jueves, septiembre 14

Aun era de dia cuando la voz de Altair me sobresalto, me habia quedado adormilada de pie y no me habia fijado en que la emperatriz estaba escribiendo unas cartas. Delante de ella habia un chico arrodillado, parecia un mensajero, pero era uno de los del ejercito; sabia que eran aquellas cartas: eran las notificaciones para los Harkonnen y los Atreides indicandoles que se casaba. No me parecia buena idea lo de la boda pero si la emperatriz lo queria asi?
-No hay nada que celebrar-dijo la emperatriz con frialdad-, pero demostraremos nuestra educación enviando estas notificaciones a aquellas dos Casas. Al menos, que sientan que son informados...personalmente.
Mire a la emperatriz irguiendome -mi señora ¿puedo serle de ayuda?-
-Quiero que vigiles a este mensajero y al otro que llegará pronto y que hagas que viajen hasta su destino. Yo no puedo encargarme de controlarlos; tengo muchas cosas que organizar.
-si, mi señora
-me incline frente a ella y sali tras el mensajero siguiendole hasta la nave que tenia preparada para salir a Dune, lo observe hasta que de pronto los consejeros vinieron corriendo casi echandoseme encima.

Por lo visto decian que la emperatriz habia cambiado de planes y queria que llevara personalmente la carta a los Atreides en Dune, no me parecio juego limpio asi que me abri paso entre ellos, pero practicamente me placaron y me obligaron a subir a la nave con la carta, decian que no habia problemas y que no me preocupara. Me dieron un transmisor que, segun ellos, me conectaria con la emperatriz; no me fiaba pero si ella lo habia dicho...
La nave me llevo hasta Dune, durante todo el trayecto estuve probando el transmisor pero las cosas electronicas no se me daban muy bien...me lo guarde en el bolsillo de mi gran jersey azul y enfunde la pistola; me arregle las coletas y al rato apareci en Dune, por lo visto habian avisado de mi llegada y me esperaban para recibirme.

Sali de la nave y hable con el hombre que alli me esperaba, me dijo donde se hayaba la residencia de los Atreides pork no kise k me llevaran (soy muy desconfiada cuando veo un coche) y eche a andar. Las calles me parecieron como de otro mundo, e incluso a pesar de saber que tenia una mision no pude evitar pararme frente a algunos escaparates.
Vi una tienda de armas, intente no pararme porque la mansion Atreide ya estaba cerca, pero me pudo la curiosidad y me plante junto a un chico justo enfrente del escaparate, que maravilla...
El chico me miró de reojo y pude comprobar por el color extraño de sus ojos que era uno de los nativos de Dune, un fremen.
Me puse roja, las relaciones con el sexo contrario no se me daban muy bien, segui mirando una gran katana que habia en el escaparate, fascinada ante la belleza que podia irradiar semejante arma.
-¿Qué demonios...?-exclamó el chico de pronto, fijándose en el arma que llevaba a la cintura, sorprendido.
-Tú no eres Atreides-masculló retrocediendo unos pasos-¿Qué haces armada?
Sin decir una palabra me di la vuelta y segui andando, aunque me fije en que no era el mismo camino, vaya un sentido de la horientacion...
-¡Eh!-el muchacho corrió tras de mí y me agarró la mano con fuerza-¿Acaso eres una Harkonen?
Me puse aun mas roja, sin embargo aprete los labios y ande aunque fuera arrastrandolo, por el camino hacia la mansion Atreide.
-¡Alto!¡Detente!-él tiraba hacia el lado contrario, furioso.
-!dejame en paz!-la carta se me cayo al suelo y me agache a recogerla con rapidez.
-Un mensajero-dijo él, pensativo, y me soltó-.Podías haberlo dicho.
-no soy mensajero
-esa palabra me ofendio, me puse bien la pistola-y no soy Harkonnen-
-Bueno, mientras no seas Harkonnen, haz lo que quieras-rezongó el fremen, y se dio media vuelta para marcharse.

