viernes, septiembre 29

Hacía poco que había vuelto a la ciudad, el hecho de haber discutido con Shalya de aquella manera me dejó bastante decepcionado con migo mismo. Había vuelto a fallarle. También por mi mente se cruzó Ghassan con ese típico tono suyo diciendome: Medio extrangero. Sus palabras no iba a tenerlas en cuenta, o al menos no quería hacerlo.

Debía centrarme en la ciudad y sabotear a esos Harkonnen, también debía espiarles y acabar con todos los que pudiese. El orgullo Fremen debía estar por encima de todo. Eso era exactamente mi trabajo. Aunque lo cierto es que muy pocos sabían la verdad de ser El jefe de Jinetes de gusanos. Muchos creían que yo me dedicaba a guiar a los jinetes, pero lo cierto es que ellos mismos se guiaban. Yo solo tenía que espiar en la ciudad y dar la información de aquellas plantas extractoras de especia que los Harkonnen tenían más descuidadas en seguridad. No obstante, ahora mi trabajo era principalmente buscar a los Harkonnen que se habían quedado en el planeta y destruirlos.
Pensaba en todo ello mientras caminaba por la ciudad, para mi en realidad fue como no haber ido nunca al refugio. Retomé algunas investigaciones y justo entonces la vi. Ilysse Harkonnen. Aunque en un principio no sabía su verdadera identidad, pues poseia otra apariencia.
Luchamos, lo cierto es que era muy hábil, pero al final por distintos motivos conseguí inmovilizarla y de su cuello hice brotar mucha sangre. Pronto se desplomó y la sujeté por la cintura. Luego saqué el cuchillo, justo entonces comenzó a tomar la apariencia suya verdadera. De esta manera me di cuenta de quien se trataba: Ilysse, hermana de la baronesa Harkonnen. Cuando me hube infiltrado en el palacio durante el mandato Harkonnen, la había visto algunas veces.

El hecho de matarla seria un exito. Así que levanté el cuchillo, disponiéndome a rematarle. No obstante, cuando estuve a pocos milímetros de terminar con su vida, mi mano se detuvo en seco. Al volverlo a intentar, simplemente no me moví. ¿Ella me habría hechizado antes de desmayarse? Permanecí mirándola, serio, si acababa con ella sería un golpe grave para la baronesa. ¡Mierda, no debo dudar! Pensé, pero lo hacía... Lo hacía porque tenía la maldita sensación de que por un momento me olvidaba de quien era ella. O peor aún, me daba igual.
Joder...

Guardé el cuchillo con mala gana y la tomé en brazos. Miré su rostro, impasible pero algo herido.. Me la llevé de allí, al principio no sabía hacia donde iba pero finalmente acabé en mi casa, donde la curé y me mantuve espectante hasta que despertase. Yo la miraba. Tenerla a ella cerca de mi me hacía sentir bien. Diablos, me agradaba...

Cuando despertó, pasó tanto en tan poco tiempo que no voy a contarlo ahora. Solo digo que mis emores se hicieron reables y palpables. Nos... ¿Cómo decirlo? Nos acostamos aunque no fue simplemente eso. Fue mucho más. Yo la... ¿amaba?

******

Allí sentado, en mi cama, recordaba todo esto. Ilysse se había ido hacia un rato. No pude pedirle que se quedara, porque mi situación jamás me permitiría estar tan cerca de ella otra vez. Además, si su hermana la baronesa se enterase... La mataría.
-Azim... ¿qué haces?-mascullé.

Me levanté, me puse un pantalón holgado y fui hacia la cocina. Me preparé un café de especia y me dispuse a hojear unos informes que tenía desde algún tiempo.
-¡¡¡Azim!!!-Oí de pronto a alguien exclamar desde la calle.
-¿¡Qué!?-respondí, mientras me acercaba hacia la puerta.
-¡Abre, soy Ishir!

Apreté los dientes. Siempre que Ishir venía solo quería decir una cosa: Malas noticias. Me pensé si abrirle o no, pero el muy desgraciado echó la puerta abajo de una patada y se echó encima de ésta. Yo quedé debajo, con mala cara y besando la maldita puerta.
-¿¡Azim!?-preguntó Ishir, sobre la puerta seguramente...
-...Ishir...-dije con voz tétrica... O más bien enfadada.
-¡Oh!-Exclamó, luego se quitó de encima de la puerta y la levantó un poco.- ¿Qué diablos haces ahí abajo? ¡Tengo noticias!

