudé un momento, y permanecí quieta.
En ese momento noté que alguien me abrazaba por detrás, debía de ser Azim. Al girar la cabeza le miré, sí era él... Tenía los ojos entrecerrados y estaba cubierto por la sábana. Luego me susurró al oido:
Azim: Lo siento... Pero tú y yo...-
Hice una mueca, empezaba a llorar intensamente. No me inmuté, ni siquiera me moví. Sólo bajé la cabeza y abrí la puerta, pero él seguía abrazándome.
Azim: Ilysse... ¿tú piensas igual que yo?-oí de pronto, en ese momento me abrazó con más fuerza.
-¿Qué... piensas?-
Azim: Te matarán si se enteran de esto. Yo no quiero eso. Por eso nosotros no podemos... Estar así... Nunca más.-
-Lo sé... aunque no me importaría morir, si es por una causa como esta... Lo mejor hubiera sido que ni siquiera nos hubieramos conocido...- musité sintiendo una gran opresión en el pecho.
Azim: Yo nunca podría permitir tu muerte.- En ese momento me acarició el cabello y se separó de mi.- Adiós, Ilysse..-
-Adiós... Azim.-
Cambié entonces de apariencia, a la de aquella muchacha, y cerré la puerta. Me encontraba tal y como había venido... maldije la hora en la que había pisado la ciudad, aunque al mismo tiempo le hubiera dado marcha atrás al tiempo si pudiera para volver a vivir esos momentos de... ¿felicidad? ahora no podría ser dulce ni modesta con nadie más. Nadie más podría conocer a esa Ilysse. Desde que me despedí de Azim, la Ilysse egoísta y frívola, volvió en sí.

*OUT* Espero que les guste! es un poco eterno! pero teneis que leer!!! XD esta muy guapo y merece la pena *-* asias a Dark_Lore por rolear conmigo!! te kierooo!! *-* besines! ;P *OUT*




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