Ya me iba a ir cuando acabe por darme la vuelta-eres fremen ¿verdad?-
-Así es
-respondió.
Trague saliva, me pasaba algo raro pero no sabia que era-me llamo Go-Go...-
-¿Hm?-
él se extrañó-.Yo Ghassan.
Sonrei, no sabia porque pero me salio una sonrisa inocente que borre al momento-encantada...-me incline-¿vosotros soys los que recogeis la especia?
Él se giró, otra vez sorprendido.
-La gente le suele dar el mérito a los Harkonnen o a los Atreides...estás bien informada.
Junte las manos a la espalda-mi trabajo me obliga a estarlo...¿vosotros estais del lado de alguna de las casas?-
-Eso no puedo decirlo
-contestó.
-cierto...-mi mirada cambio a una maquiavelica y luego volvi a sonreir-encantada de conocerte-
Su mirada se suavizó un poco.
-Supongo que igualmente. Ahora, debo irme.
-adios!-volvi a inclinarme, aun sonrojada ¿como era posible?...
-Adiós y suerte-y se marchó calle abajo.
Lo mire alejarse, de pronto reaccione, me golpee el brazo para espabilarme y segui mi camino.

Llegue a la mansion de los Atreides...o palacio...o lo que fuera...mire buscando la puerta con la carta en la mano, me habia perdido un poco...
Espere fuera a ver si alguien del servicio por casualidad me veia y me abria la verja, no era cuestion de entrar a la fuerza...mire mi reloj, devia darme prisa...
Fué entonces cuando observé al tio de la otra vez, el que me indicó el camino a las cocinas, se estaba despidiendo de una chica, luego vino hacia mi.
Me ergui y luego me incline-buenos dias, traigo una carta para el duque Brian Atreides-se la enseñe.
Tu no eres la guardiana de la casa corrino? -preguntó sin escuchar mis palabras- Tenemos que hablar... -se puso serio-
-señor, tengo una mision que cumplir-aun inclinada-me gustaria poder entregar esta carta...-
Como vió que no le hacia ni caso me preguntó acerca de la carta
-es una notificacion para el duque Brian Atreides-me ergui.
-Enonces ya se la entregaré yo...
No me fiaba-preferiria entregarsela yo misma-frunci un poco el ceño.

Desenvaino su espada tan rapido que no pude actuar-No tienes permiso para acceder a palacio, se que tu mataste a dos soldados Atreides- envaino otra vez-Así que no me hagas perder el tiempo y dame la notificación...
Sonrei con malicia-esos soldados merecian la muerte, guardian; le entregare la carta personalmente y no se hable mas...-le di la espalda.
-A palacio no vas a poder acceder...
-tienes miedo de que mate mas soldados cabrones??-
-No es eso, pero a una asesina no la dejaré pasear por palacio
-intenta impedirmelo, soldadito-sonrei de nuevo maliciosamente.
Desenvaino nuevamente y me puso el filo de su espada en el cuello -de veras que quieres luchar?
-la lucha hace al guerrero
-deje la carta en el suelo y sobre ella la pistola que llevaba en la cintura-