Me quité la puerta de una patada, mientra Ishir caía de culo hacia atrás por la impresión. Luego me puse en pie y señalé a la puerta mientras gruñía:
-Antes de darme las noticias, arregla eso.
-Pero...-susurró.
-Ishir... ¿Cuando me pongo yo de mal humor?-pregunté, con voz suave.
-Pocas veces...
-¿Y quieres que ocurra eso ahora?
-No señor...
-Entonces...

Antes de poderme dar cuenta, ya estaba arreglando la puerta mientras yo entraba en mi habitación y me colocaba una camisa. Luego volví a la sala donde Ishir terminaba de colocar la puerta.
-¿Quién era esa señorita?-preguntó él de pronto, mientras me daba la espalda.
-¿Señorita?-Respondí, mientras me dejaba caer sobre el sofá.
-Sí.-asintió. Acababa de terminar de arreglar la puerta asi que se giró hacia a mi. Luego comenzó a describirla. Al terminar...- Salió de aquí hace rato.

Por la descripción que me dio, no había reparado en que "esa señorita" era Ilysse. Aún así, me hice el despistado y le miré de reojo mientras respondía:
-Era una vendedora.
-¿Una vendedora?-Luego abrió la boca para continuar hablando, pero al ver mi cara se silenció.
-¿Y bien? ¿a qué diablos has venido?
-Toma.-Respondió, mientras se acercaba y me tendía un informe.

Miré los papeles en sus manos y luego los cogí. Comencé a leer. Hacía poco tiempo una de las máquinas extractoras de especia había saltado por los aires. Anteriormente se recibió un mensaje extraño donde decían: "Los guardias, no están... Espera... estan... estan.... ¡Tiene las cabezas separadas de sus cuerpos!" Luego se perdió la conexión. El ataque seguramente fue por un Harkonnen.
-Mala seguridad.-Espeté, mientras me ponía en pie.- Los Atreides quizá no se dan cuenta de con quien se enfrentan o quizá no han pensado que los Harkonnen puedan continuar por aquí. Aún así, deben espabilar.
-Eso no es lo peor, Azim-
-¿Qué ha pasado?
-Había Fremen en esa maquina de extracción. Al parecer los Atreides no son enemigos. Así que mientras ellos cumplan la condición de velar por nuestros intereses, algunos de nosotros les ayudamos con la extracción de especia.
-Entonces voy a ir a examinar la situación. Estoy hay que arreglarlo, hay que buscar a los Harkonnen para...

Me quedé en silencio en ese momento, mirándo los papeles. Mi cabeza se quedó en blanco.
-¿Para?-Preguntó Ishir, al poco.
-... Para eliminarlos. ¿para qué si no?-respondí, luego apreté los dientes.
-Señor. Lo mejor, consiero, es que usted se quede en la ciudad. Debe de tener otros asuntos.
-Ishir, ¿desde cuando me das ordenes?
-No son ordenes. Son consejos. Quedese aquí y encarguese de informar a los familiares de los Fremen caidos. Yo le informaré cuando regrese.
-Ishir...
-Azim, tu estado de salud...

Tiré los papeles al suelo con fuerza, luego le miré frunciendo el ceño. ¡otra vez mi estado de salud! ¡¡¡De aquello ya hacía años!!!
-¡olvida lo que ocurrió, estoy bien!-Le grité.
-Azim... te... ¡Te sacaron los ojos! ... El hecho de que fueron implantados de nuevo y que sirvió aquella cirugía no quiere decir que no estés en peligro aún. Debes cuidarte. ¡Podrían aparecer efectos secundarios pronto!

Ya han aparecido...
Lo que me ocurrió fue largo y dificil de explicar. Lo diré pronto, pero por ahora solo cabe decir que solo los que me conocen de la ciudad saben lo ocurrido. También solo Ruto, sabe que los efectos secundarios han aparecido. ¡Por eso tengo que darme prisa en eliminar a los Harkonnen!
-Está bien, lárgate.-espeté, luego le di la espalda.
-... Volveré lo antes posible.-Me dijo, poco después oí como salía.

*******

Ya estaba en la ciudad, ya había estado en la casa de alguno de los Fremen caidos y por fin me quedaba solo una casa para visitar. No me agradaba para nada tener que informar a las familias de la muerte de sus familiares, pues podrían pasar dos cosas:
1º-Lloran, te abrazan y no te sueltan.
2º-Lloran, te pegan y te amenazan.

-¡Ey, Azim!-Oí exclamar detrás de mi, me giré y vi a Ruto.
-Hola...-saludé.
-Tienes mala cara.-Dijo nada mas acercarse a mi.- ¿Ya estas estresado?
-Han muerto fremen en un posible ataque Harkonnen y me ha tocado informar a las familias. La mayoria eran solteros y solo vivian con sus madres o quizá solos. Pero ahora me toca ir a informar a la familia de uno que es padre.
-Oh...
-Es problematico...
-¿Te acompaño?
-No es algo agradable..
-Venga, no seas cabezota. No tengo otra cosa que hacer.

Al final acepté, quizá porque no quería entrar en aquella casa. Ese fremen, a cuya familia iba a informar, era padre de tres hijos y era esposo. Al verme frente la puerta, toqué. Oí ruido de niños y poco después frente a mi apareció una mujer Fremen... Embarazada.
Mierda... A su lado había un niño algo mayor, comparado con los críos pequeños que apenas sabían caminar y que podían verse al fondo.
-Hola.-Saludó la mujer.- ¿qué desean?

Me mantuve callado, por un momento no sabía que decir. Ruto me dió un codazo y reaccioné.
-Soy Azim, jefe de la brigada de jinetes de gusanos de arena. Su marido era... ¿Sirh?-pregunté.
-¿Era?-respondio ella, Recibí otro codazo de Ruto.
-... él ha estado trabajando en una de las máquinas estractoras de especia.-Comencé a decir, mis ojos iban sin querer hacia el chico que acompañaba a la mujer.- ¿me equivoco?
-Sí, está en lo cierto.-respondió la mujer, con temor. Luego levanté la cabeza, mirandola a ella.
-Ha habido un incidente.-Dije.- Por motivos que aún desconozco hubo una explosión y su esposo, al igual que el resto, han muerto...

La mujer en ese momento abrió los ojos con fuerza. Intenté decirselo con la mayor suavidad posible, pero al final se maréo y perdió el equilibrió. La sujeté y la llevé dentro, mientras era seguido de Ruto y el otro hijo. Poco después los dos crios pequeños se encontraban rodedeando a su madre, mientras el otro que era mayor se encontraba al lado de Ruto. Quieto. La mujer me abrazaba con fuerza, y yo no podía zafarme.
-¡Investiga lo ocurrido!-me exclamó.
-S...Sí, no se preocupe.-cada vez me sujetaba con más fuerza.

********

Poco después, ya me encontraba afuera. Caminando exhausto por las calles. No hablaba, y Ruto simplemente se dedicaba a seguirme el paso.
-¿Por qué no les dijiste que fue un ataque Harkonnen?-preguntó, de pronto.
-Eso solo hubiera supuesto que se alterase más, que quisiera vengarse.-respondí.- Además, tenía hijos pequeños. Cualquiera de ellos, lleno de furia, habría ido en busca de los Harkonnen para vengarse. Y eso solo supondría que acabasen muertos. Es mejor que estén así.
-¿Les dirás la verdad algún día?
-No lo se...

Yo a veces preferiría que no me la hubieran dicho a mi. Quizá las cosas ahora fuesen muy diferentes... De todas formas, la venganza nunca es aconsejable. La venganza acarrea sentimientos en la lucha: odio, ira... Y eso solo supone debilidad... Debilidad que al final acabará afectandote.

*******

Algo más tarde envié notas hacia los refugios fremen a través de mensajeros:
Para el Lider,
Es mi deber informar de que, aunque los Harkonnen hayan sido destituidos del mando en Dune, aún continuan en el planeta. Lo más probable es que proximamente hayan ataques, parecidos a la explosión de una de la máquina de extracción de especia ocurrida hoy.
Es por eso, que recurro a los lideres de cada refugio para pedirle a ser posible que si puede enviar a algunos de sus jinetes hacia la ciudad. Donde comenzarán a sucederse las investigaciones para encontrar el paradero de los Harkonnen y así empezar un ataque preventivo.

Atentamente,
Azim, Jefe de la Brigada de los jinetes de gusanos de Arena.

Out: Aqui el post de Azim xD! Mis mas sinceras disculpas a la señorita arashi por utilizar a Ruto sin su permiso, pero es que no estaba >.<'... además, le ha pegado codazos a Azim y eso mola xDD




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