No dudó ni un momento y cualquier indicio que quedara en el de despreocupación desapareció, su rostro daba miedo de lo tranquilo que parecia y noté como algo que me cortaba, tenia el jersey medio cortado y de mi pecho salia algo de sangre, era de su espada -Perfecto- saltó hacia atras en posicion defensiva.
Me mire la sangre y sonrei, saque de mis botas altas dos tantos, uno en cada mano, y retrocedi una pierna, dejandole hacer a ver que tal...-con eso no me mataras-
-No tengo esa intención, no soy un verdugo, solo cumplo con mi deber... así que si puedo elegir prefiero no matarte.
-esplendido...me dejas todas las de ganar!-me lance con rapidez sobre el, me agache y di un giro, pretendiendo cortarle los tobillos.
-Demasiado lenta- dió un salto y desenfundó su pistola con el brazo izquierdo, pude apreciar el calido roce de la bala cuando paso cerca de mi hombro haciendome una herida superficial -Te he dicho que no te mataria, pero nunca he dicho que me dejara matar yo-
Volvi a sonreir-pensaba que jugarias limpio, Will...-me ergui-pero yo no usare mi pistola para matarte, tengo mas honor-di una voltereta en el suelo, quedandome justo a sus pies, me apoye en el suelo y lance la pierna hacia arriba para golpearle en la barbilla.
-No es cuestión de honor- paro mi golpe con el brazo izquiero y retrocedió un poco, la pistola salio volando por encima de la verja -Pegas fuerte, aunque de aquí no pasarás-empezó a acosarme con la espada sin cesar.
Equive todos sus ataques, esperando el momento oportuno en el que me escurri al lado de laspada, solte los tantos y agarrandole del brazo se lo torci tras la espalda; dejo caer espada - Bien?-pregunto impasible, como si realmente no se percatara de la situacion.
Rei sacando con la otra mano una aguja de mi sujetador, k puse en su cuello -que buen rehen me acaba de caer del cielo...como un regalo de Buda- susurre junto a su oido.
Noté como algo frio se me clababa en el estomago-Parece que tu rehen no va a colaborar... -se separo de mi y en su mano tenia una daga manchada de sangre.
Dlia pero no me iba a dejar ganar, lo volvi a acercar retorciendole el brazo y le hice una herida en el cuello con la aguja. Note como salia sangre de mis heridas, pero aun asi lami su cuello con la sombra de la locura en mis ojos-puedes quedarte la carta...ahora no es momento de matar principes-lo solte de golpe.
Parecio ver que si seguiamos, podriamos acabar mal, así que agacho la cabeza y accedio-En fin, tendre que inventarme alguna escusa para esto, no quiero armar mas jaleo del que hay armado... -
Asenti y recogi la pistola, sin embargo me fallaron las piernas y cai al suelo de rodillas, me dolia la herida del estomago.
Cuando recojió la carta casi no pudo levantarse el tampoco, pero escuché pasos de fondo, seguramente eran guardias...
Me levante apoyandome contra la verja, me costaba respirar-encantada de luchar contigo...eres buen rival...-
-Vete, antes de que la lien los guardias -sonrió y se recostó contra la pared.
-mierda...-el dagazo era mas profundo de lo que creia, me tape la herida y ande pero volvi a caer. Si me veia muy apurada me suicidaria.
Llegarón los guardias y se dirijian hacia mi -Chicos, dejadla marchar y cerrad el pico, no es momento de guerras- dudaron unos instantes peor le hicieron caso -Y tu largate ya o te remato-
-no serias capaz...-escupi sangre y me levante animandome a mi misma, eche a andar tras dirigirle una sonrisa.

Me costo una eternidad llegar a la nave, cuando subi de vuelta a mi planeta me dedique a vendarme las heridas, la emperatriz si me veia me preguntaria que habia pasado pero mis problemas me los solucionaba yo sola...
Al llegar unos criados me ayudaron a bajar, parecian asustados pero les mande que no le dijeran nada a Altair a no ser que ella se enterara por si misma; hacia tanto tiempo que no luchaba en serio que practicamente habia perdido la velocidad y las ansias de antes, tendria que esforzarme mas si Altair se casaba.
Las piernas volvieron a fallarme, una de las criadas me sujeto pero era tarde: cai desmayada al suelo, oi que alguien pedia ayuda y a otro decir que habia perdido mucha sangre...ya no sabia si eso era real o eran todo paranoias mias; tras todos ellos vi alejarse corriendo a un conejo blanco de ojos rosados, sonrei y cerre los ojos.

*Gracias a Kaori y a Nanak por ayudarme en el post, arigato gozaimasu!!^^*




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